Los policías de las cloacas siempre han tenido un objetivo común: poner en los mejores puestos y en los más estratégicos a sus amigos, a sus colaboradores y, por supuesto, a sí mismos. Pero Villarejo tardó tiempo en colocarse dentro del escalafón de la Policía y en conseguir su tapadera como abogado.

Hasta 2010 no logró ascender a comisario. Lo hizo con 59 años, diez más que la media de los otros 29 policías que junto a él superaron la convocatoria de aquel año. Sin embargo, para llegar hasta este punto, Villarejo tuvo que recurrir a sus clásicas maniobras para poder conseguir los dos requisitos indispensables para aprobar: poseer una licenciatura y superar la prueba de acceso de la Policía Nacional, lo que denominaba "examen ITV".

Las agendas del comisario jubilado y la documentación a las que ha tenido acceso Público revelan que Villarejo recurrió a amigos y compañeros policías para conseguir su objetivo. En el caso de la licenciatura, buscó la mediación del exdecano de la facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, José Iturmendi Morales. Para la parte de la prueba policial contó con el apoyo de su amigo el comisario José Luis Olivera y del también comisario Emilio Prieto Andrés, jefe de la División de Formación y Perfeccionamiento en aquel momento.

Villarejo aprobó el examen policial, pero quedó el último de los treinta candidatos que superaron la prueba. Obtuvo una puntuación de 5,96 (sobre un máximo de 12,5) a más de dos puntos del penúltimo (8,2454) y a más de cuatro de la media de todos sus compañeros de promoción (10,1241).

El sospechoso aprobado fue muy comentado en la Policía y en el Ministerio del Interior. Años más tarde, el 2 de abril de 2019, el entonces diputado del PP y ex secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, comentaría el asunto con el ex Director Adjunto Operativo (DAO) Eugenio Pino a través de Whatsapp. Una conversación que forma parte de los chats que recientemente el juzgado ha incorporado al sumario de la pieza Kitchen.

Aprobar Derecho antes de que se jubile Iturmendi

Hasta que ascendió a comisario, Villarejo estuvo décadas como inspector de Policía. En todos esos años, fue cambiando de puesto por las modificaciones legislativas de los distintos Gobiernos, pero no ascendió. Pasó de inspector a inspector jefe, pero no cambió de escalafón.

El puesto de comisario lo consiguió en 2010, pero la carrera de Derecho la acabó dos años antes, en 2008. Cuando aprobó las dos últimas asignaturas que le quedaban, habían pasado 35 años desde que se matriculara por primera vez en la facultad de San Sebastián, en 1973. Allí coincidió con el que sería su mayor apoyo para aprobar la carrera: José Iturmendi Morales, hermano del policía Luis María Iturmendi Morales, que accedió a la escuela de Policía junto a Villarejo en 1972, un año antes de que se matriculara en Derecho.

José Iturmendi, periodista y catedrático de Filosofía del Derecho, trabajó como profesor en la facultad de San Sebastián entre 1970 y 1978. En los años que coincidieron, Villarejo aprobó el 70% de las asignaturas de la carrera. De hecho, en la materia de la que era profesor Iturmendi en aquellos años obtuvo matrícula de honor.

Precisamente, cuando Iturmendi abandona la facultad de San Sebastián, Villarejo deja de estudiar y no retoma la carrera hasta el curso 1986/1987, momento en el cual el profesor de Derecho es nombrado decano de la facultad en la Universidad Complutense de Madrid, a donde el comisario había trasladado su expediente.

De las ocho asignaturas que le faltan para obtener la licenciatura, seis las aprueba antes de que acabe la década de los noventa, pero Derecho Mercantil I y II se le atragantan. Y no las supera hasta el curso 2007/2008, el mismo en el que Iturmendi abandona el decanato, aunque luego siguió ligado a la facultad como director del Departamento de Filosofía del Derecho, del que también formaban parte su esposa, María de los Ángeles Rubia Villa, su hijo, José Miguel Iturmendi Rubia, y la pareja de este, Nuria Cuadrado Gamarra.

Antes de recurrir a Iturmendi para pedirle su colaboración para superar las asignaturas, Villarejo intenta otras maniobras. En un primer momento, busca la complicidad de su amigo el comisario Carlos Salamanca, al que contacta el 9 de abril de 2007, según se desprende de las agendas de Villarejo. Con él intenta que un amigo le apruebe las asignaturas pendientes de Mercantil en Valencia.

Esta vía no funciona y Villarejo decide intentarlo por otro lado y con otro método. Contacta con otro de sus amigos, el comisario José Luis Olivera, e intenta que se acepte como título universitario para poder ascender a comisario sus estudios en "Ciencias Policiales". Pero el 4 de junio de 2007 Olivera lo descarta.

