Nos pasamos la vida hablando de oscuros y malignos algoritmos pero, en realidad, un algoritmo no es más que un conjunto de operaciones y reglas para solucionar un problema. No son buenos o malos en sí, sino una herramienta. Eso sí, comprender cómo nos afectan es una tarea que debería partir de la educación, según los coordinadores de un nuevo libro que combina el formato de papel con una serie de códigos QR para ampliar esa información.

'El algoritmo de la incertidumbre' (Gedisa, 2021) se suma a un extenso cuerpo de libros y ensayos que tratan de alertar sobre las consecuencias de vivir en un mundo en el que las grandes empresas tecnológicas han impuesto sus códigos a campos como la política, la educación y la cultura.

El profesor e investigador de la UNED Roberto Aparici, junto al también investigador y docente en la Universidad Internacional de Valencia Jorge Martínez-Pérez, han reunido una serie de 'papers' o pequeños ensayos en torno a estos temas, desde un punto de vista bastante académico y teórico.

Sin embargo, en palabras de Aparici, "se trata de un libro experimental, con una serie de códigos QR que invitan al lector a dirigirse a internet para ampliar el conocimiento", como una forma de incitar al lector a combinar ambos mundos: papel y digital. "Lo que he comprobado es que los códigos deberían aportar más vídeos o contenido multimedia, fuentes audiovisuales, pero cuando me di cuenta ya era demasiado tarde", reconoce, para asegurar que el próximo será así.

Aparici, que lleva más de 40 años investigado sobre educomunicación (o educación para la comunicación), se muestra moderadamente pesimista acerca de los cambios necesarios para evitar todo lo que en este libro se describe: la resistencia al fascismo cultural, el negacionista, las desigualdades sociales o la desconfianza. Frente a estos dilemas, el investigador cree que sería ideal el desarrollo de una educación más avanzada y sin los vaivenes que causan los cambios políticos.

"No existe una intención de cambio de estos modelos autoritarios porque los gobiernos no quieren ciudadanos críticos", afirma este experto en una conversación con Público, y añade: "El sistema actual, la educación uniforme que impide desarrollar los talentos". "En la incorporación de elementos digitales se siguen usando viejas concepciones pedagógicas y comunicativas, por lo que sería clave la formación de los políticos, que son ignorantes y analfabetos en cuanto a la educación y a la comunicación, están atrapados en sus viejas concepciones".

Los algoritmos, el 'big data', las plataformas... Todo ello es visto desde el poder casi como una anécdota, denuncia Aparici, cuando en realidad todo ello está liderando la transformación digital. "La gente está viviendo esta transformación desde dentro, pero no recibe ninguna información al respecto", asevera. Para él, estamos manejando concepciones del sigo XX con herramientas del XXI por lo que estamos, de alguna manera, condenados a la incertidumbre.

Como buen discípulo de Paulo Freire ("un pedagogo al que todo el mundo cita pero cuyas ideas revolucionarias nadie aplica", bromea Aparici), recuerda que en general todo el mundo quiere formar y educar a los niños y a los jóvenes de una manera reflexiva y crítica, pero a la vez al poder le aterroriza utilizar autores críticos como Freire, quien defendía la autonomía total y la alfabetización según el contexto, así como la pregunta antes que la respuesta.

Quizá desde esa forma de pedagogía crítica adaptada a este siglo, las nuevas generaciones podrán disponer del conocimiento y, sobre todo, de la curiosidad para desentrañar los diferentes y sutiles lenguajes que ya nos están condicionando gran parte de la vida en sociedad.