"No recuerdo ningún cayuco de ese tamaño. El máximo de la ruta, que yo recuerde, era de 234 personas", aseguraba a la agencia EFE José Carlos Rodríguez Verona, jefe de los equipos que Cruz Roja despliega en los muelles de Canarias cada vez que una embarcación con personas migrantes es rescatada por Salvamento Marítimo o llega a las playas por sus propios medios.

El cayuco que llegó el miércoles al puerto de La Restinga, en la isla de El Hierro, llevaba a bordo entre 270 y 280 supervivientes (271 según el recuento de Cruz Roja) que salieron hacía ocho días desde Senegal, según los primeros testimonios recogidos. Casi todos eran varones jóvenes de Senegal, Gambia y Guinea, aunque también iban a bordo una decena de mujeres y 75 menores, la mayoría adolescentes, según detalla EFE.

Es la embarcación con migrantes más grande que ha llegado a las islas desde que esta ruta migratoria comentó a utilizarse en 1994. Ni siquiera durante la llamada crisis de los cayucos, en 2005 y 2006, llegó una barca con tanta gente a bordo.

La imagen, ya icónica, es solo un ejemplo muy gráfico del auge que la ruta canaria ha experimentado en los últimos tres o cuatro meses, un efecto claro y directo de la crisis política, social y económica que atraviesa Senegal con el encarcelamiento del líder opositor, Ousmane Sonko, de fondo.

No fue el único que tocó tierra en El Hierro, con sus dispositivos de acogida y retención policial desbordados. En los últimos dos días han llegado a la isla una decena de cayucos con más de 1.200 personas a bordo en total.

El miércoles fueron cinco embarcaciones, una de ellas también de gran tamaño, con 258 personas a bordo, la mañana del martes, con 128 migrantes (seis mujeres y cinco menores, según datos preliminares). Según cifras publicadas por Chema Santana, experto en migraciones en esta ruta, la situación en El Hierro es más que tensa. Ha pasado de recibir solo nueve personas a principios de junio a más de 3.000 en estos días.

Más de 15.000 rescatados

Hasta el 30 de septiembre habían desembarcado en Canarias casi 15.000 personas migrantes, casi un 20% más que en el mismo periodo de 2022. Son 2.470 personas más, pero en nueve embarcaciones menos, lo que muestra el descenso de neumáticas –que transportan entre 30 y 50 personas y salen desde el sur de Marruecos o el norte del Sáhara Occidental– y la incorporación de más cayucos salidos desde Senegal, Mauritania y Gambia. 

A estos hay que sumar las más de 1.190 personas llegadas en estos primeros cuatro días de octubre, en los que siete pateras desembarcaron en Lanzarote y también se contabilizaron al menos siete personas desaparecidas en la ruta. Son ya más de 16.000 en apenas diez meses, más que las rescatadas en todo el año pasado, cuando llegaron poco más de 15.000.

La acogida, al límite

Junto a El Hierro, Lanzarote y Fuerteventura siguen haciendo frente a un elevado número de llegadas que tensiona los recursos de acogida y los Centros de Atención Temporal de Extranjeros (CATE), espacios policiales donde se realiza la primera filiación de los supervivientes.

Fuentes de la Secretaría de Estado de Migraciones –encargada de la gestión de los centros de acogida de las islas– aseguran que se van liberando plazas para hacer sitio a los recién llegados. Desde El Hierro, Lanzarote y Fuerteventura se van realizando traslados continuos a Tenerife y Gran Canaria, donde funcionan grandes centros de primera acogida.

Las plazas de este tipo rondan las 5.000 en todas las islas, pero según varias fuentes consultadas, se están realizando traslados de personas a plazas de acogida en la Península con bastante frecuencia, lo que permite mantener por lo general una ocupación no superior a las 4.000 personas. No obstante, los momentos de llegadas repentinas hacen que la situación sea cambiante. 

La situación es incierta e imprevisible. Todavía quedan unos dos meses de buenas condiciones meteorológicas en esta zona del Atlántico, cuando más llegadas suelen producirse. A la crisis en Senegal se suma un empuje cada vez mayor de la población gambiana en los cayucos y está por ver qué efecto tiene en el flujo de la ruta canaria el terremoto de Marruecos del mes pasado.

Las salidas desde la zona de control marroquí han descendido bastante, incluso se han detenido en algunas zonas. Aunque nadie pone la mano en el fuego por que las autoridades marroquíes sigan manteniendo la vigilancia.

Si el flujo se mantiene como hasta ahora, es previsible que el año cierre con unas 22.000 personas desembarcadas en Canarias, cifras de 2021 y de 2020, los años de mayor afluencia desde la crisis de los cayucos de 2005.