El Tribunal Supremo ha ratificado las condenas de 34 años de cárcel interpuestas por la Audiencia de Zaragoza a un hombre y una mujer por secuestrar, torturar, robar y enterrar vivo a un empresario de Getxo (Bilbao) en 2019. La pareja conoció a la víctima, de 54 años, a través de la aplicación de citas Badoo. Tras varias conversaciones consiguieron que se desplazase hasta Pedrola (Zaragoza) para mantener un encuentro sexual, cuando el verdadero objetivo era obtener sus credenciales bancarias y asesinarlo. 

El jurado encargado del caso emitió su veredicto el pasado 18 de febrero y consideró culpables a los dos miembros de la pareja, vecinos de la localidad en la que tuvo lugar el crimen. Los integrantes ampararon su fallo en los delitos de robo con violencia y asesinato, con las agravantes añadidas de ensañamiento, alevosía y encubrimiento de los acontecimientos.

Asimismo, el jurado consideró que los ahora condenados habían cometido una detención ilegal y otro delito de estafa, tal y como sugerían la Fiscalía y la acusación particular en nombre de la familia de la víctima. La Audiencia de Zaragoza dictó sentencia e impuso a cada uno de los dos acusados 25 años de prisión por asesinato, seis por robo con violencia y tres por estafa. Además, tendrán que abonar una indemnización total de cerca de 300.000 euros: 185.618 para el hijo de la víctima, 56.625 euros para cada uno de sus padres y 19.400 para sus dos hermanos. 

Los abogados de la defensa solicitaron la nulidad del juicio para así conseguir una segunda vista, alegando que alguna de las sesiones no había quedado grabada, por lo que no podían elaborar con garantías los recursos. El Tribunal Superior de Justicia de Aragón ha rechazado el recurso y el magistrado asegura que solamente se ha perdido una de las sesiones por problemas de funcionamiento del sistema. 

Según detalla la resolución judicial, el empresario de Getxo acudió a una cita sexual con la mujer, que se había ganado su confianza mediante la plataforma Badoo. El otro integrante de la pareja lo abordó e inmovilizó con varias bridas. Le robaron todas sus pertenencias y le intimidaron para conseguir las claves de sus tarjetas, con las que realizaron seis extracciones durante los días posteriores. 

La víctima estuvo retenida durante tres días, mientras recibía golpes y palizas. Finalmente decidieron enterrarlo vivo, aunque "en un más que probable estado límite de agonía".  El cadáver fue hallado por la Guardia Civil 20 días después de su salida de Getxo. Durante las casi tres semanas que estuvo ilocalizable, los condenados sacaron 1.800 euros de su tarjeta de crédito y vendieron su coche.