Una sufrida victoria elevó a Chile al liderato del grupo C de la Copa América. Fue un duelo intenso, en el que México siempre dio la cara y se adelantó en el marcador en la primera parte, aunque finalmente cedió ante el empuje de su rival, que remontó a balón parado. Dos saques de esquina, uno culminado por Paredes y otro cabeceado por Vidal, voltearon el 0-1 de Araujo y el esfuerzo defensivo mexicano, para dar un triunfo merecido a la selección chilena, mejor sobre el césped por fútbol, ambición y ocasiones.

Casi todo lo que ocurrió en ataque llevó la firma de Chile, que nunca confió en su supuesta superioridad e imprimió desde el inicio una agobiante presión al centro del campo mexicano, incapaz de contrarrestar la intensidad de su oponente y sometido de inicio a un control absoluto, sin apenas conectar un par de pases. Chile prácticamente monopolizó las ocasiones, muchas de ellas de Alexis Sánchez. En constante movimiento, con la pelota y sin ella, el jugador pretendido por el Barça desbordó a la poblada zaga alineada por Tena, que contó con cinco defensas en el equipo inicial, si bien le faltó pegada en los últimos metros.

Nada apuntaba al gol de México. No había ofrecido ninguna noticia ofensiva, apenas una carrera imparable de Giovani dos Santos, cuando se encontró el 0-1 en un cabezazo de Araujo. Demasiado premio para México, inesperado castigo para Chile al borde del descanso y una atractiva segunda parte por delante.

México no sufría en exceso atrás, cuando un saque de esquina, un rechace y un remate raso de Paredes puso el 1-1 a falta de 25 minutos. No tardó mucho Chile en tomar ventaja, en otro córner, esta vez cabeceado en el primer palo por Vidal. Así cambió radicalmente un choque que apuntaba a decepción, pero que se transformó en una victoria merecida ante un rival que tuvo el empate en los últimos instantes, salvado por Bravo, el portero de la Real.