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China llena internet de clones

Las principales webs occidentales tienen su propia copia china. El Gobierno aprovecha las ventajas de la red, al tiempo que mantiene su control

MIGUEL ÁNGEL CRIADO

La larga tradición china de copiar productos y tecnologías se ha trasladado a internet. Todos y cada uno de los grandes servicios de la red, desde Google hasta Facebook, tienen al menos un clon chino. Tras años de conflictivas relaciones con las principales webs occidentales, que aceptaron la censura gubernamental a cambio de un acceso vergonzante a su enorme mercado, el Gobierno ya no los necesita: los clones chinos hacen mejor el trabajo. Al mismo tiempo que ofrecen a los ciudadanos las promesas de la sociedad del conocimiento, censuran con eficacia y sin protestas.

China tiene el mayor número de internautas del mundo, con 453 millones, según Internet World Stats, aunque en 2000 apenas eran 22,5 millones. Ante las perspectivas de que un crecimiento tan explosivo creara un enorme mercado de posibles clientes, los grandes de la red de entonces, Yahoo, Microsoft y Google, entraron en el país asiático. El precio para hacerlo estuvo claro desde el principio. Como en cualquier otra parte del mundo, debían de cumplir las leyes locales. El problema es que China tiene leyes poco asimilables a las de una democracia. En pos de la seguridad del Estado, las empresas occidentales tuvieron que bloquear determinados servicios, censurar resultados de búsqueda o instalar sistemas de filtrado de contenidos.

Es el país con el mayor número de internautas: 453 millones

'Todas ellas han tenido que hacer equilibrios entre sus intereses políticos y económicos y los problemas que podrían hacerles daño en otros mercados', dice el director de investigación del Centro Berkman para Internet y la Sociedad de la Universidad de Harvard, Rob Faris. Al aceptar las exigencias de las autoridades chinas, las webs occidentales tuvieron que sufrir las críticas por esa colaboración. 'Google ha intentado vivir con la censura a cambio de los beneficios económicos potenciales y luego decidió que no valía la pena. Para ellos, los beneficios no eran tan grandes como para afectar a la situación financiera de la empresa', explica el también miembro de la OpenNet Initiative, dedicada a denunciar la censura en la red. De hecho, Google, cuyo negocio en China apenas le suponía el 1,5% de su facturación, abandonó el país hace ahora un año. Pero otros tienen mucho que perder. 'Yahoo ha invertido mucho en China, por lo que tendrá que seguir cumpliendo con los requisitos del gobierno', añade Faris.

Pero el abandono de Google apenas se ha notado. Y es que no hay un clon de Google, hay varios (ver apoyo). El más conocido es Baidu. Fundada por dos jóvenes que habían estudiado en Occidente, esta página es la séptima más visitada del mundo, con 230 millones de visitantes únicos en febrero pasado, según el ranking que mantiene Google, muy por delante de Bing o Twitter. Si se contabilizan las páginas visitadas, 120.000 millones, escalaría a la tercera posición, sólo superada por Facebook y el propio Google.

Y otras páginas occidentales lo han tenido peor que los buscadores. Cuanto más social es un sitio, menos probabilidades de estar en China tiene. YouTube no funciona en el país asiático. Tampoco lo hacen MySpace, Twitter o Facebook. La semana pasada saltó el rumor de que esta estaría preparando su desembarco en China. Según se dijo, sacaría una versión local, sin conexión con el resto del mundo, en colaboración con Baidu. La red social publicó un comunicado negando tal extremo, sólo reconociendo que estaban 'estudiando y aprendiendo sobre China, como parte de una evaluación de los posibles enfoques que podrían beneficiar a nuestros usuarios, desarrolladores y anunciantes', dijo un portavoz a AFP. Llama la atención que, sin embargo, Linkedin, una red social más profesional y económica, no tenga estos problemas. Ya cuenta con un millón de usuarios en China.

Las compañías estadounidenses bloquean contenidos y búsquedas

El Gobierno, en un documento poco conocido, plasmó su posición sobre internet el año pasado. En él se recuerda cómo los tres últimos planes quinquenales del Estado dan prioridad al desarrollo de la red como medio para impulsar el avance del país. El documento insiste en el aspecto económico, sin apenas mencionar el lado social o de comunicación de las redes. En lo político, los límites están claros: 'Ninguna organización o individuo puede producir, duplicar, anunciar o divulgar información que tenga el siguiente contenido: estar en contra de los principios fundamentales establecidos en la Constitución, poner en peligro la seguridad del Estado, divulgar secretos de Estado, subvertir el poder del Estado y poner en peligro la unidad nacional, el honor y los intereses del Estado; instigar el odio étnico o la discriminación y poner en peligro la unidad étnica; cuestionar la política religiosa del Estado; propagar ideas heréticas o supersticiosas; difundir rumores; o alterar el orden social y la estabilidad', dice el documento. El Estado es omnipresente.

Ante este marco difícilmente superable, muchas de las webs occidentales no han querido estar en China. Buscado o no, el Gobierno chino ha creado una situación de autarquía. El país está experimentando lo que los historiadores de la economía llaman un proceso de sustitución de importaciones. Hay una demanda de servicios web que hay que atender y, ante la imposibilidad (política en este caso) de importarlos de fuera, se incentiva la producción local. Creadas por emprendedores que, en su mayoría, han pasado por Silicon Valley o universidades estadounidenses, las páginas chinas no dejan de florecer. Muchas son copias descaradas de las occidentales, pero otras van evolucionando e innovando. El portal Sina.com, por ejemplo, anunció hace unos días que prescinde de la tecnología de Google y usará un buscador propio.

La página de Baidu ya es la séptima más visitada del mundo

'El país está pasando de un modelo de tipo Made in China, en el que lo que aportaban eran fundamentalmente bajos costes laborales unitarios, a un modelo de tipo Engineered in China, en el que aprenden el desarrollo de las fases de verdadero valor añadido', explica el profesor del IE Business School, Enrique Dans. 'Hay empresas que han avanzado mucho en ese ciclo y que ahora son modelo de desarrollo tecnológico propio', añade. Para completar el ciclo, como ocurriera en Japón en el siglo pasado, el Estado y las empresas están enviando a los mejores estudiantes a formarse en el extranjero. 'En el mundo online, la base de estudiantes chinos en universidades estadounidenses de ingeniería es tan elevada, que la capacidad que el entorno chino ha adquirido para recrear desde un punto de vista técnico un modelo que han visto en algún otro entorno es elevadísima', añade Dans, buen conocedor de la escena china.

China, como hiciera la industria electrónica japonesa, va camino de no necesitar a Occidente para progresar en el desarrollo de internet. ¿El siguiente paso será, como vaticinan algunos, crear una red paralela? 'En parte, sí. Para los temas políticamente neutrales todavía hay una sola internet, aunque ya esté partida por el lenguaje. Para el contenido político, China se está moviendo hacia una red independiente', opina Faris.

32 millones de internautas La población internauta china es la mayor del planeta, y crece a un ritmo de 32 millones de nuevos navegantes al año hasta los 453 millones que tiene en este momento. Casi la mitad de esta cifra se conecta desde el móvil.

8.267.000 kilómetros de cables Según datos del propio Gobierno chino, desde 1997 han desplegado una red de fibra óptica de 840.000 kilómetros y un cableado total de 8.267 millones de kilómetros. 99% cobertura de la red El 99,3% de las ciudades chinas tienen acceso a internet. Un 96%, con banda ancha.

233 millones con móvil El 80% del territorio urbano tiene conexión 3G. Unos 233 millones de chinos se conectan a la red con el móvil.

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