Creada en 1988 por Comisiones Obreras, la Fundación 1º de Mayo ha tratado de convertirse en un referente del pensamiento en torno al movimiento obrero y el trabajo. Con la fundación de otras dos históricas fundaciones, ISTAS y FOREM, el sindicato busca, en una nueva etapa, que su think tank impulse la batalla por la hegemonía de las ideas para hacer frente a la cultura conservadora.

La fundación ha identificado tras su 12º Congreso Confederal tres puntos esenciales sobre los que mejorar. En el trabajo de archivo y memoria histórica que caracteriza a la fundación valoran una gran coordinación, de la que sin embargo carecen en el resto de ámbitos. Por este motivo han decidido limitar las actuaciones anuales y centrarse en proyectos concretos.

Entre ellos, la Fundación busca crear el Centro Demoscópico 1 de Mayo para preguntar "sobre las condiciones de trabajo de las personas asalariadas". También reactivarán el Centro 8 de marzo para poner el foco en la igualdad de género "junto a las transiciones ecológica y digital". Además, el think tank pretende dinamizar sus actividades culturales cooperando con otros sindicatos y fundaciones, así como aumentar la colaboración con el ámbito universitario.

Financiación independiente

La financiación es otro de los puntos importantes que señalan desde 1º de Mayo. Casi todas las actividades son sufragadas por entidades externas, públicas y privadas. La fundación considera que esta dinámica les resta autonomía. El presidente, Fernando Lezcano ha explicado a Público que revisará con la Confederación de CCOO el patrocinio que destina el sindicato actualmente "da para muy poco".

El think tank también ha mostrado su preocupación por un déficit en la comunicación de sus actividades, "lo que disminuye la eficacia de sus trabajos", explica la organización en un comunicado. Para ello, elaborarán un plan para diseminar la información, en el que se contempla la posibilidad de crear una revista digital.