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Carcaño llamó dos veces a Marta después de muerta

La policía sostiene que el presunto asesino actúo aconsejado por su hermano mayor para 'buscar una posible coartada'

RAÚL BOCANEGRA

El análisis de las llamadas teléfonicas que una amiga de Marta del Castillo le hizo la tarde del 24 de enero, en la que fue asesinada, la sitúa en el piso de la calle León XIII de Sevilla poco antes de las 20:28 horas. A las 20:04 de ese día estaba aún en el barrio de Triana con su presunto asesino, Miguel Carcaño, con quién había pasado la tarde, según datos del sumario a los que ha tenido acceso Público. El traslado desde el Puente de Triana, donde Marta se despide de un amigo con el que había quedado, hasta el piso de León XIII se realiza en motocicleta (dura unos 15 minutos). La situación de Marta se conoce porque las llamadas de móvil se canalizan a través de repetidores situados a lo largo de Sevilla, que permiten ubicar conversaciones.

Cuando ambos llegaron a la casa, al menos Francisco Javier Delgado, hermano mayor de Miguel Carcaño, estaba allí, según se extrae del análisis de sus llamadas telefónicas. Éste, que ayer hizo pública una carta en la que defendía de nuevo su inocencia y calificaba el crimen de 'horrendo' e 'incomprensible', se marchó del piso poco después de las 20:41 hacia su casa de la calle Tharsis, adonde fue en autobús. Allí está ya a las 21:01 horas. La Policía sitúa la muerte de Marta en torno a las 20:30 de esa misma tarde. El intervalo exacto de su muerte no está del todo cerrado. Así las cosas, Javier podría tanto haber presenciado el crimen como no haber participado en él. El juez que instruye el caso, Francisco Molina, reflejó en el auto de ingreso en prisión que sí participó en el intento de limpiar las pruebas del delito. La Policía baraja como posibilidad que organizó la desaparición del cadáver de Marta, que aún no ha sido hallado tras más de 100 días de búsqueda. Por ello, lo mantiene en prisión, al igual que a su hermano Miguel.

Privados de libertad, se encuentran también El Cuco, de 15 años, en un centro de menores, quien a las 21:24 estaba en la Carretera de Carmona, relativamente cerca del piso de León XIII, y Samuel Benítez, hoy en prisión, ambos, amigos de Carcaño. Samuel recibió llamadas entre las 21:24 del día 24 y la 1.13 de la madrugada del día siguiente que lo sitúan en la barriada de Montequinto, en Dos Hermanas (localidad vecina a Sevilla), lejos del piso de León XIII.

La Policía considera que las llamadas de teléfono, aun suponiendo que los móviles acompañaran en todos los momentos a sus propietarios, no arrojan resultados determinantes ni destruyen tesis alguna de trabajo. Todos los encarcelados pudieron haber participado en el crimen y ayudar a la desaparición del cuerpo.

Las llamadas sitúan a Miguel a las 0.11 ya en Camas, localidad vecina a Sevilla, donde vivía su novia, menor de edad, y la madre de ésta. A esa hora, llama a su amigo Samuel, que, informa Efe, citando un informe policial, sigue en Dos Hermanas. A la 1.37, el móvil de Miguel recibe tres llamadas sucesivas, también en Camas. Sin embargo, un testigo declaró haberlo visto a esa hora en el portal del piso del crimen. Luego, entre las 4.30 y las 4.57, Carcaño, en Camas todavía, recibe de su hermano Javier, ya de vuelta en el piso de León XIII, seis llamadas. Éste había utilizado el móvil por última vez a las 21.01 desde la calle Tharsis para llamar a su ex esposa. Lo vuelve a usar a las 00.00 desde el bar del que es socio, cerca de la zona comercial de Nervión.

Miguel, tras hablar con su hermano, llamó dos veces al móvil de Marta, a las 4.36 horas y a las 5.22 del día siguiente al asesinato. La Policía considera que las hizo por consejo de su hermano mayor para 'buscar una posible coartada', puesto que a esa hora 'la menor ya había fallecido, circunstancia que conocían ambos hermanos', cita Efe un informe policial. Ayer, Javier aseguró que su hermano le dijo tres veces que no sabía nada del delito.

Miguel ha dado hasta ahora dos versiones de lo que sucedió en el piso de León XIII. Admitió primero haber matado a Marta de un golpe y luego haberla tirado al río con ayuda de Samuel y El Cuco, hipótesis que los dos ratificaron. Posteriormente, éstos se retractaron y afirmaron que no habían estado allí. Miguel también cambió de discurso. Se mantiene ahora en que él y El Cuco violaron a Marta y después la arrojaron a un contenedor.

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