madrid
En una época en la que Twitter se ha convertido en aglutinador de demandas sociales, esta vez es el estudiantado de diferentes universidades el que alza el teclado para demandar una "teledocencia" de calidad y evaluaciones acordes a la situación pandémica. Encontrar personas en tu misma situación gracias al uso coordinado del mismo hashtag es, en estos momentos, lo más parecido a marchar en una manifestación callejera junto a tus compañeros coreando las mismas consignas. La herramienta digital precedida de la almohadilla ha abonado un arduo campo de batalla de verborrea desmedida, donde los universitarios han dado rienda suelta a sus demandas.
La herramienta digital precedida de la almohadilla ha abonado un arduo campo de batalla de verborrea desmedida, donde los universitarios han dado rienda suelta a sus demandas
A modo de tablón de quejas y sugerencias, la red social más pájara presenció cómo cientos de estudiantes de universidades como la Complutense (UCM) y la Rey Juan Carlos de Madrid (URJC), la de Granada (UGR), Valencia (UV) y Salamanca (USAL) exponían las condiciones en las que se habían visto obligados a estudiar durante el casi mes y medio que dura el confinamiento. Tener menos de un minuto por pregunta en los exámenes tipo test, no poder leer todas las respuestas, tampoco tener la posibilidad volver atrás a revisar lo contestado y tener que responder las cuestiones obligatoriamente una vez que ya se ha marcado una opción son los principales estragos que los universitarios tienen que afrontar, y que consideran injustos, en este periodo en el que todo es a distancia.
La UGR tomó la delantera y con un hashtag tan creativo como directo, #vergUGRenza, llegaron a posicionarse como el número uno de las tendencias de Twitter en España durante unas horas. "Hay muchos profesores que solo están mandado las diapositivas de clase y bibliografía para que cada estudiante se lo estudie totalmente por su cuenta", relata Sara Amaro, estudiante del último año del Grado en Estadística y miembro en la Delegación General de Estudiantes de la UGR. Esta universidad andaluza preparó un "plan de contingencia" que, desde la óptica de la propia Amaro, es muy poco ambicioso ya que "muchas recomendaciones recogidas en el texto deberían ser obligaciones, ya no porque lo pidan los estudiantes sino por necesidad. Por ejemplo, a los profesores solo les recomiendan dar clase".
Cambio unilateral en los planes docentes
Desde el estudiantado exigen la desmatriculación y reintegro del coste de todas aquellas asignaturas que el universitario considere adecuadas: "Tú pagas una matrícula a principio de curso bajo un contrato llamado "guía docente", el cual la Universidad hace mucho hincapié con que es algo que se tiene que cumplir sí o sí y que tú lo aceptas íntegro. Pues ahora de repente los profesores lo van a poder cambiar si ellos quieren", relata la delegada estudiantil, enfatizando que desde la UGR solo han dictaminado "recomendaciones para el profesorado y obligaciones para los estudiantes".
Miriam Vinuesa, estudiante de cuarto de Enfermería en la UGR, acepta que la crisis sanitaria no ha trastocado en demasía su curso, pero sí que la plataforma virtual de la Universidad, llamada Prado, se ha caído en las últimas jornadas durante dos días seguidos; lo que supondría un gran problema cuando cientos de estudiantes se conecten al mismo tiempo para responder a un examen. Del mismo modo, también informa que la UGR ha tenido en cuenta a aquellas personas que sus condiciones materiales no le permiten acceder a internet o a un dispositivo digital, por lo que desde el Rectorado han sufragado 755 conexiones a internet vía 4G mediante una tarjeta SIM y un router.
En cuanto a la carga de trabajo se pronuncia Alejandro López, estudiante de Ingeniería Electrónica Industrial en la universidad granadina: "La mayoría de mis compañeros están estresados y disconformes", relata este joven que se queja de que los profesores decidan no eliminar los exámenes finales y optar por la evaluación continua tal y como recomendaron desde Rectorado. Similar es la realidad que se vive en la URJC, siglas bien sonadas a lo largo del país por el estudio de distintos denuncias e irregularidades acaecidas a su alrededor. "Los profesores están camuflando exámenes finales como si fueran parciales para así poder decir que se están acogiendo a la evaluación continua", según el testimonio de una alumna de primero de Periodismo que prefiere ocultar su nombre por miedo a represalias académicas.
