Estamos devastados. Escribimos esto con el corazón y la mente puestas en Gaza.

Escribimos esto mientras las noticias no dejan de llegar y nuestros compañeros en la Franja nos dicen que nunca han vivido nada como esto. Lo hacemos con lágrimas en los ojos por los miles de heridos y de víctimas mortales, entre ellos nuestros compañeros y estudiantes de nuestras escuelas.

Escribimos esto porque la población de Gaza no puede más.

Nuestras escuelas llevan días acogiendo a miles y miles de mujeres, hombres, niños y niñas que no pueden huir de Gaza. Israel fue claro: desalojen la zona. Sin embargo esta decisión es atroz, el movimiento de población hacia el Sur puede tener consecuencias devastadoras. ¿ir a dónde? Esto es una cárcel, la mayor cárcel al aire libre, donde más de la mitad de la población son niños y niñas. No entienden nada, ahora mismo a su alrededor todo es caos y destrucción.

Las familias huyeron aterradas a nuestras escuelas porque la bandera de la ONU siempre ha sido sinónimo de seguridad, pero incluso nuestras instalaciones han sido directa o indirectamente alcanzadas por los ataques aéreos. Instamos a las autoridades israelíes que respeten el derecho internacional humanitario y la vida de todos los civiles en los refugios de UNRWA. Son instalaciones de la ONU. Deben ser protegidas en todo momento y nunca deben ser objeto de ataques.

Estamos dando cobijo y utilizando todos nuestros recursos para cuidar de los heridos, pero Israel ha cortado el suministro de agua, de combustible y de electricidad y, con lo que nos queda, no sabemos cuánto podremos resistir. Los hospitales están colapsados, muchos han sido dañados, y parece que la situación aún puede empeorar.

Ante esto, nuestra única prioridad es su supervivencia. Pedimos a la Comunidad Internacional, a Israel y a todos los organismos que puedan escucharnos, que pongan fin a esta situación atroz y proporcionen acceso humanitario inmediato e incondicional y protección a los civiles. Gasas, medicinas, mantas, agua potable, alimentos… Miles de heridos necesitan ayuda urgente, y sabemos que, si todo sigue igual, serán más en los próximos días.

Basta de bombardeos, basta de violencia, basta de víctimas mortales, de heridos y de desplazados. ¡Basta ya! Solo la unión de miles de voces conseguirá que se abran los corredores humanitarios y que acabe esta violencia que cada hora suma más víctimas mortales y más números a una lista insoportable.

Son civiles, son niños y niñas, son ancianos. Son personas que están atrapadas bajo un incesante bombardeo. El corredor humanitario es una puerta de esperanza para ellos.
No dejes de lado la dignidad y la vida de inocentes. No ahora >>