José Antonio Marina (Toledo, 1939) ha dedicado toda su vida a estudiar la inteligencia individual, pero afirma que cada vez le interesa más la social. Por este motivo acaba de publicar junto a María Teresa Rodríguez de Castro La conspiración de las lectoras, la historia del Lyceum Club Femenino (Anagrama).

10¿Qué fue exactamente este club?

Desde 1916 hasta el comienzo de la Guerra Civil, la generación más brillante de mujeres en la historia de España se reunía para reivindicar sus derechos, totalmente mermados en esas circunstancias.

09Pocos derechos deberían tener entonces...

Sin ir más lejos, una viuda que volviera a casarse perdía la patria potestad de sus hijos, a no ser que el difunto hubiese dejado por escrito lo contrario.

08¿Triunfaron esas mujeres?

Consiguieron que se pusiera sobre el tapete la legislación sobre la mujer, pero se convirtieron en una especie de peligro público.

07¿Y qué fue de ellas?

En el año 36 hubo una gran quiebra de la inteligencia social europea, no había sitios para prosperar, así terminó el Lyceum. La mayoría de ellas tuvieron que emigrar.

06¿Tendría sentido hoy en día una asociación así?

Sí, porque estamos encadenando la conversación pública. Hay una desconfianza generalizada para entendernos.

05¿Cuál es el problema?

Nadie cree en la buena fe de nada.

04¿Y con respecto a las mujeres?

Estamos viviendo un rebrote de modelos machistas. Las madres que trabajan se echan la culpa de todo lo que les pasa a sus hijos y se culpan constantemente.

03Como profesor, ¿cree que la juventud terminará con esta mentalidad?

A los jóvenes no les interesan estas batallas, piensan que todo está ganado. Ahora se vive en una impotencia confortable.

02¿Hay alguna solución al problema?

Es importante recuperar la idea de que la acción privada tiene función pública. ¡En las universidades, ya no se convocan movilizaciones!

01¿Debería implicarse más la educación?

Y la publicidad las revistas, los medios de comunicación, las familias...