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Bill Clinton y Joe Biden acaparan luz y taquígrafos en la Convención Demócrata en Denver

EFE

El senador Joe Biden y el ex presidente Bill Clinton debutan hoy en la Convención de Denver, en la que el primero aparece como flamante "vicepresidenciable" y el segundo, al no quedar más remedio, como unificador del partido.

La velada girará en torno a la seguridad nacional, un tema del que tradicionalmente se han adueñado los republicanos, quienes han vuelto a la carga este año, al señalar que el joven candidato presidencial demócrata Barack Obama no tiene las credenciales para asumir el liderazgo en ese frente.

Las encuestas dan, de momento, la razón a los conservadores, al indicar que la mayoría de votantes confía más en el candidato presidencial republicano John McCain que en Obama en temas de seguridad y política exterior, asuntos clave en estas elecciones.

De ahí que los demócratas hayan decidido sacar hoy a los expertos del partido en la materia, quienes se prevé aduzcan que Obama es el candidato mejor preparado para defender al país frente a posibles amenazas externas.

La jornada servirá para exponer una política exterior que "no es republicana ni demócrata, sino una política estadounidense inteligente que hará que nuestro país sea más seguro", según el anuncio programático del partido.

El principal encargado de asumir la defensa de Obama será su media naranja política, Biden.

El veterano y combativo senador por Delaware es el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y una de las voces más respetadas del país en temas de política exterior.

Biden, que visitó a última hora del martes el escenario del Pepsi Center para ver la plataforma desde la que pronunciará su discurso, ha dejado claro que está listo para asumir el rol de crítico de la oposición que tradicionalmente corresponde al "número dos".

"No podemos permitirnos otros cuatro años de política exterior que ha destruido nuestras alianzas y sacrifica nuestra legitimidad moral alrededor del mundo", afirmó el sábado durante su primera comparecencia conjunta con Obama.

"Señoras y señores esa es la mala noticia, pero también hay buenas noticias. No tenemos porqué tener otros cuatro años de George W. Bush y John McCain", añadió, en un adelanto del ataque al "enemigo" que se avecina hoy.

Y si las palabras de Biden serán escuchadas con atención, las de Bill Clinton no lo serán menos. De hecho, se espera que, al igual que ocurrió ayer con Hillary, Bill sea hoy la estrella de la noche, pese a que no se le ha reservado el papel estelar.

La expectación no es fruto tanto de su figura legendaria y carismática como de las tensiones entre él y la campaña de Obama durante las elecciones primarias en las que Bill participó en mítines a favor de su derrotada esposa.

El ex presidente dijo entonces cosas como que apostar por Obama era hacerlo "por el azar" y calificó su oposición a la guerra de Irak de "cuento de hadas".

Además, no ayudó a curar las heridas después de las reñidas primarias que dieron paso a un partido fracturado.

"Uno podría argumentar que nunca se está listo para ser presidente", dijo recientemente en respuesta a una pregunta de si Obama estaba listo para asumir las riendas del poder.

Pero todo hace prever que, al igual que ocurrió ayer con Hillary, Bill Clinton entierre hoy el hacha de guerra, se deshaga en elogios con Obama y haga un llamamiento a las tropas "pro-hilarianas" a cerrar filas frente a la candidatura del senador de Illinois.

Tras bambalinas, de todos modos, parece claro que la tensión no se ha disuelto.

El lunes, sin ir más lejos, salió a relucir el descontento del ex presidente con el encargo de hablar de seguridad nacional y política exterior, dos temas en los que ha sido crítico con Obama.

Según filtraron varios medios, que citaban fuentes próximas a Clinton, él hubiera preferido hablar de valores del partido o la economía, el asunto que lo ayudó a ganar la Casa Blanca en 1992.

Esas filtraciones forzaron la intervención de Obama, quien vino a decir que Clinton tenía carta blanca para hablar de lo que quisiera.

Hablará, por tanto, de lo que quiera, pero mucho de seguridad. Y después desaparecerá, ya que, según se supo hoy, Bill no tiene intención de estar en el Invesco Field donde Obama pronunciará su discurso de aceptación de la candidatura.

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