La nueva bronca política de esta semana entre el Gobierno y el Partido Popular ha sido por una foto. Alberto Núñez Feijóo quería una imagen con las tropas españoles en Letonia que podía granjearle dos éxitos: por un lado, contribuía a reforzar una imagen presidenciable en España en plena carrera electoral -algo que obsesiona a Génova- y, por otro, le daría un impulso a su proyección internacional, punto débil del presidente del PP. Un buen movimiento político si no fuese porque el PP quería que Feijóo viajase a Letonia en calidad de líder de la oposición, sorteando las vías que tiene para hacerlo con su único cargo institucional, el de senador. La visita le fue denegada.

Cuando se cumplía un año del inicio de la invasión rusa a Ucrania era fácil prever que Pedro Sánchez desplegara una importante agenda internacional en torno al país en guerra. Por eso, el PP quiso adelantarse y empezó la semana denunciando, a través de una nota de prensa, un "boicot" a Feijóo. "El Gobierno impide a Feijóo visitar a las tropas españolas desplegadas en Letonia", decían los populares en un comunicado enviado a los medios de comunicación.

"Ningún español puede entender que se niegue al líder de la oposición un encuentro de ánimo y apoyo con las Fuerzas Armadas", señalaba el PP. Una decisión "profundamente equivocada", "incomprensible" e "insólita", proseguían desde Génova. Teniendo en cuenta que nunca un líder de la oposición había hecho una visita así a las tropas desplegadas en el extranjero, también su petición era insólita.

Aun así, el PP sostenía que el viaje de Feijóo a Letonia ya contaba con "el respaldo de las autoridades competentes de la Alianza Atlántica" y que, además, también se habían mantenido contactos con el Ministerio de Defensa para autorizar la visita y existía un "entendimiento inicial" para ello. La ministra Margarita Robles respondió que ella no tenía constancia de las intenciones de Feijóo y le reprochó lo que considera un uso "partidista" de las Fuerzas Armadas en pleno año electoral.

Casi de inmediato, el PP avivaba el choque y hacía pública una carta enviada a Defensa y firmada por la jefa de gabinete de Feijóo, Marta Varela, en la que señalaba "conversaciones telefónicas" entre ambos equipos mantenidas "en los últimos días" y "donde le informaba de que el desplazamiento de Feijóo a la base militar en Letonia se adecuaría a las fechas que Defensa indicara". "No parece razonable impedir que el líder de la oposición vaya simplemente a reconocer y agradecer el trabajo de las tropas de nuestro país. Lo partidista sería prohibirlo", zanjaba Varela en la carta.

Feijóo, aprovechó la polémica para hacer una promesa electoral a través de sus redes sociales: "Si soy presidente no limitaré que el líder de la oposición vaya a agradecer el trabajo de las tropas de nuestro país en ningún lugar del mundo", aseguró.

Un día más tarde, el jueves, Sánchez aterrizaba a primera hora de la mañana en Kiev (Ucrania), donde se reunió con Zelenski, anunció un nuevo envió de tanques y dio un discurso ante el Parlamento ucraniano, que rompió en aplausos. 

Así, mientras Sánchez estaba en Ucrania, en el PP seguían con su cruzada contra el Ejecutivo. El vicesecretario de acción institucional y responsable de materia internacional del Génova, Esteban González Pons, decía que Sánchez no había "dejado" a Feijóo ir a Letonia "por hacerse la foto en Ucrania" y hacía la siguiente reflexión: "A España la representamos todos, también el líder de la oposición". La tesis de los populares es que el presidente del Gobierno no quiso darle a Feijóo la oportunidad de reforzar su perfil presidenciable. Creen incluso que el viaje del líder de la oposición podría "opacar" al de Sánchez, que por eso lo denegaron e insisten en que lo han intentado por los cauces oficiales correctos.

Por todas las vías menos por la más habitual. Porque Feijóo, que a nivel institucional solo es senador, podría haber solicitado la visita a los soldados españoles en Letonia -desplegados allí bajo el paraguas de la OTAN en una misión en activo- dentro de una comisión parlamentaria junto a otros diputados y senadores, en cuyo caso Defensa no podría negarse. Pero en el PP no querían que esa imagen del líder de la oposición se diluyese en medio de un viaje compartido con otros dirigentes de otros partidos políticos. Se trataba de formar parte activa del relato político en la semana del aniversario del inicio de la guerra en Ucrania. Las formas, y las fotos, importan.