Una reflexión sobre la violencia que todos llevamos dentro y sobre la multiplicidad del ser humano es lo que esconde "Satanás", primer largometraje del realizador colombiano Andrés Baiz que llega este viernes a los cines.

"Satanás" es, ha explicado hoy su director y guionista, "un drama psicológico transgresor", que al igual que la novela de Mario Mendoza en el que se basa, "destapa en lugar de disfrazar" y revitaliza la historia del Doctor Jekyll y Mister Hyde. "En hebreo Satanás significa enemigo o adversario, el oponente que llevamos dentro", ha señalado Baiz.

Esta cinta, una coproducción colombiana y mexicana, recupera un hecho real ocurrido en 1986, cuando un hombre "que llega a su límite y explota" -ha detallado el director- asesinó a una veintena de personas en un restaurante de Bogotá.

Junto a Eliseo, protagonista de esta historia e interpretado por el actor mexicano Damián Alcázar, vertebran el film el padre Ernesto, que se debate entre lo carnal y lo espiritual, y Paola, una joven que deja atrás su perfil de víctima de la mano de una venganza.

La película busca "sacudir al espectador" -ha explicado el realizador-, que éste se llegue a plantear si las personas "¿nos hacemos o nacemos?" y cómo, al margen de nuestra genética, las "microviolencias" de las grandes urbes y la forma en que actuamos puede hacer brotar el monstruo dormido de quienes nos rodean.

Para plasmar esta serie de interrogantes, Andrés Baiz ha optado por contar las tres historias a través de una estética "muy clásica, elegante e incluso romántica" que busca no caer en la reiteración. "No quería sumar más crudeza con la cámara y he intentado mostrar una cierta expresión artística dentro del horror", ha subrayado.

El director, que contó con el asesoramiento de Mendoza en la adaptación de la novela, también ha destacado su intención de no caer en moralismos ni ser "pretencioso" dando una respuesta al por qué de los hechos. "En la película simplemente gana el mal y esto no es algo que suela verse", ha explicado.

"Satanás" ha cosechado un gran éxito en Colombia, donde obtuvo el premio a la mejor película en el Festival de Bogotá. De igual modo, obtuvo una Mención Especial en la Sección Horizontes Latinos en San Sebastián y los premios a mejor película y mejor actor en el Festival de Montecarlo, para Damián Alcázar.