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Sube la presión sobre la deuda lusa tras la dimisión de su primer ministro

EFE

Portugal se ha despertado hoy con los intereses que penalizan su deuda soberana más altos y con una elevada volatilidad en la Bolsa de Lisboa, en el día después de que el primer ministro José Sócrates presentara su dimisión.

Especialmente significativa fue la subida experimentada por los intereses de sus obligaciones a cinco años, que alcanzaron un nuevo máximo histórico al situarse por encima del 8,3 por ciento, lo que incrementa el riesgo de que Portugal tenga que recurrir a la ayuda externa.

La situación de "impasse" político que vive ahora mismo el país amenaza con convertirse en un motivo más de desconfianza de los mercados, tal y como advirtió ayer el propio Sócrates, y que se suma a la decisión de Bruselas de aplazar la ampliación y flexibilización definitiva del actual fondo de rescate europeo hasta junio.

La aprobación de esta modificación era el verdadero caballo de batalla de Portugal, tal y como reconoció a principios de este mes su Gobierno, consciente de la importancia el apoyo comunitario para superar la presión a la que le someten los mercados y evitar la intervención externa.

El principal índice bursátil luso, el PSI-20, se desplomó esta mañana nada más abrirse la Bolsa de Lisboa casi un 1 %, prácticamente la misma caída con la que cerró la sesión de ayer, aunque poco después cambió radicalmente de tendencia y a las 09.10 horas GMT lograba subir un 0,81 %, con sólo un título en rojo.

La presión sobre la deuda lusa en el mercado secundario, sin embargo, experimentó una tendencia inversa, al comenzar sin prácticamente variación respecto ayer y evolucionar al alza con el paso de los minutos.

Los intereses sobre la deuda lusa a diez años se situaban a las 08.45 horas GMT en el 7,695 %.

Más fuerte fue el incremento de la presión de sus obligaciones a cinco años, que batió un nuevo récord desde la entrada de Portugal en el Euro al situarse en el 8,339 por ciento a esa misma hora.

La mayor penalización de los títulos a cinco años que los de diez años es una prueba de que el temor de los inversores sobre la posibilidad de que el país luso no pueda hacer frente a sus compromisos financieros es mayor a corto que a largo plazo, según los analistas.

Portugal se encuentra en el punto de mira de los mercados desde finales de 2010, y los rumores sobre la hipótesis de tener que pedir un rescate financiero como hicieron Grecia e Irlanda han ido en aumento desde entonces.

El Ejecutivo luso, de signo socialista, propuso combatir esta crisis de la deuda soberana con un nuevo paquete de medidas de ajuste que fue rechazado ayer en el Parlamento por todos los grupos de la oposición, lo que llevó a la dimisión del primer ministro José Sócrates, al considerar que sin estas políticas el riesgo de intervención es significativamente mayor.

Ahora, la carta de dimisión del primer ministro se encuentra encima de la mesa del presidente de Portugal, el conservador Aníbal Cavaco Silva, quien debe decidir primero si acepta esta solicitud, y después si convoca elecciones anticipadas u opta por otro tipo de solución, como la formación de un Gobierno de coalición.

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