La apuesta del Ejecutivo madrileño de Isabel Díaz Ayuso por la universidad privada ha impulsado el reconocimiento de cuatro nuevas instituciones académicas de pago en los últimos cuatro años. Así, Madrid se ha convertido en la autonomía con más centros de estudios superiores privados de todo el Estado, con 13 de los 39 centros universitarios privados existentes ubicados en la región. Una cifra que parece excesiva si se compara con el número de alumnos que realizan sus estudios en la comunidad, situado alrededor del 21%.

Las últimas designaciones bajo la categoría de universidad han sido para la Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología, que empezará a ejercer como centro de estudios superiores independiente en el curso 2023-2024, y la UNIE Universidad, que ha entrado este curso 2022-23. Además de la CUNEF Universidad, del año 2021-2022, y la Universidad Internacional de Villanueva, del curso 2020-21.

Estos cuatro nuevos centros privados junto con los previamente existentes ya duplican a los seis públicos: Alcalá, Autónoma, Carlos III, Complutense, Politécnica y Rey Juan Carlos.

Además de las instituciones educativas ya mencionadas, el sistema universitario madrileño está integrado por seis centros privados extranjeros autorizados para impartir sus enseñanzas en Madrid, dos centros adscritos a universidades de fuera de la comunidad (de las que una es privada y la otra pública), y dos universidades privadas (la Pontificia de Salamanca y la de Navarra) cuyo campus se encuentra en la capital.

Una clara apuesta por el negocio educativo

Una arquitectura que representa una clara apuesta por el negocio educativo. "Madrid despunta por ser la segunda región que más recauda por familia y la que menos invierte por alumno, de acuerdo con la Fundación Conocimiento y Desarrollo", critica Javier Becerra, responsable de Universidad en la Unión General de Trabajadores (UGT), en una conversación con Público.

En la misma línea, un informe de Comisiones Obreras (CCOO) sobre la proliferación de las privadas critica su creación "sin garantía de calidad en la docencia y mucho menos en la investigación, a las que se las otorga la denominación de "universidad" de forma injustificada, dada su limitada oferta de grados, máster y ausencia de programas de doctorado. Desde el sindicato señalan que las nuevas propuestas, lejos de implicarse en mejorar la oferta educativa, sólo buscan el negocio.

El informe de CCOO, además, apunta que los nuevos centros universitarios privados "no atienden las necesidades actuales ni futuras del mapa de titulaciones" y proponen grados y máster que ya existen en las universidades públicas madrileñas, "duplicando la oferta de estudios cuya demanda ya se cubre". Esto favorece, en última instancia, el trasvase de alumnado y financiación del sistema universitario público al ámbito privados.

Por su parte, los estudiantes también cuestionan las políticas educativas del PP. Daniel Maire-Richard, miembro del movimiento juvenil Abrir Brecha, reivindica que los servicios fundamentales, como son la educación o la sanidad "deben ser universales". "Si están en manos de empresas, se anteponen sus beneficios a los de la sociedad", expone el estudiante. Aunque sabe que el modelo actual de universidades públicas no es la panacea, insiste en la necesidad de limitar el crecimiento del negocio educativo.

Maire-Richard asegura que "crear más universidades privadas, a través por ejemplo de la cesión de suelo público, forma parte del plan neoliberal de la derecha madrileña" y sospecha que esta dinámica puede explicar la hegemonía cultural que tiene la derecha en la capital, pues "al final estos centros sirven para configurar el discurso y los valores".