La tercera opción llega cuando Villarejo se entera de que José Iturmendi, al que apoda amistosamente en sus agendas como "ITUR" o "Pepe ITUR", abandonará el decanato en 2008. El todavía inspector jefe espabila y a finales de enero de ese año contacta con el catedrático. Además de las dos asignaturas de Derecho Mercantil pendientes, hay un problema con las actas de las materias Hacienda y Derecho Financiero, que había aprobado en 1996. A todo ello Iturmendi promete solución.

En julio de 2008, llega el feliz resultado del que "ITUR" hizo seguimiento hasta la emisión oficial del título universitario.

En conversación con Público, Iturmendi niega que colaborara en los aprobados de Villarejo: "No tenía competencias en esas asignaturas y no tuve nada que ver con sus resultados", comenta.

Tras la licenciatura, a por el doctorado… con ayuda de Iturmendi

Con el título en sus manos, el 23 de diciembre de 2008 Villarejo solicita el alta en el Colegio de Abogados y señala en los escritos que se inscribe "para ejercer" (actividad incompatible con su condición de policía en activo).

Como avalistas firman su socio y empleado, Rafael Redondo Rodríguez, y su abogado y amigo de confianza, Ernesto Díaz Bastién.

El Colegio no pone problemas y en enero de 2009 Villarejo se convierte en el colegiado número 84.934. En los documentos aparece su alta en "actividades jurídicas" del Impuesto sobre Actividades Económicas.

El Colegio de Abogados de Madrid (ICAM), donde se dio de alta Villarejo, asegura que el artículo 18 del Estatuto General de la Abogacía Española señala las incompatibilidades del ejercicio de la abogacía y que según ese texto, teóricamente, se permite que un agente de Policía pueda ejercer, aunque debería haber solicitado el pertinente permiso.

Pero Villarejo quiere más: el doctorado. Para ello, también cuenta con el apoyo de Iturmendi, que se ofrece a tutelarle desde el departamento que dirige en la Complutense.

El 5 de enero de 2009, Villarejo apunta en su agenda los primeros detalles de su doctorado en Derecho, que desarrolla bajo el paraguas del departamento de Iturmendi: Filosofía del Derecho.

[El apunte que hace referencia a Gonzalo Martínez-Sicluna no corresponde con ningún profesor del departamento de ese doctorado. La única persona con esos apellidos es la profesora Consuelo Martínez-Sicluna. Sin embargo, en conversación con Público, niega cualquier vinculación con el comisario: "nunca he sido tutora o directora de tesis de Villarejo"].

Pasar la "ITV" para llegar a comisario

Con su licenciatura en el bolsillo, Villarejo ya cumple los requisitos para ascender a comisario, así que trata de meterse en la siguiente convocatoria que se presenta, la de 2009. Pero llega tarde. Cuando quiere entrar, las listas ya están cerradas y la posibilidad de modificar por otros cauces los nombres que allí aparecen resulta imposible, según le confirma el exDAO y comisario Miguel Ángel Fernández-Chico, alias "PETIT", que le advierte de que la lista ya es pública y "no se puede alterar".

En paralelo, Villarejo mueve sus contactos para conseguir preguntas de test recientes que le puedan caer en el examen (que él denomina "ITV") y se trabaja a conciencia al comisario Emilio Prieto Andrés, jefe de la División de Formación y Perfeccionamiento en ese momento y habitual presidente de tribunales examinadores. Prieto le va llamando e informando de los hitos relevantes y Villarejo le insiste en la discreción respecto a su candidatura.

El 14 de abril Villarejo escribe en su agenda un apunte sobre una llamada del "comisario que examinará de la ITV" (en el siguiente apunte, vacío, aparece la referencia a Iturmendi). A partir de ese momento, siempre según sus agendas, se establece una comunicación asidua con el comisario Prieto Andrés.

Tanto Prieto Andrés como Luis María Iturmendi, el hermano del que fuera decano de la Complutense, son miembros habituales de tribunales examinadores de pruebas de acceso o de ascenso en la Policía. Público no ha podido verificar si alguno de los dos formó parte del tribunal que examinó a Villarejo para su ascenso.

El 20 de mayo de 2010, tras salir del examen tipo test y de la prueba de la entrevista, Villarejo destaca "el trato muy excepcional en la entrevista. Cada uno de los cinco [entrevistadores-examinadores] hicieron entre dos y tres preguntas sobre lo que puse en el test personal". Horas después, Olivera y Villarejo muestran su satisfacción con el resultado.

