Shakira tendrá que enfrentarse a su juicio por supuesto fraude fiscal a partir del próximo 20 de noviembre. La Fiscalía le acusa de delitos contra la Hacienda Pública por defraudar 14,5 millones de euros entre 2012 y 2014.

Aunque desde hace unas semanas la cantante colombiana ya no reside en España, deberá regresar a Barcelona a finales de año, pero en este caso para sentarse en el banquillo de los acusados.

El juicio está previsto que dure unas doce sesiones dado el gran número de testigos que han propuesto las partes: la Abogacía del Estado con 130 testigos, la Fiscalía unos 30 y 60 por parte de la defensa.
Existe la posibilidad de acortar el juicio si la acusación y la defensa reducen los testigos, con el fin de agilizar el proceso.

A la vez, se ha propuesto que Shakira, que reside en Miami, asista únicamente en la sesión en que esté prevista su declaración y en la última jornada, en la que el acusado tiene derecho a pronunciar un alegato final. 

La Fiscalía de Barcelona pide ocho años y dos meses de cárcel y una multa de 23,8 millones para la cantante, a la que acusa de seis delitos contra la Hacienda Pública por defraudar 14,5 millones de euros entre los años 2012 y 2014, simulando que no residía en España.

Su defensa alega, por el contrario, que la cantante no residía por aquel entonces en España, en donde no fijaría su residencia hasta 2014. Además, declaran que desde 2011 la cantante ha pagado más de 104 millones de euros en impuestos en países de todo el mundo.

Si la cantante optase por llegar a un acuerdo y reconocer el fraude, podría negociar una rebaja de condena y la suspensión del juicio. Sin embargo, Shakira se ha mostrado contendiente desde el inicio de su litigio con Hacienda. El pasado junio ya rechazó una oferta para alcanzar un acuerdo con el que rebajar la pena y evitar el juicio.

Mientras tanto, su defensa continúa trabajando con el fin de negociar un nuevo pacto en los próximos meses o ya directamente de cara al juicio de noviembre.