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La economía de guerra rusa oscurece la ayuda militar europea a Ucrania, si EEUU queda fuera de la ecuación

Las nuevas ayudas de la Unión Europea a Ucrania anunciadas en una ofensiva diplomática en Kiev quedan opacadas por el gasto militar ruso. Sin EEUU, la guerra está perdida.

Una mujer mira varios vehículos militares rusos destruidos en el centro de Kiev, a 22 de noviembre de 2024.
Una mujer observa en el centro de Kiev varios vehículos militares rusos destruidos, a 22 de noviembre de 2024. Tetiana Dzhafarova / AFP

La Unión Europea ha enviado a Kiev a sus nuevos pesos pesados en el Consejo Europeo y su diplomacia con promesas de ayudas multimillonarias para Ucrania. También ha llegado el canciller alemán, Olaf Scholz, con más apoyo y más retórica. Sin embargo, el renovado compromiso de Bruselas para armar al ejército ucraniano queda ensombrecido por el anuncio del Kremlin de que multiplicará en 2025 su gasto en defensa en un 24,4%.

Rusia puso en marcha en 2023 una auténtica economía de guerra para respaldar su invasión de Ucrania y, aunque en un futuro supondrá una carga muy difícil de sostener y endeudará al país durante décadas, de momento sirve para superar a Kiev militarmente y tomar posiciones ante una eventual negociación de un alto el fuego.

La visión desde Bruselas no es muy halagüeña: los pasos dados por la UE para sufragar la guerra no alcanzarán el mínimo requerido si Estados Unidos retira finalmente su ayuda militar cuando Donald Trump asuma la presidencia de este país en enero, tal y como ha indicado en diversas ocasiones.

La UE quiere que Ucrania gane la guerra... pero no puede

De poco sirve la retórica empleada en Kiev este domingo por la nueva máxima representante de la diplomacia europea, Kaja Kallas, quien insistió en que "la UE quiere que Ucrania gane esta guerra" y Bruselas hará "lo que sea necesario para lograrlo".

Difícil parece esta apuesta si se tiene en cuenta lo que ocurre en el frente de batalla. En noviembre, el ejército ruso avanzó más de 725 kilómetros cuadrados en territorio ucraniano, en su mayor ocupación de territorio desde el principio de la conflagración, de manera especial en el este de Ucrania, según el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra.

También en noviembre se produjeron algunos de los ataques rusos más devastadores contra la red de energía y suministro eléctrico de Ucrania, que auguran graves penurias para la población este invierno.

Pero esta situación complicada no impide que los líderes europeos sigan pensando que la única manera de ganar la paz es mediante la guerra, aunque de momento la esté perdiendo Ucrania.

Kallas viajó a Kiev junto con el nuevo presidente del Consejo Europeo, António Costa, quien prometió a Ucrania 4.200 millones de euros hasta final de este año y 1.500 millones mensuales más a lo largo de 2025, procedentes de los intereses de los capitales rusos afectados por las sanciones impuestas por Europa tras la invasión. Hay cerca de 47.000 millones de euros procedentes de esos activos rusos bloqueados.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo, con motivo de la visita de los dos mandatarios europeos, que mil millones de euros procedentes de esos activos rusos congelados se emplearán para la industria de defensa ucraniana. Otra buena partida, aún indeterminada, será para comprar armas, pero la mayor parte del aporte europeo será para garantizar la supervivencia del estado ucraniano.

Esas cifras, en cualquier caso, no pueden competir con el nuevo presupuesto ruso de defensa. La partida militar demuestra, además, que las sanciones impuestas por Europa y Estados Unidos a Rusia no han hecho el daño a la economía rusa que se esperaba y que Moscú puede incluso librar batallas en otros escenarios, como ocurre ahora en Siria en apoyo del régimen del dictador Bachar al Asad contra los rebeldes islamistas.

El gasto militar ruso crece un 24,4%

Este domingo, el presidente ruso, Vladímir Putin, promulgó el presupuesto estatal para el trienio 2025-2027, que asigna un gasto en defensa por 13,5 billones de rublos, es decir, unos 126.844 millones de euros solo para el año entrante. Es un 24,4% más que el presupuesto de 2024, con la mayor parte de las partidas para mantener el esfuerzo bélico en Ucrania.

El monto del presupuesto ruso destinado a defensa y seguridad nacional supone cerca del 40% del gasto total y supera a la suma de las partidas dedicadas a políticas sociales, sanidad, educación y economía. En declaraciones recogidas por la agencia EFE, Guntram Wolff, experto del equipo de pensamiento Bruegel, de Bruselas, explicó que Rusia es capaz de fabricar en seis meses todo el arsenal de armamento alemán.

Pendientes de EEUU

Para acercarse al esfuerzo bélico ruso en Ucrania, la UE debería sacrificar gran parte de sus políticas sociales. En estos momentos, esa partida solo puede asumirla EEUU, cuyo nuevo presidente, Donald Trump, se instalará el 20 de enero en el poder en medio de la incertidumbre sobre su promesa de acabar con esa guerra en 24 horas.

