El fuego que se originó el pasado miércoles en la comarca cacereña de Las Hurdes se ha dado por controlado tras arrasar un total de aproximadamente 12.000 hectáreas. Ahora, las distintas Administraciones hacen frente a una nueva preocupación tras el incendio: garantizar el abastecimiento de agua potable.

Por el momento, un total de cinco coordinadores, cuatro agentes del medio natural, siete camiones, y los bomberos del SEPEI y el CPEI, siguen trabajando en la zona. La peligrosidad del fuego ha descendido a nivel 1 y los expertos confirman que se encuentra actualmente estabilizado.

La visualización aérea ha permitido confirmar, según ha añadido, que "los puntos calientes" se localizan en las pedanías de Robledo Ovejuela, en el término municipal de Pinofranqueado, y entre las localidades de Cadalso y Hernán Pérez. Merced a esta localización, el Infoex centrará numerosos medios terrestres en estas zonas para "seguir rematándolos".

"Es el momento de comenzar a trabajar en restaurar todo lo que se nos ha quemado", ha asegurado el alcalde de Pinofranqueado, José Luis Azabal, quien considera que, en estos momentos, "la mayor preocupación" de las autoridades "es garantizar el abastecimiento de agua potable a los pueblos que se han visto afectados por las llamas".

Azabal ha detallado que se encuentran en la zona varios técnicos de la Diputación de Cáceres "con los que estamos revisando la presa de Ovejuela y la captación de agua". "El principal problema que tenemos ahora –ha remarcado el alcalde– es que se anuncian lluvias y la carga de cenizas que se puede aportar al agua puede ser importante".

Así, Azabal ha hecho hincapié en que los técnicos trabajan ya sobre varias posibilidades como son cambiar las dos captaciones, tanto la de Sauceda como la de Ovejuela; colocar balsas flotantes en el pantano y montar una potabilizadora portátil en Pinofranqueado especial para la ceniza, al objeto de filtrar "bien el agua".