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México Este es el modelo de México para estimar la cifra real de contagios por coronavirus

El Gobierno mexicano ha contabilizado 6.297 casos confirmados y 55.951 estimados mediante un modelo de vigilancia epidemiológica similar al método que se usa en las encuestas: a partir de una muestra de contagios, estiman cuántos hay de no identificados. 

Un hombre observa su teléfono móvil en una calle del centro histórico de Ciudad de México. México extenderá las medidas de distanciamiento social hasta el 30 de mayo. - EFE
Un hombre observa su teléfono móvil en una calle del centro histórico de Ciudad de México. México extenderá las medidas de distanciamiento social hasta el 30 de mayo. - EFE

El contador de la pandemia en México tiene una nueva cifra oficial, la de los casos estimados. Como su nombre indica, se refiere a los contagios reales que se calculan que hay en el país. Según la última actualización, del jueves, en México hay 55.951 contagios estimados pero, "solo" 6.297 casos confirmados, es decir, un 11,25%. Ello también afecta a la tasa de letalidad, de 7,72 respecto de los primeros, pero de 0,87 sobre los segundos.

"Como cada país utiliza su sistema de vigilancia epidemiológica, nosotros explícitamente identificamos a los casos que no son aparentes y usamos vigilancia centinela, pero otros países no necesariamente lo hacen. Entonces empieza a haber una no comparabilidad entre las letalidades y otros indicadores", aseguraba este jueves el responsable de la estrategia del Gobierno ante la epidemia, Hugo López-Gatell.

Esto es así desde finales de marzo, cuando el Gobierno de México cambió el modelo que usaba para monitorear la dispersión del virus en el país a uno de centinela, un método parecido al que se usa en las encuestas para saber el estado de la opinión pública en un país.

En marzo, el Gobierno de México cambió el modelo que usaba para monitorear la dispersión del virus en el país a uno de centinela

En México hay más de 26.000 unidades de salud, según López-Gatell. En todas, la instrucción es que se deben tomar muestras para hacer los test de laboratorio PCR a los casos más graves, es decir, a los que presentan al menos dos síntomas de infección respiratoria y necesiten hospitalización o bien, tengan problemas para respirar. Pero, además, en 475 de estos, se toman muestras al 10% de los casos sospechosos de covid-19 leves, es decir, los que presentan al menos dos síntomas pero pueden tratar la enfermedad de forma ambulatoria, en casa.

Esto es así porque estas 475 son unidades que se consideran una muestra representativa de toda la población. De forma que, con los datos obtenidos en ellas, se calcula el llamado factor de corrección, el número por el que se multiplica la cifra de confirmados leves para estimar cuántos contagios hay en el país que no están siendo hospitalizados o ni siquiera acudiendo a un centro de salud. A estos, se suman los confirmados graves para tener la foto completa de la situación epidemiológica del Sars-cov-2.

"El número de casos es la mínima pieza de información que uno puede tener y que uno necesita", aseguraba el zar anticovid19, el 8 de abril, cuando dio a conocer cómo el Gobierno estimaba la cifra real de casos que hay en el país. "Lo importante es cómo uno utiliza esos números para conocer, para descubrir otros fenómenos que son los que directamente son relevantes para tomar decisiones", añadía, después de semanas de especulaciones sobre la cifra negra de contagios.

En realidad, lo único que hizo fue poner números a lo que ya venía semanas anunciando, que cuando comenzara a haber contagios entre locales, se pasaría a utilizar el modelo centinela también para el Sars-cov-2 — hasta entonces, solo se usaba para monitorear 13 virus causantes de infecciones respiratorias tipo influenza o gripe estacional.

Limitaciones del modelo

"Con este modelo se van a hacer más pruebas, eso ya es un avance", asegura el médico y quien fue el zar antiinfluenza en el país ante la pandemia de la gripe A (H1N1) de 2009, iniciada en México, Alejandro Macías. "Pero creo que no van a ser suficientes para hacer un buen mapa de toda la república mexicana", añade, en entrevista con Público por teléfono.

Este epidemiólgo propone ampliar los diagnósticos para localizar dónde se dan los contagios y reemprender lo más pronto posible la actividad. "Poco antes [de tener síntomas] es el período de mayor contagiosidad", explica. "Si han pasado estos primeros dos o tres meses de confinamiento, lo que se puede hacer después es tomar la muestra a los que tienen síntomas y buscar pruebas en sus contactos, aunque no sean sintomáticos", afirma, aunque reconoce que requeriría realizar una gran cantidad de tests PCR. Otros científicos mexicanos apuntan a la necesidad de aumentar las pruebas para saber las características de las personas contagiadas y cómo responden al Sars-cov-2, y porque el modelo centinela no fue diseñado para un virus aún desconocido.

La decisión del Gobierno de México de aprovechar este sistema de vigilancia epidemiológica responde a la estrategia de hacer más lenta la transmisión para no colapsar el sistema de salud

Pero López-Gatell asegura que una epidemia es un fenómeno que no puede medirse directamente y, por ello, confían en la interpretación de los datos. "En muchos países se sigue utilizando la idea de voy a hacer pruebas a todos, voy a detectar todos los casos y lleva a un error de interpretación, que es pensar que lo que se ve es lo único que hay", aseguraba el mexicano el 8 de abril, en la conferencia diaria que ofrece para actualizar los datos de la epidemia.

Desde que se utiliza el modelo centinela, la mayoría test PCR en las unidades médicas del país se reservan a los casos más graves. "Ese es justo el modelo centinela", dice el doctor Malaquías López-Cervantes, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). "No le interesa saber quién está enfermo, sino tener una idea de qué tan frecuente es la enfermedad", añade.

El experto explica que la decisión del Gobierno de México de aprovechar este sistema de vigilancia epidemiológica responde a la estrategia de hacer más lenta la transmisión para no colapsar el sistema de salud  y no de evitar la transmisión del virus. "Aquí se trata de contener el contagio de forma indirecta, pidiendo a la gente que se quede en casa. Pero no hay una búsqueda activa de las personas afectadas que den origen a más casos", añade López-Cervantes.

La oficina regional para las Américas de la OMS, la Organización Panamericana de la Salud, recomienda que los países usen los sistemas existentes para la vigilancia sistemática de la gripe como complemento, no sustituto, a la búsqueda activa de casos, el aislamiento y la localización y cuarentena de los contactos. En especial, a los países que tengan dificultades para realizar esa detección activa y exhaustiva de los contagiados.

México está en cuarentena voluntaria decretada desde el 30 de marzo hasta el 30 de mayo, si bien, empezarán a regionalizar la estrategia para enfrentar la pandemia y, a partir del 17 de ese mes, los municipios con baja o nula transmisión, podrán empezar a levantar las medidas de seguridad sanitaria.

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