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Fernán-Gómez despedido con todos los honores en su último viaje

EFE

El actor, escritor y dramaturgo Fernando Fernán-Gómez fue incinerado hoy en Madrid en una ceremonia íntima y familiar tras recibir el homenaje de miles de personas del público y de personalidades de la cultura y la política, que le despidieron como a uno de los grandes del cine y el teatro español.

Una sentida ovación y gritos de "¡Bravo, bravo!" acompañaron el adiós al artista en el cementerio madrileño de la Almudena, bajo los acordes del tango "Caminito", una de sus canciones favoritas.

Pocos fueron los que se acercaron al cementerio, donde sólo un grupo reducido de amigos y familiares acompañaron hasta el último momento los restos mortales del actor, fallecido el miércoles a los 86 años.

El féretro llegó cubierto con la bandera anarquista, la misma que ha lucido durante estos dos días en la capilla ardiente y con una rosa blanca encima.

Una hora antes era despedido entre bravos y aplausos en el Teatro Español, donde se celebró un último homenaje, por deseo de su viuda, la actriz española Emma Cohen, con un emotivo acto en el que el cantaor flamenco Enrique Morente le dedicó "Caminito" ante un patio de butacas totalmente abarrotado y en absoluto silencio.

Durante más de doce horas el escenario del Teatro Español, en el que Fernán-Gómez estrenó su obra "Las bicicletas son para el verano" a finales de los años 70, se convirtió en una tertulia de café de esas que a él le gustaban, en torno a su féretro instalado en medio del escenario, delante de una foto que le mostraba en una terraza en Roma leyendo el periódico y observando una paloma.

Amigos y compañeros como los actores Rafael Álvarez "El Brujo", Fernando Guillén Cuervo, Julieta Serrano, Blanca Portillo, Loles León o Amparo Baró leyeron en voz alta sus textos, lo que de vez en cuando arrancaba una ovación del público.

El tango, que tanto amaba este limeño, nacionalizado argentino y que murió español, sonó por todos los rincones del teatro, y el "Caminito", cantado en directo por Enrique Morente y bailado por una pareja de tanguistas, le despidió.

Cientos de personas, familiares, políticos, artistas y compañeros de profesión pasaron entre ayer y hoy por el Teatro Español, un lugar elegido para instalar la capilla ardiente por el propio actor, ya que fue, aparte de éxitos cosechados, donde recitó por última vez unos textos de su actual director, Mario Gas.

Su hijo Fernando y su hija Helena acompañaron a la viuda, y fue Helena, fruto de su relación con la cantante María Dolores Pradera la encargada de agradecer a los presentes su asistencia.

Hasta la capilla ardiente acudieron altos representantes del mundo de la política española, como el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el ministro de Cultura, César Antonio Molina; o el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón.

Pero, sobre todo gente corriente que le admiraba y compañeros del cine y el teatro como Pedro Almodovar, Pilar Bardem, Manuel Aleixandre, Marisa Peredes, Álvaro de Luna, Nuria Espert, José Luis Borau, Verónica Forqué, Montxo Armendáriz, Cayetana Guillén Cuervo, Tristán Ulloa, Berta Riaza y Pedro Olea.

El presidente del Gobierno de España destacó que Fernán-Gómez "era una persona excepcional de la cultura española, figura que dejará una huella imborrable entre lo mejor que hemos podido hacer en este siglo".

Hoy, el fallecido actor fue condecorado por el Consejo de Ministros.

Protagonista de doscientos filmes y director de más de una veintena, Fernando Fernán-Gómez, nació el 28 de agosto de 1921 en Lima, durante una gira que realizaba por Latinoamérica su madre, la actriz Carola Fernán-Gómez, y fue inscrito en el Consulado de Buenos Aires, por lo que fue nacional argentino hasta 1970, cuando se nacionalizó español.

En su filmografía figuran títulos como "Botón de ancla", "El inquilino", "La venganza de Don Mendo", "Ninette y un señor de Murcia", "El espíritu de la colmena", "Mamá cumple cien años", "La colmena", "Esquilache", "Belle Epoque", "El abuelo", "Todo sobre mi madre", "La lengua de las mariposas" o "Tiovivo c. 1950".

Su carrera literaria, que comenzó con la novela "El vendedor de naranjas" (1961), incluye obras de teatro como "Las bicicletas son para el verano".

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