La cifra total de personas migrantes que han arribado a distintos puertos de las Islas Canarias (en su mayoría a El Hierro) a lo largo de esta última semana supera las 1.800, según datos provisionales de Salvamento Marítimo. Las cifras de recién llegados han ascendido después de que este viernes desembarcada en el muelle de San Sebastián de La Gomera un cayuco con 140 tripulantes. El navío había sido detectado por el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) a unas 7 millas al sureste de este municipio.

Sin embargo, este jueves ha sido la jornada que más extranjeros a bordo de embarcaciones precarias ha recibido. Ese día, el Hierro acogió a 755 personas repartidas en cuatro cayucos, todos ellos con un número significativo de menores. El día anterior esa isla recibió a 375 personas que viajaban en dos botes, uno con 121 personas (cuatro menores) y otro con 254 (16 menores).  

Los centros de acogida temporal, saturados

Desde los distintos organismos y entidades que gestionan la acogida temporal de migrantes en el archipiélago canario advierten de que los centros de internamiento se encuentran saturados. En el Centro de Acogida Temporal de Extranjeros (CATE), ubicado en el pueblo tinerfeño de San Andrés, con capacidad para acoger a 800 personas, recibió hasta este jueves 701 nuevos ingresos. Ante la previsible superación de los límites de recepción de este centro, Cruz Roja ha instalado cerca de 200 camas de campaña en el polideportivo contiguo al mismo. 

Además, el antiguo convento de La Frontera, en El Hierro, utilizado como recurso de atención de migrantes en la isla, también se encuentra al límite de su capacidad de admisión. El centro tiene una capacidad estimada de 500 personas. 

La fuerte oleada migratoria que ha vivido España, y con una mayor intensidad las Islas Canarias, Baleares y Melilla, se produce mientras el presidente Pedro Sánchez mantiene varios encuentros diplomáticos con sus homólogos de Senegal, Gambia y Mauritania, tres países desde los que se producen enormes flujos migratorios. Las dos líneas estratégicas de Sánchez para controlar el trasiego migratorio se basan en la expulsión de todas aquellas personas que lleguen a España de forma irregular y en el fomento de la denominada "migración circular".

Según este modelo, que ya ha sido cuestionado por la formación de Ione Belarra y por varios miembros de Sumar, el líder socialista pretende que las personas extranjeras trabajen temporalmente en sectores específicos de la economía y luego regresen a sus países de origen.

Mientras tanto, el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, insiste en la necesidad de conseguir un pacto con el Partido Popular para la reforma de la ley de extranjería que permita el reparto equitativo de migrantes en el territorio del Estado español cuando una región haya superado sus límites de acogida, como ocurre actualmente en el archipiélago canario.