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Día Mundial contra el Cáncer de Mama El desafío de cinco mujeres que padecieron cáncer de mama para lanzar un mensaje de esperanza

Begoña, Lorena, Noelia, Gemma y Cecilia viajarán en noviembre al Annapurna para pedalear más de 300 kilómetros a una altura de 4.300 metros. Quieren demostrar que el cáncer no las ha limitado.

De izquierda a derecha: Lorena, Begoña, Noelia, Gemma y Cecilia en la rueda de prensa del Reto Pelayo Vida Annapurna Bike 2018. / TWITTER MERCEDES-BENZ MADRID

Pedalear más de 300 kilómetros a una altura de 4.300 metros en el Annapurna. Ese es el desafío que realizarán cinco mujeres que han padecido cáncer de mama en la cuarta edición del Reto Pelayo Vida "para lanzar un mensaje de esperanza", cuenta a Público Gemma Fernández, una de las participantes de este reto.

La iniciativa fue creada por el escritor Eric Frattini al perder en 2015 a un gran amigo por un cáncer de estómago cuando solo tenía 39 años. Fue entonces cuando pensó que era necesario hacer algo para concienciar. La idea de usar el deporte para lanzar un mensaje de optimismo ha tenido tanto éxito que es el cuarto año que se celebra, y ha dejado atrás historias de superación en una escalada al Kilimanjaro, en una ruta a pie de más de 200 kilómetros por el Polo Norte y abordo de un velero atravesando el Atlántico.

Para Ana Belén, una de las cinco participantes del reto de 2017, atravesar el Ártico a pie fue una experiencia que la motivó: "Para mi era un sueño. Suponía un reto bastante grande y fueron unos entrenamientos bastante estrictos". También explica a este medio que los médicos y entrenadores las "prepararon muy bien para la parte física porque para la parte psicológica, desgraciadamente o afortunadamente, el cáncer te prepara para ello".

Las participantes del Reto Pelayo Vida Polar 2017. / TREX EXPLORING

Las participantes del Reto Pelayo Vida Polar 2017. / TREX EXPLORING

Este año Begoña, Lorena, Noelia, Gemma y Cecilia han sido seleccionadas de entre más de 240 mujeres para recorrer la distancia que separa la ciudad nepalí de Pokhara y el municipio de Lo Manthang. Con este reto, que durará 18 días (del 13 de noviembre al 1 de diciembre), quieren demostrar "a las mujeres que están pasando por esta enfermedad que hay vida tras el cáncer", explica Gemma.

"Tú sola no puedes pero con amigos sí"

Uno de los aspectos más importantes de este reto es el trabajo en equipo, el apoyo en los momentos difíciles. "De eso se trata, es importante que finalicen juntas el recorrido establecido", cuenta Frattinin a este diario. Algo en lo que está de acuerdo Begoña: "Ningún reto es tan duro si cuentas con apoyo. Con el cáncer pasa lo mismo con la familia, los médicos y los amigos. Te curas primero por ti pero también lo haces por los que te quieren".

Gemma apunta que "se trata de una prueba mentalmente dura que exige una forma física importante", y señala que son mujeres normales y no deportistas de élite. "Prima el trabajo en equipo ya que vamos a atravesar momentos complicados. Tú sola no puedes pero con amigos sí", afirma con entusiasmo.

Ana Belén, participante del Reto Pelayo Vida Polar 2017. / TREX EXPLORING

Ana Belén, participante del Reto Pelayo Vida Polar 2017. / TREX EXPLORING

Ana Belén cuenta que los vínculos que se crearon durante el reto polar del año pasado fueron tan fuertes que crearon una hermandad. "Allí llevábamos una cuerda que nos mantenía unidas en los tramos peligrosos. No obstante, cuando nos la quitaban seguíamos unidas mentalmente", recuerda. También apunta que mientras dormían con temperaturas de 30 grados bajo cero se arropaban unas a otras, se abrazaban y se cuidaban: "Es una unión muy mágica, es algo hermoso". Ana recuerda que cuando llegaron al final del recorrido su mente preparó una serie de diapositivas que resumían su vida desde el instante en el que le diagnosticaron cáncer hasta su llegada a dicha meta. "Son muchas sensaciones las que te vienen de golpe. Al final estábamos todas llorando". 

"Este era mi año"

"¡Es la tercera vez que me apunto. Este era mi año!", confiesa Gemma a Público. Hasta ahora no había sido seleccionada y cree que "tuvo que ser cuando tuvo que ser". Añade que se presentó a la trasatlántica pero que no tenía experiencia y se quedó fuera. "A la polar del año siguiente también me presenté pero yo tenía una deficiencia física importante y en la prueba física quedé de las últimas. Este año cuando vi que era en bici dije: '¡Yo tengo bici!' ¿Por qué no?", explica. 

Lo mismo piensa Begoña: "Para mí todo tiene su momento. El cáncer llegó cuando tenía que llegar para darme un toque de atención y cuidarme más. Lo mismo pasa con este reto".

"Hay mucho que celebrar"

Begoña cuenta que su médico le llegó a decir que "había que celebrarlo porque lo habían cogido pronto. Por aquel entonces me chocó pero ahora entiendo a lo que se refería ya que un diagnóstico precoz es esencial. Hay mucho que celebrar".

Para Gemma, este reto es una oportunidad para "transmitir un mensaje de vida, un mensaje de superación. Si yo puedo, que no soy una deportista de élite, ¿por qué no pueden las demás?". Este es el objetivo: "Lanzar un mensaje de esperanza a las mujeres que están pasando por esta enfermedad y que vean que hay mucha vida tras el cáncer". 

Ana manifiesta de forma enérgica que "cuando la vida te pone al límite quieres vivir al límite", y explica que cuando alguien le pregunta cuál es su hobby, ella les responde con un: "A mí lo que me gusta es vivir". Para ella el mensaje principal es que después del cáncer se pueden hacer muchas cosas. "A mí no me ha limitado. Tengo 36 años. Tengo toda la vida por delante y, ¡ahora soy escritora!".

Por esa razón, Gemma y Begoña y Ana decidieron emprender esta experiencia. "Yo antes tenía la idea errónea de que el cáncer equivalía a la muerte y cuando lo viví te das cuenta de que hay muchísima vida", manifiesta Begoña y añade que "es necesario que la gente sepa más sobre el tema, que la gente escuche y que deje de ser un tema tabú".

Una mayor concienciación 

Según la Asociación Española Contra el Cáncer, más de 22.000 personas son diagnosticadas de cáncer de mama cada año en el país. Además, una de cada ocho mujeres desarrollará la enfermedad a lo largo de su vida. Los datos apuntan que un diagnóstico precoz es de vital importancia ya que la supervivencia se sitúa en un 85% de los casos. 

"Hay que concienciar sobre el diagnóstico precoz y la importancia de las revisiones a pesar de la vida frenética que llevamos actualmente ya que si te lo cogen a tiempo es fundamental", expone Gemma. 

El papel de las redes sociales para la difusión de este mensaje es esencial ya que "das un impulso a las personas que están en el hospital con la quimioterapia. Muchos te dicen que el mensaje que lanzas, de superación y de lucha, les ayuda", expone Ana. También, concluye, es fundamental la ayuda a los familiares: "Es una experiencia devastadora y ellos también necesitan ayuda para superar una situación así".

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