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Unicef pide fortalecer la lucha contra la violencia en la infancia desde las escuelas

De cara a la vuelta al cole, la organización recuerda que es esencial movilizar los recursos económicos, materiales y humanos necesarios para que el trabajo de los Coordinadores de Bienestar no quede en papel mojado.

Vista lateral chico triste en el parque
Vista lateral niño con las manos en la cara en un parque (Archivo). Freepik

Las escuelas tienen capacidad para luchar contra la violencia y los problemas emocionales en la infancia. Este es el mensaje que ha lanzado Unicef de cara a la vuelta al cole, en un contexto en el que los datos oficiales reflejan un incremento del maltrato infantil en el ámbito familiar: en 2021 se presentaron 21.524 notificaciones, unas 1.000 más que el año anterior.

La organización pide a los gobiernos y a la comunidad educativa poner en el centro el sufrimiento, los intereses y la protección de los menores dentro y fuera de las aulas, además de evitar que los recursos queden subrogados a la economía de la Administración.

"Si hay dos cuestiones que hacen que el derecho a la educación no se pueda cumplir son la pobreza —ya se ha hablado de los costes del arranque de curso— y el otro es la violencia. No hay nadie que, siendo víctima, sea capaz de desarrollar con normalidad ningún tipo de objetivo educativo", ha advertido Nacho Guadix, responsable de Educación de Unicef España.

El experto en políticas educativas ha hecho una llamada a aprovechar el clima de progreso social para "profundizar en la concienciación" sobre cómo se manifiestan los diferentes tipos de violencias. "La percepción puede ser la de que no es para tanto, que una víctima puede estar exagerando... Lo hemos visto estos días con el #Se Acabó. Hay que ser capaces de ampliar nuestra sensibilidad y reconocer que, aunque estén normalizadas, hay conductas que generan violencia hacia otras personas", ha apuntado Guadix.

Fortalecer la figura del Coordinador de Bienestar

Para alcanzar este objetivo, desde Unicef ponen de relieve la figura del Coordinador de Bienestar y Protección en los centros escolares, así como su papel protagonista en la prevención e identificación de las violencias en todos sus modos. Este es el segundo curso en el que los centros van a contar con estos profesionales encargados de velar por la protección y el bienestar en los alumnos, tal y como establecía la Ley Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (la llamada ley Rhodes).

En este sentido, la organización pide a las administraciones educativas que movilicen los recursos necesarios para impulsar acciones en tres áreas: normativa, formativa y de datos. En primer lugar, a nivel normativo, para que la labor de los coordinadores no dependa de la voluntad o las capacidades individuales del personal educativo, sino de un desarrollo adecuado de sus funciones y condiciones.

En segundo lugar, a nivel formativo, dotando de formación específica a los coordinadores, y genérica a toda la comunidad educativa, Y por último, desde el plano estadístico, con la puesta en marcha del registro que permita conocer la magnitud del problema y abordarlo de manera coordinada.

Precisamente las cifras reflejan que la tasa de victimización de acoso escolar estimada se sitúa en el 33,6% y la de ciberacoso en el 22,5%. Sin embargo, no todos los casos se computan. Para empezar, porque no todas las víctimas denuncian ni son capaces de reconocer que lo que están viviendo es una situación de violencia; se sigue produciendo una invisibilización. En la pandemia fuimos terriblemente conscientes de esto.

Una acción que combine todos los niveles administrativos

Dada la cantidad de horas que los menores pasan en los colegios e institutos, la función protectora de las escuelas resulta esencial. No obstante, precisa Almudena Olaguibel, especialista en Protección de Unicef España, "no se trata de que los centros educativos sustituyan o asuman competencias de otras administraciones, sino de lograr una coordinación real entre el ámbito sanitario, judicial, servicios sociales y fuerzas de seguridad".

Asimismo, señala Olaguibel, conviene no olvidar a los propios niños y niñas y sus familias, "porque la protección es cosa de todos". En definitiva, que todos los actores implicados ante un posible caso de violencia contra la infancia "estén verdaderamente coordinados para prevenirlo, identificarlo o, si ya se ha producido, dar respuesta". Movilizar los recursos económicos, materiales y humanos necesarios a fin de que esta iniciativa no quede en papel mojado es, insisten desde Unicef, imprescindible.

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