Las tropas rusas comenzaron a retirarse el miércoles de la zona intermedia entre la región separatista georgiana de Osetia del Sur y el área controlada por Georgia, después de estar presentes en la zona desde su guerra de cinco días que enfrentó a ambos países el pasado agosto.

Una reportera de Reuters vio a unos 10 camiones militares rusos y varios vehículos blindados dejar el punto de control de Karaleti, cercano a Osetia del Sur. La columna militar se dirigió al norte de la frontera de facto de esta región separatista.

Rusia tiene hasta el viernes para retirar sus tropas de las zonas intermedias que se establecieron tras la guerra en torno a Osetia del Sur y Abjasia, que también aspira a la independencia.

La fecha límite del 10 de octubre está incluida en el acuerdo de alto el fuego patrocinado por Francia, que ostenta la presidencia semestral de turno de la Unión Europea, después de que los tanques y fuerzas rusas repelieran una ofensiva georgiana para recuperar Osetia del Sur de manos de los separatistas pro rusos.

"Rusia ha comenzado la retirada de sus fuerzas de mantenimiento de la paz de los seis puestos de control localizados al sur de la zona de seguridad", dijo a Reuters Igor Konashenkov, ayudante del comandante de las fuerzas de tierra del Ejército Ruso.

En el oeste de Georgia, un reportero de televisión de Reuters vio a una columna de 50 ó 60 vehículos militares rusos dejando una base militar y cruzando el río Inguri hacia Abjasia.

El comandante de las fuerzas rusas de mantenimiento de la paz en la zona de conflicto de Georgia-Osetia del Sur, Marat Kulakhmetov, dijo que la retirada se completaría antes del anochecer.

"Todo está completamente encaminado. Todo será apuntado y registrado en documentos", dijo a los periodistas.

La segunda línea de tropas rusas se encuentra en la frontera de facto con Osetia del Sur. Una misión de observadores no armados de la Unión Europea está supervisando la retirada.

La guerra de agosto siguió a meses de escaramuzas entre separatistas y las tropas georgianas. Rusia expulsó al Ejército georgiano de Osetia del Sur, que se escurrió del control de Tiflis en torno a 1991-92. Las unidades rusas continuaron presionando y entraron en Georgia, asegurando que necesitaban prevenir futuros ataques de Georgia.

Occidente ha condenado la acción de Rusia como una "respuesta desproporcionada" a las acciones de Georgia, y ha pedido reiteradamente a Moscú que saque sus tropas del territorio interior de Georgia.