La canciller alemana, Angela Merkel, bloqueó este viernes en la cumbre europea en Bruselas 2.300 millones de euros que España tenía prometidos para mantener empleos o rescatar a trabajadores del paro mediante programas de formación.

La Comisión Europea había propuesto adelantar gran parte de los 76.000 millones de euros del Fondo Social Europeo que están presupuestados para el ejercicio 2007-2013, para luchar contra el desempleo que se dispara por la crisis. España ha sido históricamente uno de los grandes beneficiarios del FSE, que en esta ocasión pretendía repartir 19.000 millones de euros entre todos los socios en 2009 y 2010. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, vio escurrirse la parte española tras las protestas de un grupo de contribuyentes netos al presupuesto de la Unión Europea, liderados por Alemania, Suecia y Holanda.

En la reunión no estuvo el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero por su repentina vuelta a Madrid tras el atentado. Merkel se enfrentó así a Moratinos y a varios líderes europeos por su exigencia de contener el gasto en empleo y circunscribirlo a los países con grandes desequilibrios en la balanza de pagos.

Según Merkel, sólo deben recibir ayuda extra Letonia, Rumanía y Hungría, a pesar de que éstos ya se han beneficiado de la solidaridad europea a través de otras partidas. Pero en opinión de España y Francia, que han sufrido un aumento considerable del desempleo desde el inicio de la crisis, todos los países deberían beneficiarse del FSE, porque todos están sufriendo la lacra del paro.

El FSE, una de las instituciones más antiguas de la Unión Europea, es el principal instrumento de inversión financiera en materia de empleo, y financia programas de formación, integración de mujeres, minorías o discapacitados a la vida laboral. La Comisión Europea había propuesto, siguiendo las conclusiones de la última cumbre del Empleo, flexibilizar el reparto de dinero procedente de este fondo para dinamizar la creación de nuevos puestos de trabajo. Para ello puso sobre la mesa una 'solución creativa', según su presidente, José Manuel Durao Barroso, que consistía en financiar al 100% proyectos que habitualmente se cofinanciaban con dinero de gobiernos centrales o regionales.

La innovación, tumbada ahora por Merkel, pretendía paliar la sequía de fondos públicos y aliviar su creciente déficit al tiempo que se aceleraba la recuperación económica gracias a más inyecciones de dinero público.

Merkel también se opuso a la financiación al 100% de los proyectos de formación, ganándose el enfado de buena parte de líderes europeos, acosados por el impacto de la crisis. La perseverancia alemana obligó a la Comisión a guardarse la propuesta. Moratinos aseguró que los 19.000 millones no se han esfumado y que 'se harán propuestas concretas en un futuro no muy lejano' para luchar contra el crecimiento del paro.

Además de España, la propia Alemania, Polonia, Francia, Grecia, República Checa, Hungría, Italia, Portugal, Rumanía o el Reino Unido se beneficiarían de las ayudas. De no invertirse en programas de formación, las partidas no gastadas volverán en última instancia a los contribuyentes netos, entre los que se encuentran los tres países que bloquearon la propuesta.