El domingo 19 de junio, los andaluces tienen una cita con las urnas. Los partidos están tratando de movilizar a sus potenciales votantes para que acudan a los colegios electorales el día de los comicios. Las encuestas arrojan que el PP ganaría las elecciones aunque necesitará a Vox para poder gobernar. 

Mientras, la izquierda busca conseguir que los electores progresistas no se queden en casa y apuesten por una de las tres candidaturas que conforma el bloque: PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía. Estos partidos son los que necesitarán arañar el mayor número de votos para conseguir más escaños y lograr un vuelco electoral. 

Pero, ¿cuántos votos necesitarán para obtener un asiento en el Parlamento andaluz? Pues todo depende del número total de papeletas que se depositen en las urnas el próximo domingo. Si hay una amplia participación, cada escaño costará más votos. Si hay menor participación, cada escaño necesitará menos votos. ¿Por qué? Muy sencillo, tanto si la participación es alta como si es baja se repartirán los mismos diputados: 109. 

No obstante, los partidos deben conseguir al menos un 3% de los votos totales de la circunscripción (es decir, la provincia) para poder acceder al sistema de conteo que reparte los escaños según los votos. Este sistema está regido por el modelo D'Hondt, que está ejemplificado en el artículo 173 de la LOREG. 

Cómo funciona el modelo D'Hondt:  un claro ejemplo

Los partidos que superen la barrera del 3% en cada provincia son ordenados de mayor a menor. A continuación, los resultados son divididos por el número de cada uno de los escaños correspondientes a la provincia. Pongamos un ejemplo. Imaginemos una provincia en la que se eligen ocho diputados y se registran 480.000 votos válidos. Se han presentado seis candidaturas (A, B, C, D, E y F). Evidentemente todas han conseguido un apoyo de al menos el 3% de los votos. 

Los resultados son los siguientes: A(168.000 votos), B(104.000), C(72.000), D(64.000), E(40.000), F(32.000). Por lo tanto, como se ha señalado antes, hay que dividir el número de votos de cada candidatura por 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, y 8, que son los escaños totales de la circunscripción. Cuando se haya realizado este cálculo, se reparten los diputados en función de las cifras más altas.

Los escaños se reparten del siguiente modo, cada bloque pintado de rojo es un escaño. La candidatura A obtendría cuatro escaños. La candidatura B, dos escaños, y las candidaturas C y D, un escaño cada una. En este caso, el escaño "más barato" ha necesitado 42.000 votos. Pero esto podría haber sido distinto si los votos totales y las candidaturas que superan la barrera indicada hubieran sido diferentes.

Hay que señalar que cada provincia andaluza tiene un número de escaños distinto y que, en gran medida depende de las personas empadronadas en el territorio. Aunque la ley otorga ocho asientos a cada una de por sí (64 en total), el resto de diputados (45) se asignan atendiendo a una operación que tiene en cuenta el número de empadronados en Andalucía en general y de cada provincia en particular.   

Primero se divide el número de empadronados en la región en el momento de la votación por 45 escaños. El resultado es dividido por el número de empadronados en cada provincia. El número que surge de este cálculo es la cifra de asientos adicional que se le otorga a la provincia (además de los 8 asignados por la ley).