ZARAGOZA
Hace más de 2.000 años, antes incluso de que se fundara una de las ciudades más importantes del imperio romano, Caesaraugusta (Zaragoza), existió una ciudad con un puerto, almacenes, una enorme plaza, termas y, posiblemente, un templo. De ella se desconoce su nombre, aunque se cree que su vida fue efímera y que pudo ser destruida de manera violenta durante las Guerras Sertorianas. Hoy, sus restos reciben el nombre de La Cabañeta, porque en sus inmediaciones discurre la Cabaña Real de los pastores trashumantes. A lo largo de su dilatada vida, esta ciudad todavía sin nombre, fundada en el siglo II a. C. con el fin de servir de campamento militar para una legión romana y sus tropas auxiliares de unos 6.000 hombres, ha sufrido espolios y sobre ella se ha cultivado y urbanizado. Actualmente pertenece al término municipal de El Burgo de Ebro, a solo 17 kilómetros de Zaragoza.
Las excavaciones arqueológicas en el yacimiento romano-republicano se retoman este mes de julio, continuando las iniciadas en el año 2023, tras una década de parón. El año pasado, buena parte de la campaña inicial se dedicó a limpiar el yacimiento después de 10 años sin trabajos de campo. Hasta ahora, se ha excavado entre un 20 y un 25 por ciento de la superficie total de este yacimiento.
Los trabajos prosiguen en la parte central del yacimiento, donde se localizaron los restos del foro más antiguo identificado en el interior de la península ibérica. El objetivo de la campaña de 2024 es intentar identificar los restos del templo que "podría presidir el complejo monumental, teniendo en cuenta otras excavaciones similares". El foro hallado durante la campaña de excavación anterior era un espacio destinado a la celebración de ceremonias solemnes en las que participaba toda la comunidad. "Solía estar presidida por el principal templo de la ciudad", motivo por el que, tal y como explica el investigador Borja Díaz, "sería razonable pensar que, siguiendo las recomendaciones del arquitecto romano Vitrubio, el templo de La Cabañeta pudiera encontrarse en el pórtico meridional del foro, que es precisamente en el que se centrarán las labores de excavación durante la campaña de 2024".
La 'pequeña Italia' española
En La Cabañeta se encuentran los restos de una importante ciudad fundada por los romanos en el último tercio del siglo II a.n.e., poco después de la derrota de los Celtíberos de Numancia. Su nombre antiguo, por el momento, se desconoce, aunque sí se cree con cierta seguridad que la ciudad tuvo una vida efímera, y que pudo ser destruida de manera violenta durante las Guerras Sertorianas en la década de los 70 del siglo I a.n.e..
Con 100 años más de historia que la ciudad de Zaragoza (Caesaraugusta) este yacimiento está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), y se considera uno de los más importantes de la península ibérica y de Europa, a pesar de que su excavación apenas ha comenzado. Los trabajos se iniciaron a comienzos de los 2000 gracias a la labor del arqueólogo Antonio Ferreruela Gonzalvo y del profesor de la Universidad de Valladolid José Antonio Mínguez Morales. Estas excavaciones permitieron sacar a la luz los restos de un interesante edificio de almacenes, probablemente utilizado como sede de una asociación de mercaderes itálicos; así como unos baños públicos acompañados de una gran palestra, que se cuentan entre los conjuntos termales romanos de época republicana mejor conservados de todo el Mediterráneo occidental.
El enclave ha sufrido cambios debido a las labores agrícolas y la urbanización de su suelo, además de vivir algunos expolios a lo largo de su dilatada historia. Sin embargo, las excavaciones sistemáticas llevadas a cabo desde 1997 consiguieron sacar a la luz para su conservación algunas piezas de valor como inscripciones latinas, monedas, vasijas, objetos de cocina, piezas metálicas, mosaicos o vasijas.
Los trabajos de prospección que se han realizado sobre este yacimiento también han permitido apreciar los restos del amplio foso que rodea tres de sus lados (el cuarto queda protegido por el corte de la terraza natural del río Ebro), determinar su planta rectangular y establecer su extensión en torno a unas 20 hectáreas en el interior del recinto, y evidencias de un hábitat externo que tendría también unas dimensiones considerables.
La democratización en el uso de la tecnología en el estudio de los yacimientos, y la aplicación de avances como la teledetección previa o las prospecciones geomagnéticas para detectar restos sin necesidad de excavar, han "facilitado" las labores arqueológicas. Uno de los avances más significativos, tal y como aseguran los expertos, ha sido el vuelo de dron. "Hace diez años era muy complicado y costoso obtener una imagen aérea de un yacimiento", explica Borja Díaz. Sin embargo, ahora la realización de fotos aéreas es "casi automática y ese ha sido un cambio significativo", añade. También la aplicación del 3D a través del modelado que permite tener una imagen en tres dimensiones ha sido importante a la hora de catalogar y documentar los hallazgos.
