El Barcelona Insrtitute of Science and Technology (BIST), dedicado a la biomedicina; el Instituto de Biología Evolutiva del CSIC, dedicado a la biodiversidad, y el Centro de Investigación e Innovación para el Bienestar Planetario de la UPF, dedicado a la relación entre el cambio climático y el bienestar de las personas. Estos son los tres edificios en los que próximamente se convertirá el antiguo Mercat del Peix, destinado a albergar la Ciutadella del Conocimiento, un nuevo polo de investigación e innovación ubicado en la ciudad condal.

El proyecto, a cuyo protocolo institucional de momento se han adherido el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Catalunya, la UPF, el Ministerio de Ciencia e Innovación y el de Universidades, la UB, la UAB, el CSIC, el BIST y la Fundación Pasqual Maragall, ha arrancado con la colocación de la primera piedra del complejo.

Espacio conectado

El Parc de la Ciutadella recupera así su proyección internacional, iniciada ya en el siglo XIX, cuando fue sede de la Exposición Universal. Esta vez, sin embargo, renacerá como un espacio puntero de 45.000 m2 para la ciencia en Europa, objetivo al que ayudará que el nuevo espacio se conecte con todos aquellos entornos e instituciones científicas que lo rodean, tanto las que hay actualmente como las que se instalarán en el futuro, y que harán de la Ciutadella del Conocimiento un eje verde, patrimonial y científico de primer orden.

Al hito también contribuirá el hecho de que el solar del Parque Móvil del Estado, delante del campus de la UPF, concentre a los 40 equipos de investigación con los que el CSIC cuenta en Catalunya, actualmente repartidos en dos centros de biociencias.

Rehabilitación de equipos históricos

Al margen de los tres edificios contemplados en el marco del proyecto, este también prevé actualizar las zonas verdes del interior del parque, así como rehabilitar varios de sus equipamientos históricos. Para empezar, el Museo Martotell, el Castillo de los Tres Dragones, el Invernadero y el Umbráculo se rehabilitarán no solo para preservarlos, sino también para convertirlos en un eje de equipamientos para la ciencia ciudadana. Por otro lado, en el zoo se avanzará en la implantación de un modelo que priorice la conservación de la fauna autóctona y el respeto a la biodiversidad.