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Las agencias de 'rating' evitan la investigación

El fiscal de Nueva York y la SEC siguen sin tocar a las calificadoras

ANTONIO LAFUENTE

Dos años después del estallido en Estados Unidos de la segunda peor crisis económica en cien años, las investigaciones sobre cómo se produjo, sus responsables y las irregularidades que contribuyeron a ella se ramifican en distintas comisiones, tribunales e instituciones que, de momento, han dado pocos resultados y han dejado prácticamente al margen a algunos de sus principales protagonistas, las agencias de calificación de riesgo.

En el terreno judicial, la causa más importante es la que lleva el fiscal general de Nueva York, Andrew Como, contra ocho bancos: Goldman Sachs, Morgan Stanley, UBS, Citigroup, Deutsche Bank, Crédit Agricole, Credit Suisse y Merrill Lynch, ahora propiedad de Bank of America.

Goldman Sachs está bajo el foco por su derivado financiero Abacus

El fiscal quiere saber si engañaron a las agencias de calificación de riesgo para obtener una buena consideración en los productos financieros basados en hipotecas basura. En esa investigación, Cuomo ha dejado fuera del foco a las tres agencias más importantes (Standard & Poor's, Fitch y Moody's), que fueron incapaces de detectar unos productos financieros muy dañinos para el sistema financiero y que acabaron llevándolo a la crisis.

El fiscal también indaga en las relaciones existentes entre los empleados de los bancos y de las agencias de calificación. Por ejemplo, la fiscalía sabe que Goldman Sachs obtuvo una buena nota de Fitch en su producto Abacus 2007 C1, un derivado financiero elaborado con hipotecas basura, gracias a un acuerdo que urdió su ejecu-tivo Shin Yukawa (antiguo empleado de esa agencia) con un amigo suyo que seguía trabajando en Fitch.

Pero de nuevo la investigación parece encaminada en un único sentido y no ha obtenido resultados. Por la vía judicial, la única sentencia que ha habido es la de Bernard Madoff, condenado a 150 años de cárcel por una estafa de más de 65.000 millones de dólares.

Las causas abiertas no han obtenido ningún resultado

En la vía de las instituciones reguladoras, la Securities and Exchange Commission (la SEC, el supervisor de los mercados) tiene abiertas varias investigaciones, entre ellas, una de las prin-cipales se centra de nuevo en Goldman Sachs y su Abacus.

La SEC quiere saber si había trampa en ese derivado, pues sólo pujó por él un gestor de fondos, John Paulson, que ganó 12.400 millones apostando por el hundimiento de las hipotecas basura. Según la SEC, el propio Paulson diseñó Abacus. Goldman ha empezado a negociar con el regulador una indemnización para evitar una acusación de fraude.

Otro banco al que examina la SEC es Morgan Stanley por un fondo denominado Dead presidents (presidentes muertos) y que habría sido creado a la medida de quienes apostaban contra esos productos. La SEC investiga, también, el sorprendente hundimiento de Wall Street en cuestión de minutos el 6 de mayo. No ha encontrado una explicación y a falta de otra cree que se debió a las operaciones algorítmicas que ejecutan, en milésimas de segundo, los ordenadores a través de los que se intercambian las acciones.

Con todo, la más ambiciosa de las investigaciones, aunque no se esperan efectos judiciales, es la de la Financial Crisis Inquiry Commissión (FCIC), creada en 2009 por el Congreso para examinar las causas de la crisis, desde las hipotecas subprime hasta el rescate de los bancos, incluido el papel de las agencias de rating.

Por otro lado, ayer se conoció la detención del presidente de una firma de inversión, Chimay Capital, Guy Albert de Chimay. El fiscal de Manhattan lo acusa de fraude y falsificación. Chimay alardeaba de falsos lazos con el Principado belga de Chimay para captar inversiones en EEUU, con las que pagó su divorcio y una lujosa casa.

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