La UE sabe lo que puede y lo que no puede dar a Ucrania. Más aún cuando las amenazas derivadas del apoyo occidental a Ucrania, como la autorización para usar misiles de largo alcance contra territorio ruso, han sido respondidas con misiles hipersónicos capaces de alcanzar los centros de poder ucranianos o poniendo sobre la mesa el eventual uso de armas nucleares.

El 19 de noviembre, Putin ratificó la nueva doctrina nuclear rusa que ofrece muchas más opciones de respuesta incluso contra ataques convencionales a la Federación Rusa. Este sábado, el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, fue claro: "Desafortunadamente, este riesgo (de guerra nuclear) existe" y "no es propaganda, sino una cruda realidad que debe ser aceptada".

Ante un riesgo real de semejante evolución de la guerra, las palabras del nuevo presidente del Consejo Europeo en Kiev quedan estancadas en la pura retórica. "Les ayudaremos el tiempo que sea necesario", afirmó Costa.

La zanahoria de la adhesión a la UE

Costa también se refirió al proceso de negociación para el ingreso de Ucrania en la UE. "Los progresos son impresionantes. Ucrania está escribiendo un nuevo libreto de cómo hacer reformas profundas mientras se lucha por la supervivencia", dijo el presidente del Consejo Europeo.

Una declaración cargada de buena voluntad pero poco acorde con la terrible situación de un país en guerra, con sus infraestructuras destruidas, repleto de armas que podrían acabar en el mercado negro europeo una vez concluido el conflicto y con unos niveles de corrupción que la contienda se ha encargado de disparar.

Las palabras de Costa se alejan tanto de la realidad como la demanda de entrar en la OTAN que volvió a reiterar Zelenski la pasada semana, pidiendo que la Alianza cubra con su paraguas militar al menos la parte de Ucrania no conquistada por Rusia.

La propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya dejó claro que no se cumplirán los deseos de Kiev de entrar en la UE en 2026 y sugirió poner la vista en el final de esta década como muy pronto.

Entre los países europeos que más han apoyado a Ucrania contra Rusia, pero que también más desconfían de este ingreso apresurado en la UE está Alemania. Su canciller visitó este lunes Kiev en su segundo viaje al país invadido, después del que hizo en junio de 2022. Scholz se sacaba con esta visita la espina de haber llamado el mes pasado a Putin por teléfono, una acción que fue considerada casi como una traición por Zelenski.

Un nuevo paquete de armamento alemán

En Kiev, Scholz prometió un nuevo paquete de ayuda militar por 650 millones de euros, que incluye misiles aire-aire IRIS-T, lanzaderas antiaéreas de misiles Patriot y carros de combate Gepard, todo ello a entregar antes de fin de año.

Alemania es el país europeo que más dinero y armas ha enviado a Ucrania, cerca de 18.000 millones de euros desde que empezó el conflicto. Pese a ello, Zelenski pidió este lunes un mayor esfuerzo a Scholz y le recordó que Alemania no ha suministrado a Ucrania misiles de crucero Taurus de largo alcance, capaces de golpear blancos a 500 kilómetros de distancia.

Zelenski, quien también reconvino a Scholz por su llamada a Putin, subrayó que lo único que necesita Kiev es más armamento. "Solo podemos garantizar la paz a través de la fuerza: la fuerza de nuestras armas, nuestra diplomacia y nuestra cooperación", afirmó el líder ucraniano en una conferencia de prensa conjunta con el canciller alemán.

También le pidió a Scholz más esfuerzo militar en Ucrania Armin Papperberger, director ejecutivo del consorcio armamentístico alemán Rheinmetall. El fabricante de armamento demandó que se entregue a Ucrania un paquete de armas adicional, de al menos 10.000 millones de euros, antes de que se celebren las elecciones anticipadas en Alemania el próximo 23 de febrero, cuando un terremoto político podría poner bajo la lupa la contribución germana a la guerra.

La carrera de armas que se viene en Europa

Papperberger instó al Gobierno alemán a invertir más en defensa, y sobre todo en producción de munición, ante lo que pueda pasar con la subida al poder de Trump y el posible recorte de la contribución de Estados Unidos no solo en Ucrania sino también a la OTAN en Europa. Según el fabricante de armas, se necesitarían unas inversiones de entre 350.000 y 400.000 millones de euros para poner a las fuerzas armadas alemanas en condiciones adecuadas.

Es decir, habría casi que cuadruplicar los anunciados 100.000 millones de euros que el Gobierno germano presupuestó al comienzo de la invasión de Ucrania por Rusia para modernizar y armar mejor al ejército alemán, cifra que ya entonces pareció disparatada.

Si se considera todo el sistema de defensa europeo, se precisarían no menos de 690.000 millones de euros para nutrir la seguridad militar del viejo continente.

Pero si además se considera la necesidad de establecer un sistema de seguridad nuclear para los países de la UE al margen de la OTAN, en caso de que a Trump le diera por desmantelar este bloque defensivo o dejarlo a mínimos, entonces se comprende fácilmente que, por mucho que Rusia llegara a amenazar las fronteras europeas, Europa no podría afrontar ese reto, ni militar ni económicamente.

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