Hallazgos excepcionales y reveladores en España
La Cabañeta, como sucedió con la mayoría de los yacimientos en Aragón y en el resto de España, vio como los trabajos para su estudio se paralizaron debido la falta de presupuesto derivada de la situación de crisis económica que azotó al sistema financiero occidental a partir del año 2008. Años más tarde y tras el fallecimiento se sus dos impulsores, el investigador del Instituto de Patrimonio y Humanidades (IPH) de la Universidad de Zaragoza, Borja Díaz Ariño, y del arqueólogo Alberto Mayayo Catalán, decidieron retomar los trabajos en La Cabañeta. Un primer intento que resultó fallido al coincidir con la pandemia de covid-19. No sería hasta el verano de 2023 cuando por fin se pudieron llevar a cabo las primeras excavaciones tras una década de impasse. En diciembre del mismo año, el Instituto de Patrimonio y Humanidades (IPH) y el Ayuntamiento de El Burgo de Ebro firmaron un convenio de colaboración que cuenta con financiación del propio Ayuntamiento y de la Dirección General de Patrimonio Arqueológico del Gobierno de Aragón para seguir con los trabajos arqueológicos en el yacimiento de La Cabañeta.
La primera excavación tras el parón descubrió la parte central del yacimiento, donde se localizaron los restos de una enorme plaza enmarcada por un pórtico doble cubierto con tejas al que se abren una serie de habitaciones, también llamadas tabernae, que podrían haber sido destinadas a actividades de carácter comercial. "Se trata de un hallazgo de excepcional importancia, no solo por sus dimensiones y complejidad arquitectónica, sino por tratarse de la plaza forense más antigua encontrada en el interior de la península ibérica hasta la fecha, cuyo descubrimiento contribuirá a transformar de manera radical nuestro conocimiento de la fase inicial de difusión de los modelos arquitectónicos romanos en Hispania", explica Borja Díaz.
Esta ciudad tendría un puerto fluvial, "incluso podría ser el principal de la zona", facilitando la entrada de mercancías y de personas a través del valle del Ebro, explica el investigador de la Universidad de Zaragoza. Además, por su situación estratégica tanto por su importancia multicultural, como por su ubicación, La Cabañeta podría haber sido la ciudad de conexión con la meseta y el centro de la península a través su acceso directo al río Jalón. Unas características que advierten de la importancia de este yacimiento para entender el momento histórico del que data.
En las labores de excavación este año participarán alumnos matriculados en los distintos grados y másteres de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza. "Es importante que futuros profesionales de otros ámbitos se acerquen a conocer la arqueología", asegura Borja Díaz. El investigador considera que esta experiencia resulta "enriquecedora y útil" para quienes ya han participado en ella, y "no solo a nivel profesional, sino también personal". Una forma diferente pero curiosa de involucrar distintas disciplinas del conocimiento en el estudio de la procedencia del mundo que hoy en día habitamos. Esta excavación se considera un "banco de pruebas" que tiene una dimensión de formación que es quizás lo más interesante de la experiencia de esta campaña en el yacimiento de La Cabañeta.
En cuanto a los trabajos que estos voluntarios llevan a cabo en el yacimiento, Díaz explica que no se limita solo a la excavación y documentación de los restos en el campo, sino que también colaboran en el estudio y catalogación de los materiales recuperados. Una labor que no espera poder realizar de forma simultánea a las anteriores, por lo que tendrán que llevarse a cabo previsiblemente en los meses de agosto y septiembre.
Un pueblo volcado en la búsqueda de su identidad
Los expertos apuntan que en los últimos años el interés de los medios de comunicación respecto a la divulgación del patrimonio e información sobre arqueología ha aumentado. Algo que interpretan como una "respuesta a la demanda de la sociedad de este tipo de informaciones", explica Borja Díaz. La labor arqueológica y de investigación parece estar retomando el ritmo que había alcanzado hace quince años, tal y como subraya el investigador de UNIZAR, y la razón podría hallarse en la sociedad y en que "cada vez es más consciente de que el patrimonio arqueológico es de todos" y que es necesaria "su conservación para el disfrute de la ciudadanía". Un cambio social "interesante" que no viene solo. En los últimos años se están reactivando trabajos arqueológicos y de patrimonio en entornos rurales. Un plan que, a medio o largo plazo puede convertirse en un recurso turístico y cultural, pero que a corto plazo sirve de herramienta para fomentar la dinamización, promoción e identidad del mundo rural.
La población del Burgo de Ebro es un ejemplo de la idea de "identidad" que los investigadores ponen sobre la mesa. En el año 2020, los habitantes de esta localidad aragonesa decidieron poner en marcha la Asociación Amigos de La Cabañeta. La iniciativa surgió entre las familias del alumnado del colegio. "Nos dimos cuenta de que había gente que llevaba años viviendo en El Burgo, venían de otros lugares, y desconocían el yacimiento. Pensamos que era necesario pensar en una forma de darlo a conocer y de ponerlo en valor", explica Rubén Martínez, miembro de la asociación. A raíz de la creación de la asociación se organizaron visitas guiadas por el arqueólogo Alberto Mayayo, el Ayuntamiento también se involucró. Y, desde su nacimiento hace cuatro años, con una pandemia de por medio, la asociación cuenta ya con más de medio centenar de socios y socias. Y el nombre de La Cabañeta está cada día más presente. "Hemos cambiado el nombre de una carrera que se celebraba desde años en el pueblo y también el del colegio, que ahora se llama como nuestro yacimiento", apunta Rubén Martínez.
También en esta campaña se contará en la excavación con la ayuda de un grupo de voluntarios de Amigos de La Cabañeta. El año pasado fueron tres personas, esta campaña ya son diez las que se han presentado voluntarias. "La excavación es dura porque no hay sombra en todo el día, pero cuando descubrimos trozos de vasija, nos explican qué es y lo que significa. Para nosotros es como si hubiéramos dado con un tesoro", confiesa el voluntario de la asociación.
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