Línea 2 del Metro de Barcelona en dirección Paralelo. Un grupo de jóvenes con polos con la bandera de España y la misma bandera de España atada a la cintura gritan "¡Arriba España!", mientras van golpeando puertas y vidrios, ante la mirada sorprendida y atemorizada de muchos de los pasajeros. Su estado de embriaguez es evidente, a pesar de que todavía son las 11:00 horas de la mañana. Un mendigo llega tocando el acordeón. "¡Ven aquí rumano! ¡Te doy 40 céntimos si tocas el himno de España!", le grita al oído uno de ellos antes de abrazarlo mientras lo increpa: "¡Eras más feo que el Fary chupando un limón!". El 12 de Octubre también es esto.

La manifestación de hoy, convocada por España y Catalanes, tenía que ser la carta de presentación de Cataluña Suma por España, el paraguas que reúne al Partido Popular, Ciutadans y Vox bajo la defensa común de la unidad de España. En la cabecera de la manifestación estaban Inés Arrimadas, Lorena Roldán i Carlos Carrizosa, y los populares Xavier García Albiol, Dolors Montserrat, Alejandro Fernández y Cayetana Álvarez de Toledo, entre otros. Somatemps y Sociedad Civil Catalana (SCC) también han estado presentes.

La marcha ha pinchado en asistencia: ha reunido a 10.000 personas según el recuento de la Guardia Urbana, cuando el año pasado el cuerpo municipal cifró una asistencia de 65.000. Aún así, los organizadores suben la cifra a medio millón. La imagen de civilidad y constitucionalismo que algunos de los políticos querían proyectar, especialmente a las puertas de la publicación de la sentencia, ha quedado en entredicho para las cámaras que lo quisieran grabar.

Si la cosa va de metáforas marinas, no se puede hablar de un mar de banderas españolas. También ha habido de la Guardia Civil, la Legión y la Policía Nacional, de Tabàrnia, con el toro de Osborne y con el águila franquista, con el escudo del RCD Espanyol e incluso ha estado presente el Wolfsangel del Frente Nacional Identitario, el grupúsculo ultraderechista al cual pertenecía Manuel Murillo, el francotirador que quería asesinar al actual presidente en funciones, Pedro Sánchez. Entre los manifestantes también se han visto miembros de los llamados GDR (Grupos De Resistencia) que se han dedicado a tachar los lazos amarillos pintados en el suelo por los independentistas días antes.

El himno de España ha sonado por los altavoces, alternándose con Que viva España de Manolo Escobar. "¡España!", "¡Viva España!" y a alguien se le ha escapado un "¡Una! ¡Grande! ¡Libre!" y el inevitable "¡Arriba España!". Entre los bloques de la manifestación había vacíos evidentes que solo llenaban un ambiente enrarecido y más bien tenso.

De Blas de Lezo a la Guardia Civil

Bajo un sol de justicia, una vez llegados a Plaza España los manifestantes han intentado refugiarse y buscar un poco de sombra en los laterales, acentuando todavía más la carencia de asistencia. Un discurso alababa el genio español, un concepto flexible donde, al parecer, caben desde Cervantes hasta Pablo Picasso, pasando por Gaudí, Blas de Lezo, el Tercio de Flandes y Juan Sebastián Elcano (¿qué hubieran dicho de esto Picasso y Gaudi?). En la parte posterior, el estand de La flamenca de Borgoña era lo más solicitado. "Marca de moda española y reivindicativa", es su lema. La plaza se va vaciando. En el Imperio español nunca se ponía el sol, pero aquí, algunos agradecerían seguramente que se pusiera en cuestión de minutos. Los más motivados blandían los carteles acusando al presidente de la Generalitat, Quim Torra, de ser un supremacista, un golpista y un fascista. Otros daban su brazo a torcer y tiraban los carteles a las papeleras más próximas.

Un grupo de bolivianos bailaba al escenario sin recibir mucha atención del público, a pesar de que el presentador ha intentado atraerla calificando "Hispanoamérica" de "parte entrañable de nuestra querida España". La periodista Cristina Seguí –que ha denunciado una "ofensiva separatista" en el País Valenciano y Baleares– y el exjugador de waterpolo Pedro García Aguado han tomado posesión del micro para hacer de maestros de ceremonias. Fernando Sánchez, el presidente de SCC, ha empezado su discurso con un "tributo" a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, "en especial a la Guardia Civil" para después pedir que se deje de prestar atención "al vodevil independentista" para mirar "hacia delante". El presidente de SCC ha augurado que el independentismo, "una oleada y una maquinaria de propaganda", se "disolverá", y ha resumido el programa de la entidad en la "normalización del español", la "despolitització de los Mossos d'Esquadra y los medios de comunicación" y una "auditoría del proceso". Sánchez ha acabado su discurso con un "Visca Catalunya!" que ha encontrado poco eco y un "¡Viva España!" que ha encontrado mucho.

Ángel Escolano, el presidente de Convivencia Cívica, ha pedido la aplicación del 155, antes de proyectarse un video de homenaje a la Policía Nacional y la Guardia Civil recibido con ruidosos aplausos. El presidente de la organización Salvar el Archivo de Salamanca ha dicho en su turno que "salvar el archivo es salvar la unidad de España". Albert Boadella, autoproclamado presidente de Tabàrnia, ha enviado un mensaje en vídeo. Desde el escenario se propone cantar "En pie si eres español" y uno contesta: "Todo el mundo al suelo". Gritos de "¡España, unida, jamás será vencida!", insultos contra el diputado de ERC Gabriel Rufián, la multitud ruge "¡Puigdemont a prisión!", aplausos a rabiar al juez Pablo Llarena. "La mejor nación, el mejor país, el mejor estado del mundo", dice uno de los presentadores. A los laterales, unos inmigrantes paquistaníes intentaban ganarse unos duros vendiendo banderas españolas