El movimiento independentista saharaui Frente Polisario celebra a partir de hoy su XIII Congreso, que, bajo el lema "La independencia es la solución", abordará "la renovación y el refuerzo de los medios de lucha" para defender los derechos del pueblo saharaui.

Los organizadores del congreso, con 1.500 participantes y que finalizará el próximo lunes, pretenden mandar una señal "simbólica más fuerte" al elegir como sede la ciudad de Tifariti, en territorio controlado por el Polisario y que ya acogió sus dos últimos cónclaves, 2003 y en 2007, pese a las críticas de Marruecos.

Hace cuatro años, el Gobierno marroquí solicitó la intervención de la Misión de la ONU para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO) para que impidiera la celebración del congreso en esta región que considera una "zona tapón", no armada, entre el Sahara Occidental y las fronteras argelinas.

A juicio de Rabat, la celebración del congreso en esta ciudad suponía una "violación del alto el fuego" declarado en 1991.

Además de las cuestiones de funcionamiento interno y de celebrar elecciones a los consejos administrativos, el congreso tratará "la renovación y el reforzamiento de los medios de lucha que pueden permitir la recuperación de la independencia y la libertad y los derechos legítimos del pueblo saharaui", dijo a Efe el ministro de Asuntos Africanos, Yeslam Beissat.

"A través del XIII Congreso queremos lanzar un triple mensaje, primero a la población saharaui, que vive bajo la represión de las ciudades ocupadas, después al reino de Marruecos y finalmente a la comunidad internacional", comentó Beissat.

Explicó que tanto la dirección política como los refugiados de Tinduf quieren reafirmar a los saharauis de las "ciudades ocupadas" que "el Polisario continuará la lucha hasta la obtención de todos sus derechos".

"Al hermano y vecino Marruecos, queremos, a través de este congreso decirle que la perseverancia es nuestra primera arma. No se trata de una cuestión de personas o coyuntural, sino que, por encima de todo, se trata de un pueblo que está más decidido que nunca a recuperar su derecho a la libertad y a la dignidad", agregó.

En cuanto a su mensaje a la comunidad internacional subrayó que "20 años sin guerra ni paz son demasiados", en referencia al alto el fuego acordado en 1991 por las autoridades marroquíes y saharauis para abrir la vía a unas negociaciones y a la aplicación de un plan de paz de la ONU que en teoría debería desembocar en un referéndum.

Las negociaciones directas entre las autoridades marroquíes y saharauis, que comenzaron en junio de 2007 bajo el auspicio de la ONU, se encuentran en punto muerto tras ocho reuniones informales, la última celebrada el pasado junio en Manhasset, en Estados Unidos.

"Al final de la reunión, cada una de las partes sigue rechazando las propuestas de la otra como base única de las negociaciones futuras", explicó el enviado especial de la ONU para el Sahara, Christopher Ross, en un comunicado emitido al término del último encuentro informal celebrado en dicha localidad neoyorquina.

Marruecos, que ocupó el Sahara Occidental en 1975, sostiene que la autonomía para la zona dentro de su Estado es la única salida viable para el conflicto, mientras que el Polisario apuesta por la celebración de un referéndum en el que los saharauis puedan votar también por la independencia.

Una gran parte de la población saharaui abandonó el territorio aún bajo control español en 1975, cuando el entonces rey de Marruecos convocó la Marcha Verde. En su éxodo acabaron en Tinduf (Argelia), donde levantaron sus campamentos al amparo de Argel, su principal valedor ante la comunidad internacional.

En 1976, el Frente Polisario fundó la República Árabe Saharui Democrática (RASD) e inició una guerra de guerrillas contra Marruecos y Mauritania, que se habían repartido el territorio mediante los acuerdos de Madrid de 1975, que supusieron la salida de los españoles.

Pese a que el Tribunal Internacional de La Haya se pronunció contra las pretensiones territoriales de ambos países, y Mauritania renunció a sus ambiciones, Marruecos y el Polisario nunca se han puesto de acuerdo en el censo para una consulta de autodeterminación.

Samir Knayaz