Ambigüedad desde la URJC
Varios cambios de fechas para las evaluaciones finales distorsionaron los planes de un alumnado que está viendo cómo sus clases online se basan en colgar documentos en el campus virtual por parte de sus docentes, tal y como certifican los tuits de #VergURJCenza, salvo honradas excepciones, llegando incluso a programarles la asignatura fuera de su horario lectivo: "Yo puedo estar teletrabajando o que esa clase se me solape con otra, y tendría que elegir. Incluso una profesora nos dijo que cambiaba sus clases a la tarde porque sus hijos utilizaban el ordenador por la mañana, que es cuando yo iba a la URJ", ejemplifica la futura periodista.
"Los profesores aceptan incrementar la cantidad de tareas, pero mantienen los exámenes finales con todo el temario" apunta una portavoz de la asociación Vikalvarada
Una portavoz de la asociación Vikalvarada, presente en el campus de la URJC en Vicálvaro, agrega que "quieren convocar los exámenes de julio presencialmente", por lo que desde la agrupación exigen que todos los gastos de desplazamiento y hospedaje de aquel alumnado que se viese obligado a volver a la capital por este motivo, pues los meses de julio y agosto no se suele pagar el alquiler de los pisos compartidos, corra a cargo de la propia Universidad. La portavoz, que estudia el doble grado de Ciencias Políticas y Economía, se pronuncia así respecto a la evaluación continua: "Los profesores aceptan incrementar la cantidad de tareas, pero mantienen los exámenes finales con todo el temario haciéndolos pasar como un parcial y con la misma dificultad que hubieran tenido de forma presencial. En un intento de ayudarnos nos han perjudicado por toda la carga de trabajo que tenemos a la que se añaden los exámenes".
Desmatriculación libre y reintegro del coste
La falta de información es constante, según una portavoz de Res Publica, asociación estudiantil de la URJC con representación en el órgano de gobierno de la Universidad. Ella misma informa de que "abrieron la posibilidad de desmatriculación para personas que tuvieran justificante de haber pasado el coronavirus o haber sufrido el fallecimiento de un familiar cercano. Si lo que te pasaba era por la carga de trabajo, porque alguno de tus padres es personal sanitario y eso trastocaba tu día a día o simplemente tienes que cuidar a tus hermanos, no se tenía en cuenta". Por ello, también piden la libre desmatriculación de todo aquel que lo considere conveniente: "Han cambiado mis condiciones personales, mi situación familiar y la docencia que estoy recibiendo. ¿Quién pone el filtro y el límite para decir si eres o no afectado por la covid-19y sus consecuencias?", se pregunta la estudiante durante la conversación telefónica mantenida con Público antes de agregar que "esto se acabará convirtiendo en muchas segundas matrículas y suspensos".
La consideración de las condiciones materiales y psicológicas del alumnado ha brillado por su ausencia, según el testimonio de las representantes estudiantiles, aunque sí reconocen que se están enviando ordenadores portátiles a aquellos que lo necesiten, aunque no saben si la oferta de dispositivos podrá cubrir la demanda de los mismos.
No copiar en el examen por encima de aprender
Lo larga historia de la USAL no ha evitado que sus alumnos se quejen de las condiciones en las que se encuentran. Mediante un irónico hashtag, #USALytirar, los universitarios han expuesto todas sus demandas. Una estudiante del segundo curso de Farmacia que prefiere guardar el anonimato comenta la "pésima" medida de cerrar las residencias de estudiantes: "Por un lado nos decían que no era recomendable viajar, y por otro nos echaban de la que era nuestra casa", describe esta universitaria que tuvo que volver a Toledo. Aunque los profesores le comunicaron que se relajara en estas maltrechas vacaciones de semana santa ya que no le harían los parciales programados, se queja de que a la vuelta le comunicaron que sí tendrá que hacerlos sin ninguna explicación aparente.
