MADRID
"La foto de Palacio está manipulada". Este es el titular con el que la prensa británica —también la más conservadora— ha arrancado la semana. La publicación de una imagen de Kate Middleton con sus tres hijos ha desatado la polémica. Las principales agencias de noticias han retirado la fotografía difundida por Kensington al considerar que estaba retocada y distorsionaba la realidad. Es la primera vez que Reuters, Associated Press (AP), Getty y AFP plantan cara a la inteligencia artificial y desautorizan a una fuente de este rango. ¿Qué implicaciones puede tener esta decisión en pleno auge de las fake news?
La princesa de Gales llevaba casi dos meses sin aparecer públicamente como consecuencia de una "cirugía abdominal". Este domingo, Kensington publicó su primera imagen tras su operación. El retrato familiar duró apenas 12 horas en los servidores de las principales agencias de noticias, que decidieron eliminar la instantánea por considerar que había pasado por un proceso de edición digital. "Las imágenes tienen que ser rigurosas. No utilizamos fotografías alteradas o manipuladas digitalmente", reza el comunicado difundido por AP. Las teorías de la conspiración no son el único problema y el periodismo del siglo XXI busca ahora la fórmula para lidiar con los vertiginosos avances de la inteligencia artificial.
"La foto de Kate tenía errores evidentes, por eso ha sido posible identificarla como una imagen manipulada. En seis meses o un año los fallos serán completamente indetectables, porque los algoritmos avanzan de forma exponencial", explica Joaquín Peña, profesor en la Universidad de Sevilla y fundador del Instituto de Digitalización Humanista. El docente recuerda que hace un año, las figuras generadas por una inteligencia artificial tenían rasgos poco definidos y seis dedos en cada mano, pero la tecnología ha conseguido solucionar este tipo de descuidos.
La ética por encima del morbo y la manipulación
Las fuentes consultadas por Público consideran que la reacción de las principales agencias al retirar la fotografía del mercado puede marcar un antes y un después en el inquietante mundo de los algoritmos. "Reuters, AP y Getty solo permiten editar la luz y el color, pero nunca el retoque. Si dejamos que esto se generalice, llegará un momento en el que será imposible diferenciar entre realidad y ficción", apunta Miguel Moya, fotógrafo profesional.
"Las agencias han sentado un precedente más que necesario. Es complicado establecer un criterio, pero hace falta prevenir las fake news también en los recursos gráficos. Las imágenes tienen una capacidad bestial para impactar en la audiencia", defiende Teresa Ciges, consultora de comunicación y estrategia digital. El papel de los medios en los próximos meses será crucial para familiarizar al público con este tipo de prácticas y servir como agente verificador.
Kate Middleton no es la primera que sufre un contratiempo con la inteligencia artificial. Las fotos falsas de Rosalía o Laura Escanes desnudas y el abrazo fake de Yolanda Díaz con Pablo Iglesias abrieron hace meses este mismo debate. "Las agencias y los medios van a tener un papel clave en lo que viene, tendrán que diferenciarse de las redes por su fidelidad como fuentes. Este puede ser el resurgir de la prensa seria, porque un influencer no va a aplicar ningún criterio deontológico, pero un periodista sí que debería hacerlo", matiza Joaquín Peña.
"La ética ha estado por encima y las agencias se han plantado. Este caso se estudiará en el futuro en las clases de deontología del periodismo", pronostica Diana Rubio, doctora en comunicación y experta en protocolo. Los profesionales del sector ponen el foco en la "manipulación deliberada" de las imágenes y piden recursos para seguir haciendo su trabajo. "La inteligencia artificial pone en duda nuestra credibilidad, sobre todo si no podemos documentar lo que pasa en el mundo de forma veraz", expone Moya.
Kate Middleton carga con las culpas
El Palacio de Kensington ha intentado cortar la polémica este lunes a través de Twitter e Instagram. La cuenta oficial de los príncipes de Gales ha publicado un mensaje de cinco líneas y media para pedir disculpas por lo ocurrido. "Como muchos fotógrafos aficionados, de vez en cuando experimento con la edición fotográfica", detalla el tuit. La propia Kate Middleton es quien firma el comunicado, un detalle que no ha pasado desapercibido y que ha llevado a muchos usuarios a preguntarse por qué carga solo ella con las culpas. "Lo que no sabemos es hasta qué punto tiene poder de decisión", añade Diana Rubio.
"La estrategia de la Casa Real británica ha sido un desastre. La coherencia es fundamental en cualquier gestión de crisis, igual que decir siempre la verdad", señala Teresa Ciges. "La improvisación y los fallos solo consiguen alimentar los rumores y el amarillismo tan sumamente típico de la prensa británica. Esto afecta negativamente a nivel reputación, pero también supone una carga para la princesa a nivel emocional y personal", sentencia la doctora en comunicación y experta en protocolo.
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