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Maria Riba: “Si no haces música para petarlo en un gran escenario, no vives de esto”

Maria Riba es una de las integrantes del grupo Al·lèrgiques al Pol·len. También está integrado por Joana Subirats, Marina Rico, Emma Dotres, Berta Batiste y Ona Salabert. Conversamos con Maria en uno de los despachos del Palau Robert, en el marco del ciclo de entrevistas “En català, molt per llegir, molt per escoltar, molt per gaudir”, una iniciativa realizada por ‘Público’ con la colaboración de la Generalitat de Catalunya

Maria Riba, d'Al·lèrgiques al Pol·len.

Ona Falcó

https://www.dailymotion.com/video/x8pprlm

Antes os llamabais Alérgicas al polen. ¿Cuando y por qué decidisteis hacer el cambio de nombre al catalán?

Fue en enero de 2023. Ya hacía tiempo que lo pensábamos y en los conciertos decíamos “Al·lèrgiques”. Estábamos haciendo música y hablábamos en catalán, se nos hacía un poco extraño que el nombre fuera en castellano. Ha sido un poco una pesadilla porque tiene dos eles geminadas y es muy complicado encontrarnos en el móvil. 

¿Por qué elegisteis Al·lèrgiques al Pol·len como concepto?

En broma decimos que somos intolerantes a la lactosa, pero quedaba fatal este nombre. Hay una metáfora más profunda. A las mujeres siempre se nos ha asociado a la debilidad, a la belleza y a las flores. A pesar de hacer música que no es punky, queríamos romper con todo este simbolismo. Somos alérgicas al polen, que es la esencia de las flores. 

En una entrevista decíais: “desde pequeñas la música cantada en catalán nos había provocado cierta incomodidad”. ¿Por qué?

El primer grupo que escuché en catalán fue Lax’n’Busto. Era una música que me recordaba a mis padres, una música más adulta. Después, con 12 años, me di cuenta de que las trompetas… no era una música que a mí me gustara. Empezamos escribiendo en castellano porque las referentes de nuestro género musical cantaban en aquella lengua. Fue por inercia, hasta que nos paramos y nos dijimos que también podíamos hacer pop fusión en catalán sin parecer un grupo de trompetas o Manel, que es más indie. 

Hablabais de una falta de referentes. ¿Os habéis convertido en unas vosotros?

Nos hace mucha ilusión que niños vengan y canten las canciones. No hacemos música infantil, pero les gustamos. Cuando era niña me gustaba Estopa y ahora pienso que qué bien que escuchen Al·lèrgiques.

¿En qué consiste exactamente el pop fusión?

Es la palabra que se utiliza para no definirte. Lo que hacemos nosotras es coger el pop más comercial y fusionarlo con otros géneros musicales, como es el tradi, el rock o el pop de los 2000. 

Cada vez hay menos bandas: yo quiero ver cómo se lo pasan bien, se equivocan y tienen complicidad en el escenario

En el disco 'Cants, crits, baralles' tenéis una canción que se llama 'Estrella del pop' y el videoclip tiene una estética dosmilera. 

Sí, los referentes eran los Backstreet Boys, las Spice Girls o Britney Spears. 

¿Solo lo eran para esta canción o son referentes que vinculan todo el disco?

Componemos solo tres integrantes, pero somos las seis quién las montamos. Tenemos muchos referentes diferentes, pero hay una corriente en el grupo más dosmilera, punkarra. La llamamos petardeocuquitron. Tenemos referentes de Madrid, como las Cariño o las Ginebras. Es el concepto de girlband

Tenéis una canción que se titula así. 

Sí, 'Girlband' y 'Estrella del pop' son dos canciones que son de este estilo más guitarreo guarro. 

Por lo tanto, ¿el cambio al catalán fue orgánico?

El cambio de nombre fue una decisión explícita. Cantábamos en catalán y nos queríamos mostrar en catalán. En cuanto a las canciones, fue muy natural. Al desvincularnos de la adolescencia conocimos otros mundos. Me hice muy fan de La Nova Cançó Catalana, de Pau Riba o Ovidi. Escribir en nuestra lengua materna nos salió solo, pero también lo vamos forzamos un poquito. 

¿Cómo valorarías el panorama musical catalán de los últimos tiempos?

