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El miedo escénico a Mestalla se adueña del Valencia

EFE

El miedo escénico se ha adueñado del Valencia en los partidos de la presente campaña que juega ante su público hasta el punto de haber encadenado cuatro derrotas consecutivas como local y necesitar una victoria el sábado ante Murcia para invertir la tendencia de mal juego y malos resultados.

Tras la derrota del martes ante el Rosenborg en el debut del holandés Ronald Koeman como técnico del Valencia, el partido contra el conjunto murciano cobra especial importancia pues el equipo tiene mucho que perder y poco que ganar en este partido.

Una victoria no resolverá los problemas, pero sí se convertirá en un bálsamo para la heridas del equipo, mientras que una derrota ante un rival de la zona media de la tabla avivará las llamas de la crisis en la que vive inmerso el Valencia.

La campaña 2006-2007 se ha convertido, a pesar de que acaba de comenzar, en una de las más anómalas de la historia reciente del club desde el punto de vista competitivo.

El Valencia ha ofrecido buenas prestaciones y conseguido algún resultado importante a domicilio, pero ha sido un conjunto desastroso ante su público, tanto por el juego como por los marcadores.

El del Murcia será el decimoctavo partido oficial del Valencia entre todas las competiciones en una campaña en la que los números lo dicen casi todo, ya que en casa ha jugado ocho encuentros, de los que ha ganado tres y perdido cinco, mientras que a domicilio ha sido mucho mejor, con nueve partidos, de los que ha ganado siete y perdido dos.

Con estas cifras, el Valencia ha marcado diez goles en casa y catorce a domicilio y ha recibido dieciséis en Mestalla y diez lejos de su estadio, lo que completa un balance desfavorable global de veinticuatro goles a favor y veintiséis en contra.

En Mestalla han ganado el Villarreal en la primera jornada de Liga y, de forma consecutiva, Chelsea, Espanyol, Real Madrid y Rosenborg, mientras que el equipo ha ganado al Elfsborg en la fase previa de la Liga de Campeones y al Valladolid y el Getafe, aunque sin brillar ante ninguno de estos dos últimos equipos.

Además, algunas de estas goleadas fueron especialmente contundentes y escocieron a la afición, ya que el equipo perdió por 0-3 en un derbi regional ante el Villarreal y luego, el Real Madrid le encajó cinco goles (1-5).

Fuera de casa, el Valencia venció en sus seis viajes ante Elsborg, Almería, Schalke 04, Betis, Recreativo de Huelva y Deportivo, perdió con contundencia ante Rosenborg y Sevilla, lo que provocó la destitución de Quique Sánchez Flores como técnico, aunque volvió a ganar en Mallorca en su última salida.

Prueba de que el Valencia es un equipo que no tiene término medio es que durante la presente campaña no ha resuelto ningún partido con empate y que, a pesar de que el panorama sea poco alentador, el equipo está en posiciones de Liga de Campeones y sólo en Europa da la sensación de que sus opciones son muy limitadas.

Por otra parte, más que los resultados, en el entorno del Valencia preocupa el elevado número de goles recibidos, la incapacidad para reaccionar cuando el marcador se pone en contra y la imagen de un conjunto especialmente agarrotado ante su público.

El cambio de imagen en el equipo en el único partido jugado por el Valencia a las órdenes de Koeman apenas se percibió, ya que no varió los planteamientos de su predecesor.

Sólo en la media hora final, con el marcador en contra y con la necesidad de dar la vuelta al partido a la desesperada, Koeman colocó a Vicente de lateral izquierdo para que centrara desde más lejos, puso a Zigic en la punta para buscar remates de cabeza, aunque dejó al equipo sin Joaquín, uno de los hombres teóricamente más capacitados para enviar balones al área.

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