La Cumbre por el Clima (COP25) no será la única que acogerá la capital las primeras semanas de diciembre ya que diversos movimientos sociales se han organizado conjuntamente para programar decenas de actividades secundadas  por más de 200 colectivos y asambleas. La denominada Cumbre Social hace frente al oficialismo reinante en la COP25 tachando la convocatoria de eurocéntrica: “Siendo conscientes del claro eurocentrismo que implica la celebración de una COP en un país europeo por tercer año consecutivo, aceptamos el reto de articular protestas y críticas contra estas políticas como una enorme responsabilidad”.

El llamamiento también recoge palabras en solidaridad con el pueblo chileno y la represión policial y militar que está sufriendo: “Condenamos de forma tajante y sin tapujos la violación de derechos humanos en Chile y exigimos su cese. La declaración de guerra contra el pueblo chileno por parte de su gobierno es un ataque a la democracia y a la lucha por la justicia social”.

Las siguientes palabras, enmarcadas en el llamamiento, marcan la columna vertebral de todos los actos organizados desde la Cumbre Social: “Nos solidarizamos con quienes más sufren, con las personas trabajadoras y con las comunidades que están en primera línea de resistencia en todos los continentes. También nos solidarizamos con quienes menos han participado en alimentar la crisis climática y más acusan sus impactos. Apoyamos a todas las personas de cualquier género, origen, lengua, raza, etnia, capacidad física, orientación sexual, experiencia, edad y creencia”.

Así pues, han programado un calendario repleto de actividades, ponencias y debates. Instituciones de gran importancia como la Universidad Complutense de Madrid (UCM) o la Antigua sede de la Unión General de Trabajadores (UGT) acogerán durante una semana algunos de los acontecimientos que marcarán la hoja de ruta social en cuanto a las acciones para luchar contra el cambio climático. Según Juan Aguilera, activista de Fridays For Future (FFF), "el enfoque de la contracumbre está dirigido a la gente y la participación ciudadana, además de los colectivos que no se sienten representados en la COP.

El inicio de la Cumbre Social será el sábado 7 de diciembre, un día después de la manifestación convocada por FFF, 2020 Rebelión por el Clima, Alianza por el Clima y Alianza por la Emergencia Climática. La movilización, que se espera multitudinaria, recorrerá las principales calles de Madrid desde las 18:00 horas partiendo de la estación de Atocha hasta Nuevos Ministerios clamando por unas acciones por la emergencia climática.

La Cumbre Social también es internacional

Aunque resulta casi imposible condensar los más de 100 actos enmarcados en la Cumbre Social, sobresalen los preparados por Ecologistas en Acción y aquellos en los que el protagonismo recae directamente en las personas más afectadas por el cambio climático. Ejemplos de esto último es la defensa que se hará de los derechos de los pueblos indígenas en la Amazonia mediante una charla impartida por la Asociación Cultural Brasileña Maloka.

La transversalidad del asunto estará representada por voces críticas que tratarán temas como la red de agua pública, el ecofeminismo, las migraciones forzadas o la necesaria apuesta por los desplazamientos en bicicleta.

Otros aspectos que también tendrán cabida en esta semana de Cumbre Social, que finalizará el 13 de diciembre con un acto de clausura en el Auditorio Marcelino Camacho, están relacionados con el deshielo de los glaciares, la relevancia de la educaci’on ambiental, el alto consume de carne, o la gentrificación, tal y como se denota en el acto que ha preparado Ecologistas en Acción denominado “compartiendo resistencias turísticas desde el activismo social y ambiental” o “centros sociales y ciudad neoliberal: permanencias activistas contra la desmemoria de la dispersión”, firmado por el colectivo Lavapiés dónde vas.

La solidaridad a nivel internacional estará presente a lo largo de todas las jornadas con actos en los que se hablará de la situación climática a nivel global pero con el foco puesto en Centro y Sudamérica, África o la zona del Kurdistán, además de otras perspectivas algo similares a la española aportadas por activistas de Inglaterra, Bélgica, Italia, Francia o Estados Unidos.