Dijo Marcelino Camacho, histórico sindicalista de Comisiones Obreras, que la democracia se queda a las puertas de las fábricas. "La democracia no puede quedar a las puertas del teclado o del iPad que nos llevamos a trabajar", ha añadido este miércoles la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Díaz ha presentado el libro del historiador, exdiputado y exdirigente de los comuns Xavier Domènech Lucha de clases, franquismo y democracia (Akal) en el Espacio Ecoo de Madrid. La vicepresidenta ha destacado de este texto el repaso histórico que hace Domènech de España desde el punto de vista de la lucha de clases, donde, en palabras del historiador Juan Andrade (presente en el acto), "la democracia no es fruto de un consenso político, sino de un conflicto" de clases.

Díaz se ha centrado de manera especial en la historia de las empresas, y ha señalado que la patronal española, a diferencia de lo que sucedió en otros países en distintas épocas, no se democratizó durante la transición porque los vestigios del franquismo impidieron un debate que hiciera que esa democratización permeara en el mundo del trabajo.

"Hay dos grandes cosas sin cambiar (en España): la democracia económica y en las empresas, y la reforma empresarial, la gran reforma pendiente en nuestro país. Esta reforma no se produce por las fuentes de las que bebe la actual patronal española; todo lo que late en la aparición de la CEOE tiene que ver con la imposible permisión de incorporar el debate democrático en el mundo de la empresa", ha defendido.

Díaz ha señalado la necesidad de democratizar las empresas y el mundo del trabajo: "La democracia tiene que llegar al mundo del trabajo, repartir el poder y repartir la toma de decisiones. En su día se desarrolló solo una parte muy pequeña, los comités de empresa", ha apuntado. "Sería bueno que en nuestro país tuviéramos una patronal democrática y moderna", ha dicho.

No es la primera vez que la ministra de Trabajo apunta en este sentido y, de hecho, en otras ocasiones ha avanzado su intención de empoderar a los trabajadores en la toma de decisiones empresariales a través de una reforma del Estatuto de los Trabajadores para que puedan formar parte de los consejos de administración.

"La democracia tiene que llegar al mundo empresarial para mejorar la productividad y las condiciones de vida del trabajo. Hay ejemplos de empresas públicas, como Navantia, que tienen en sus consejos de administración a trabajadores. Nadie quiere más a su empresa que un trabajador o trabajadora. Vamos a avanzar en estas cuestiones", dijo el pasado mes de mayo Díaz.