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Francesc Tosquelles, el psiquiatra vanguardista que revolucionó el tratamiento de las enfermedades mentales

El CCCB acoge 'Francesc Tosquelles. Como una máquina de coser en un campo de trigo', una muestra que repasa la trayectoria de este psiquiatra que incorporó la cultura y la política social a los tratamientos psiquiátricos.

07/04/2022 - Un visitant a la mostra dedicada a Francesc Tosquelles al CCCB.
Un visitante, en la exposición dedicada a Francesc Tosquelles en el CCCB. Pau Cortina / ACN

¿Qué ocurre si las enfermedades mentales se abordan intentando entender su raíz social? ¿Cómo evolucionan si se tratan desde un punto de vista terapéutico, pero también político y social? Pues ocurre lo que logró el psiquiatra Francesc Tosquelles (Reus, 1912 - Granges d'Òlt, 1994), el hombre capaz de transformar las instituciones psiquiátricas durante la República y bajo la Europa de los fascismos. Ahora que se habla tanto de salud mental, la exposición Francesc Tosquelles. Como una máquina de coser en un campo de trigo, que se puede visitar en el CCCB hasta el 28 de agosto, traza un magnífico recorrido por la trayectoria de vanguardia de este médico y el alcance internacional e interdisciplinar de sus prácticas.

El montaje expone de forma eficaz el entorno político y artístico de este psiquiatra revolucionario y pragmático radical. Abre la muestra una cronología de la vida de Tosquelles, que incluye datos biográficos pero también históricos, dibujando así un contexto imprescindible para captar la inteligencia y valentía de este reusense.

Transformar a las instituciones psiquiátricas fue el objetivo de este hombre formado en la experiencia política y cultural de la Mancomunitat de Catalunya y la República. Después de luchar en el Frente de Aragón y en Extremadura durante la Guerra Civil, se exilió en Francia en 1939. Y fue allí, primero en el campo de concentración de Sètfonts y, sobre todo, en el hospital psiquiátrico de Saint-Alban, donde revolucionó el funcionamiento del centro psiquiátrico con una práctica que vinculaba la política, la experimentación clínica y la cultura.

Francesc Tosquelles, que podría definirse como un pragmático radical, se sirvió del psicoanálisis y el marxismo para transformar los manicomios herederos de la psiquiatría del siglo XIX. Para curar a los pacientes, consideraba que era necesario tratar al hospital entero como un cuerpo enfermo y cambiar su inconsciente autoritario atrapado en inercias burocráticas y en el inmovilismo. El tema del antiautoritarismo iba al ADN de Tosquelles y lo manifestó a lo largo de su militancia anarcosindicalista en partidos comunistas como el BOC (Bloc Obrer Camperol) o el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), hasta el final de su vida.

Humanizar la vida de los pacientes

Como destila la muestra, el escenario más importante para los trabajos de Tosquelles fue el sanatorio de Saint-Alban. El enclave, entre 1940 y 1962, fue un refugio para artistas de vanguardia que convivían con internos, campesinos, monjas, médicos y enfermeras. La apertura del sanatorio a multitud de prácticas artísticas, fomentando los vínculos sociales de los enfermos, humanizó la vida de miles de pacientes, dejando huella en los artistas que hicieron estancia.

El día a día en Saint-Alban salía adelante con tareas de autogestión, comisiones y clubes de enfermos, formación para los cuidadores, experimentos con el teatro, el cine y la escritura, la creación de periódicos murales y diarios internos o talleres de ergoterapia. La voluntad de Tosquelles era romper con la normopatía imperante, por eso abrió el hospital psiquiátrico a la cultura, el arte y la creación, fomentando los vínculos sociales y humanizando la vida de miles de enfermos. Porque como señaló: "Sin el reconocimiento del valor humano de la locura, es el hombre mismo quien desaparece".

La muestra está comisariada por Joana Masó y Carles Guerra y presenta una selección de películas, materiales históricos y documentales inéditos que permiten ver el propio Tosquelles trabajando, pero también obras de vanguardia surrealista y objetos producidos por los enfermos del hospital de Saint-Alban, provenientes de la Colección de Arte Bruto de Lausana y de otras colecciones particulares.

Entre las piezas vanguardistas se encuentran obras de Paul Éluard, Tristan Tzara, Salvador Dalí, Man Ray, Joan Miró y Antonin Artaud, entre otros. Pero para ligar el legado de Tosquelles a nuestros días, la exposición cuenta también con obras de Nancy Spero, Mireia Sallarès, Maurizio Lazzarato o Perejaume.

En esta ocasión, Perejaume invita al espectador a quitarse los zapatos y con los pies desnudos caminar por una especie de alfombra hecha con corteza de alcornoque. Una pieza que se incardina con la filosofía de Tosquelles, que escribió: "Cuando paseamos por el mundo lo que cuenta no es la cabeza, son los pies. Saber dónde pisas. Los pies son los grandes lectores del libro del mundo, de la geografía. No se camina con la cabeza. Por eso una madre, lo primero que hace son cosquillas en los pies, porque de lo que se trata es de poder estar de pie".

Una vez visitada la muestra, el legado de Francesc Tosquelles se revela vigente e inspirador, sobre todo en momentos de crisis extrema. Después del CCCB, la exposición se podrá visitar en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y en el American Folk Art Museum de Nueva York.

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