"los profesores están intentando que la situación anterior continúe ahora, adaptada a la enseñanza online, pero es imposible seguir el mismo ritmo" afirma una estudiante de la USAL
"La plataforma no va a soportar a los 273 matriculados que somos, aunque nos hayan dividido en cuatro grupos, cuando nos conectemos a hacer el examen", recalca la estudiante de Farmacia. Tampoco se olvida de incidir en el mensaje que recibió por parte de la autoridad educativa en el que, según ella misma, se rezaba: "Confiamos en vuestra honradez y no os hacemos conectar la cámara web o el micrófono", de cara a copiar durante los exámenes. Según la toledana y coincidiendo con la mayoría de personas entrevistadas, hay universidades más preocupadas de evitar copiar al estudiantado que de que aprendan, lo que desemboca en que no tengan tiempo ni en leer todas las preguntas de los exámenes, tal y como confirman diferentes testimonios. El único momento en que les preguntaron por su situación personal desde la USAL fue mediante un formulario en el que se cuestionaba su acceso a internet: "¿Cómo eres capaz de preguntar de forma online si tengo acceso a internet?", se pregunta esta universitaria añadiendo, en sus propias palabras, que "se han limpiado el culo con los resultados de la encuesta".
Otra estudiante de cuarto de farmacia en la USAL que prefiere no decir su nombre por temor a represalias también se queja de las condiciones en las que les obligan a evaluarse porque "los profesores están intentando que la situación anterior continúe ahora, adaptada a la enseñanza online, pero es imposible seguir el mismo ritmo". "En algunas asignaturas casi tenemos que ser autodidactas porque no nos enseñan unos conocimientos por los que hemos pagado, y los profesores sí cobrarán íntegro su sueldo", cuenta esta estudiante salmantina que, concisa y certera, recalca que los estudiantes no son máquinas.
La importancia de la carga psicológica
La UV saltó a Twitter bajo el hashtag #EscoltaUV (escucha UV, en castellano) y es de los pocos centros de estudios universitarios que han recomendado que no se utilicen las videoconferencias para intentar seguir con el ritmo normal del curso, según asegura Andrés Fernández, coordinador de la Asamblea General de Estudiantes de esta universidad, que no entiende la medida ya que el campus virtual y las teleconferencias se realizan mediante páginas web diferentes. "Queremos que tengan en cuenta la carga psicológica que sufrimos, porque estamos doblemente confinados, primero por la crisis sanitaria y después por el estudio", agrega el estudiante. Por su parte, reivindica que las becas del Estado para el curso que entra deberían contemplar las condiciones de aquellos universitarios que han suspendido alguna asignatura y que las segundas matrículas tuvieran el mismo coste que las primeras.
#La UCM tampoco se queda atrás. Algunos de sus estudiantes de las facultades de Comercio y Turismo e Informática han creado un perfil en Twitter con el único fin de centralizar las demandas estudiantiles bajo la etiqueta #UCMNoRespeta. "Después de dos meses de encierro en casa y de tener que explicarnos a nosotros mismos las asignaturas, vamos a tener que ir a la facultad en julio para examinarnos, arriesgándonos al contagio o a contagiar a otra gente, sin tener en cuenta la gente que no es de Madrid y que en los meses de verano no tiene donde quedarse en la capital", reza el texto enviado por los gestores de la cuenta reivindicativa aludiendo a facultades como la de Psicología y Farmacia.
Conectar cámaras y micros para evitar copiar
Así se pronuncian ellos mismos sobre las condiciones en las que son evaluados: "Una de las opciones de la Universidad es reducir el tiempo por pregunta en los exámenes a unos mínimos inalcanzables, no pudiendo volver a respuestas anteriores solo para que no copiemos. Otra de las opciones que nos presentan es tener que activar nuestras cámaras y micrófonos mientras hacemos las pruebas, cosa que han descartado muchas universidades porque es una invasión clara de la intimidad, ya no solo nuestra, sino también de los demás miembros de nuestra casa, pues no todo el mundo tiene el privilegio de no compartir habitación".
Asimismo, el escrito finaliza reconociendo a aquellos estudiantes más desfavorecidos debido a diferentes casuísticas: "Queremos mencionar la situación especialmente difícil que están atravesando aquellos compañeros que no disponen de los medios necesarios para poder seguir las clases, los que han perdido familiares y seres queridos, los que están atravesando la enfermedad y también niveles altos de estrés o ansiedad", sin determinar las soluciones y alternativas que desde la UCM han puesto en marcha, si las hubiera, para paliar estas problemáticas.
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