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Sigue el culebrón de las clarisas de Belorado... en los juzgados

Las monjas de Vitoria presentarán una demanda en los tribunales para conseguir la anulación de la compraventa del monasterio de Orduña (Bizkaia) a sus pares de Belorado, mientras los obispos dudan de su apoyo a la abadesa.

Montaje con fotografías publicadas en el Instagram de las monjas clarisas de Belorado.
Montaje con fotografías publicadas en el Instagram de las monjas clarisas de Belorado. Público / Instagram

Nuevo capítulo de la telenovela eclesiástica del momento. El culebrón de las clarisas de Belorado llega a los tribunales, después de conocerse que sus pares de Vitoria presentarán una demanda en los tribunales para conseguir la anulación de la compraventa del monasterio de Orduña (Bizkaia).

Las monjas de Vitoria consideran que las clarisas rebeldes de Belorado "no se pueden quedar con las propiedades" de la Iglesia católica tras haberse "ido a una secta".

El vicario para la Vida Consagrada de la Diócesis de Vitoria, Manuel Gómez Tavira, ha confirmado la demanda tras acompañar este jueves a las responsables del convento de Vitoria al despacho de abogados que llevará esta acción judicial.

"Esto no es un problema de dinero", ha insistido y para ratificarlo se ha referido a las declaraciones que hizo este miércoles la abadesa de Belorado, sor Isabel de la Trinidad, quien hizo un llamamiento a los católicos que, como ella, se sientan "profundamente defraudados" con la Iglesia católica de las cuatro últimas décadas, a que "escuchen" lo que tienen que plantear frente a las "herejías" que observan en el Vaticano y en el catecismo.

Las monjas de Belorado "han dejado de ser clarisas"

En la demanda se alegará como argumento el impago por parte de la congregación burgalesa. "Si no hubiera pasado esto, las hermanas de Vitoria nunca les hubiesen pedido un duro porque las dos son clarisas, pero ellas (las de Belorado) ya han dejado de ser clarisas", ha señalado Gómez Tavira.

Según recoge el diario El Correo, el despacho de abogados presentará una "demanda civil en ejercicio de condición resolutoria pactada en la escritura de compraventa", trámite que podría decidirse en la reunión de este jueves que, de aceptarse, supondría la anulación del contrato de compraventa.

Con ello, deberán abandonar el convento de Orduña las hermanas de la congregación de Belorado que aún residen allí. La demanda podría presentarse ante un juzgado de la localidad burgalesa de Briviesca.

La decisión se toma después de que el pasado 7 de mayo ninguna de las partes implicadas moviese sus posturas en un acto de conciliación que se celebró en el citado despacho de abogados.

Los obispos dudan de que las clarisas apoyen a la abadesa

La Conferencia Episcopal (CEE) ha asegurado este jueves que no todas las hermanas del monasterio de las clarisas de Belorado y Orduña suscriben la decisión de la abadesa de abandonar la Iglesia católica y ha animado a las religiosas a expresar su postura en libertad de conciencia.

En un mensaje de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada de la CEE, los obispos respaldan el comunicado del arzobispado de Burgos y del obispado de Vitoria y tienden la mano a las monjas clarisas de Belorado y Orduña, al tiempo que lamentan "profundamente" la declaración de ruptura con la Iglesia católica de la abadesa.

"Solicitamos que cada hermana del monasterio de Belorado y Orduña, en el ejercicio de su libertad de conciencia, pueda expresar su postura ante la decisión que comunica la abadesa", señala la CEE que indica que "el desarrollo de los acontecimientos sugiere que no todas las hermanas suscriben la carta de la abadesa".

Sobre este comunicado hecho público el pasado 13 de mayo, los obispos explican que su contenido se corresponde con el que propugnan aquellos que niegan la validez del Concilio Vaticano II y son denominados sedevacantistas. Añaden que el texto entronca con un grupo que es considerado una secta por varios expertos.

La Comisión Episcopal para la Vida Consagrada asegura que los motivos de descontento aducidos en la carta tienen solución y no ve una "relación proporcionada" ente las causas expuestas y la conclusión a la que se llega.

Así, pide a las monjas que se abran al diálogo con obispos, sacerdotes, personas consagradas, hermanos y hermanas de la Iglesia católica que, "fieles a la verdad y en comunión con el papa Francisco, buscan el bien para este monasterio y para cada hermana clarisa".

Las clarisas atravesaban "una grave situación económica"

El vicario general de la Diócesis de Vitoria, Carlos García, ha situado el origen del conflicto en la "grave situación económica que atravesaban" estas hermanas. García, que ha reconocido tener "aprecio y cariño" por las monjas y confía en que pronto "las aguas vuelvan a su cauce".

"Son buenas personas, normales y corrientes", ha insistido el vicario, quien ha reconocido que han podido actuar inducidas por Pablo de Rojas Sánchez-Franco, en un momento en el que estaban pasando "una grave situación económica".

Ha explicado que esta comunidad de religiosas "no podía hacer frente a pagos, ni a las obras de reparación del Monasterio", por lo que la Diócesis les prestó dinero "en algún momento" al verlas "muy agobiadas económicamente".

"Que en ese momento haya aparecido un tercer interlocutor que tiene detrás grupos económicos importantes y que haya querido aprovecharse y ofertar una salida económica para ellas es posible. Todo parece que es así", ha dicho en relación al papel de Pablo de Rojas Sánchez-Franco.

"Llegamos a hablarlo el obispo de Burgos, Mario Iceta, y yo en el funeral de José Antonio Ardanza porque nos olíamos algo. Iceta estaba preocupado", ha desvelado García. "Son un grupo de mujeres creyentes, que han entregado la vida al Señor y a la Iglesia", y tal y como ha insistido, "se pasaban 24 horas en el obrador haciendo dulces para tener posibilidades de subsistencia económica".

"La situación está como está. Lo llevo con dolor, pero sigo confiando en ellas. Vamos a ver si se establecen puentes y toda esta locura al final se queda simplemente en un mal sueño y las aguas vuelve a su cauce. No he perdido la confianza en ellas", ha planteado.

Este conflicto trascendió en el momento en el que las clarisas de Belorado anunciaron su intención de abandonar la Iglesia católica, decisión que posteriormente han matizado, para pasar a estar bajo la tutela y jurisdicción de Pablo de Rojas Sánchez-Franco y su llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, que no están en comunión con Roma y cuyo fundador fue excomulgado en 2019.

El origen es la decisión de Roma de "bloquear" su solicitud para poder vender un convento que tienen en propiedad y que está vacío en Derio (Bizkaia), para poder así hacer frente a la compra del monasterio de Orduña, perteneciente a la Diócesis de Vitoria y con la que tenían un acuerdo de compraventa.

En un vídeo en la cuenta de Instagram creada este miércoles, las clarisas de Belorado negaron que estuviesen secuestradas o lejos de sus familias. También que se fuesen a ir de la Iglesia, y anunciaron que tienen la intención de explicar lo sucedido, lo que están viviendo, para así paliar la "preocupación" que muchas personas les están haciendo llegar.

"No nos vamos de la Iglesia. Os lo iremos explicando. Así que a los que estáis preocupados por esto tened un poco de paciencia", han indicado. "Estamos bien, nuestra realidad no es que estemos secuestradas lejos de nuestras familias. Iremos compartiendo poco a poco con vosotros nuestra experiencia", señalaba una de las religiosas.

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