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Israel da una vuelta de tuerca a sus relaciones con el Vaticano

EFE

El Gobierno de Israel ha dado una vuelta de tuerca a sus relaciones con el Vaticano al advertir hoy uno de sus ministros que es "inaceptable" la beatificación del Papa Pío XII, a quien los judíos acusan de pasividad durante el Holocausto.

La declaración se suma a las críticas de grupos judíos en el mismo sentido pero de las que hasta ahora se había abstenido el Ejecutivo israelí, y se produce tras anunciarse que el Papa Benedicto XVI abrirá una "reflexión" sobre la conveniencia de elevar a Pio XII a los altares.

"El intento de convertir a Pío XII en un santo es inaceptable", declaró al diario "Haaretz" el ministro israelí para la Diáspora, Isaac Herzog.

El propio periódico destacó lo "inusual" de este genero de manifestaciones por parte de un miembro del Gobierno de Israel.

Según Herzog, "el Vaticano sabía muy bien lo que ocurría en Europa" durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), en alusión al exterminio nazi de seis millones de judíos en el curso de la contienda.

"Aún así -asegura Herzog-, no hay evidencia de ninguna medida que el Papa adoptara y estuviera a la altura de la Santa Sede".

Para el ministro israelí de la Diáspora, el intento de beatificar a Pío XII "es aprovecharse del olvido y la falta de conocimiento", ya que es de la opinión de que el entonces pontífice lo que hizo fue "mantenerse en silencio, y quizá algo todavía peor".

Investigadores y organizaciones judías han acusado de manera tradicional a Pío XII de no haber protestado ante las matanzas nazis, y en el Yad Vashem (Museo del Holocausto de Jerusalén) hay una inscripción que alude a esa presunta actitud del pontífice.

La sorpresa es que las autoridades israelíes asuman ese discurso cuando el actual papa ha frenado la discutida beatificación.

El Vaticano dio a conocer el pasado fin de semana que Benedicto XVI ha decidido "estudiar mejor" la subida a los altares de Pío XII, lo que fue interpretado como un gesto para hallar un entendimiento sobre la inscripción del Yad Vashem, no menos controvertida.

Porque el Museo del Holocausto es una puerta de entrada casi obligada para las personalidades que visitan Israel.

Y es conocido el deseo de Benedicto XVI -un apasionado estudioso del Antiguo Testamento-, de viajar al Estado judío en su pontificado, algo que resulta impensable si se mantiene la placa y posibilidad que declaraciones como las de Herzog alejan aún más.

Casi en paralelo al anuncio por el Vaticano de la paralización de la beatificación de Pío XII, el Yad Vashem divulgó un comunicado en el que centraba el asunto en el plano político, y no aludía a la petición de la Iglesia Católica de que se retire la inscripción.

"Claro que quiere venir a Tierra Santa, como todos los cristianos. ¿Es que hay algún cristiano que no quiera venir a Tierra Santa?", dijeron a Efe fuentes de la Nunciatura en Jerusalén, que se remitieron para otro tipo de declaraciones a la Santa Sede, en Roma.

El trasfondo de la polémica son las difíciles relaciones que siempre han mantenido el pueblo judío y el Vaticano.

Después de acusarse pertinaz y respectivamente de "antisemita" y "deicida" -de forma más o menos abierta o encubierta pero durante muchos siglos-, ambas partes han proseguido con sus rencillas tras la fundación en 1948 del Estado de Israel.

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