Está creciendo muy fuerte y me ilusiona muchísimo. Estamos en un momento de subida, sobre todo en los últimos meses. The Tyets han hecho un boom por toda España y esto hacía tiempo que no pasaba. Lo único que me da un poco de pena es que cada vez hay menos bandas, es decir, formaciones con instrumentos en el escenario. Normalmente, es un DJ y un productor y gente que canta con algunas colaboraciones de instrumentos y bailarines. No quiero escuchar cómo suena la guitarra por el altavoz, quiero ver cómo alguien la está tocando en directo. Ver cómo se lo pasan bien, se equivocan y disfrutan con la complicidad en el escenario. 

Quizás se está perdiendo porque se han reducido los conciertos pequeños y la tendencia es hacia los macrofestivales. El público a mucha distancia no puede disfrutar de esta complicidad.

Sí, este es el gran tema de ahora. Si no haces música para petarlo en un escenario, no vivos de esto. Cuesta mucho tener una continuidad o no hacer bolos precarios si no tocas en un espacio donde se te escuchará a muchos decibelios, donde el público bailará y quizás ni te mirará. Se debería impulsar el pequeño formato de festival. Valoro mucho más unas fiestas de barrio en el Clot que el Primavera Sound. 

Cuando un hombre hace mucho, está superloco. Si es una mujer, es demasiado y quizás que se relaje

No con solo que lo pete, sino que haya show, danza o fuegos artificiales, especialmente en las artistas mujeres. ¿Habéis tenido el sentimiento de tener que dar más porque sois una banda femenina?

Siempre. Cuando preparamos el directo contratamos una persona externa que nos ayuda. La primera vez fue un hombre que nos decía que nos teníamos que hacernos notar, crecer… En cambio, en esta última gira, nos ayudó Gemma Polo, cantante de Roba Estesa, otro de los pocos grupos de mujeres que cantan en catalán. Fue muy guay porque nos planteábamos cómo nos sentíamos y cómo estábamos cómodos sobre el escenario, no cómo nos teníamos que mostrar. Tenemos amigos de bandas masculinas que mueven un pie y la gente piensa “qué alternativos!”. Si es una mujer es una “sosa”. Cuando un hombre hace mucho, está superloco. Si es una mujer, es demasiado y quizás que se relaje. Hagamos lo que hagamos recibiremos críticas. Quizás hemos tenido un mal día y no estamos tan conectadas. Tocaremos y lo daremos todo, pero dentro de nuestro máximo. 

Estáis constantemente expuestas, no solo en redes sociales sino también en el escenario. ¿Cómo se gestiona una mala temporada o un mal día?

Nosotros hacemos cuidados de prevención. Antes de cambiarnos y focalizarnos en el concierto, nos reunimos las seis miembros y las dos managers y charlamos de cómo estamos. Aunque estés fatal y nadie te pueda ayudar, como mínimo ya lo has dicho y quizás te vienen a visitar durante la actuación. 

Todas os conocisteis en diferentes espacios de Gracia. ¿Juega algún papel el barrio en vuestra música?

Tenemos dos canciones que se llaman Plaça del Sol y Virreina. Era por donde nos movíamos y escribíamos sobre lo que conocíamos. El barrio, las amigas y las plazas, aunque ya no vayamos porque los guiris se han apoderado de ellas. Empezamos allí, a tocar la guitarra con Suu. Aparte de los hipsters y los cupcakes, dentro de Gracia hay una red de asociacionismo muy fuerte donde todas hemos estado involucradas. Nos han ayudado mucho a crecer y a conseguir conciertos. 

Ha sido un largo viaje desde el primer disco, 'De cero', que fue autoeditado, pasando por 'De sobretaula', hasta 'Cants, crits, baralles', estos dos últimos con discográfica. ¿Cómo han evolucionado las dinámicas de trabajo?

La discográfica nos ha quitado mucho trabajo de publicar un disco y ponerlo en Spotify o que los medios le hagan caso. La parte mala son los timings, pero nos espabila. Con la inmediatez de la música se tiene que ir sacando cosas. Me gusta porque se genera más contenido, pero también pienso en el agobio de los artistas. 

Además de la inmediatez, ¿tenéis sentimiento de competitividad con otros artistas?

Existe, pero procuramos no competir o compararnos personalmente. Cada grupo es un mundo. Si lo petan, enhorabuena. Nos encontramos a menudo y hacemos mucha piña porque somos muy jóvenes. Tenemos mil conversaciones con Ropa Estesa y Las que Faltaband. No competimos, no es culpa nuestra. Todas somos buenísimas y todas deberíamos tener espacio en esta industria.

*Aquí pots llegir l'entrevista a Maria Riba en català.

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