En tanto no tenga el aprobado, Villarejo procura que nada del proceso trascienda fuera su núcleo de confianza. Un círculo donde no estuvo, en esta ocasión, el comisario García Castaño, según se desprende de la preocupación mostrada por este y que se refleja en el apunte del 11 de julio de 2010 que anota Villarejo en su agenda tras hablar con él.

Si te ayudan, hay que cumplir

Villarejo sigue la filosofía de "cadena de favores" que el comisario García Castaño explica a Francisco Martínez en noviembre de 2016 en los chats de Kitchen: "Cuando te toca hay que cumplir también".

Y Villarejo cumplió con Iturmendi. Tras conseguir la licenciatura, el comisario atendió varias solicitudes del exdecano y le hizo varios regalos que en sus agendas aparecen en diferentes momentos y que casi siempre fueron libros antiguos.

Sobre los regalos, José Iturmendi admite haberlos recibido, pero niega cualquier vinculación de estos con los aprobados de Villarejo o con cualquier tipo de gestión en la Universidad. Según el exdecano de la Complutense, conoció a Villarejo "cuando era su alumno en la facultad de San Sebastián hace muchos años" y les une "una relación de amistad desde entonces", pero niega que recibiera algo a cambio de supuestos favores para el comisario.

En cuanto a las gestiones de Villarejo para Iturmendi, las agendas muestran tres momentos diferentes en los que el comisario colaboró con su amigo. La primera solicitud de "ITUR" fue en noviembre de 2008, tras su cese como decano. Consistió en avalar una denuncia de personal del decanato acerca de una supuesta intrusión no deseada en sus ordenadores (se desconoce si tenía que ver con desaparición de documentos).

En el tercer apunte de la agenda, se comprueba la segunda solicitud que llega el 30 de junio y tenía que ver con trámites del DNI para una amiga y colega de Iturmendi.

La tercera se produce en 2010 cuando, tras dejar su puesto de decano de la Facultad de Derecho, José Iturmendi le pide apoyo para una votación. El 19 de abril escribe en sus agendas que Iturmendi le pide que "vote un asunto de su interés" y al día siguiente le agradece las gestiones.

Pero estos no son los únicos apuntes relacionados con votaciones e Iturmendi. Casi un año después, Villarejo vuelve a hablar con asiduidad con el exdecano en plena campaña electoral de este último para ser rector de la Universidad Complutense.

Iturmendi concurrió con otros cinco candidatos y quedó finalista en la primera vuelta, en un resultado muy ajustado que dejó fuera al tercer profesor que disputaba el cargo y que llegó a rector años más tarde: Carlos Andradas. Este obtuvo un 26,70% de los votos, Iturmendi el 27,06% y José Carrillo el 27,10%. A la segunda vuelta pasaron el exdecano de Derecho y el hijo del mítico líder comunista Santiago Carrillo. Una disputa en la que ganó el segundo.

Aquellas elecciones fueron muy reñidas y muy seguidas por la prensa. Los medios alineados a la derecha favoritos de Villarejo (elmundo.es, elconfidencial.com, etc.) se volcaron con Iturmendi (artículos favorables al exdecano y críticos con Carrillo antes, durante y después de las elecciones). La campaña se había planteado bajo un prisma ideológico "derecha-izquierda" y no tanto sobre la calidad de los respectivos proyectos académicos concurrentes. Iturmendi tuvo como valedor sin reservas al Partido Popular, con Esperanza Aguirre –entonces presidenta de la Comunidad de Madrid–, a la cabeza.

En las agendas de Villarejo aparece un apunte el 26 de marzo de ese 2011, en plena campaña, según el cual Iturmendi y el comisario se ven en casa del primero (en el apunte aparece la dirección postal del domicilio del exdecano). Dos días después, un apunte relacionado con Iturmendi habla de gestiones con "Juan Cuesta". Villarejo sigue esos días de cerca el proceso electoral de su amigo y el 28 de marzo apunta que finaliza la campaña.

El día antes de la votación, en plena jornada de reflexión, aparece otra gestión de Villarejo relacionada con Iturmendi. En su agenda apunta: "Toque sobre datos intrusión página. Aviso al hijo" y el mismo día de las elecciones agrega: "Comentó las gestiones sobre los mensajes de su hijo".

Público no ha podido verificar a qué datos o a qué intrusión hacen referencia los apuntes de la guía de audios de Villarejo, que es lo que son realmente sus agendas.

El ascenso que no dependió de Rubalcaba

En muchas ocasiones, periodistas cercanos a Villarejo han señalado a quien fuera presidente del Gobierno durante el ascenso de Villarejo, José Luis Rodríguez Zapatero, y sobre todo a su ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, como responsables de su ascenso a comisario.

De hecho, en los chats de Whatsapp del ex secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, incorporados a la causa Kitchen se comprueba cómo el Partido Popular tenía un gran interés en relacionar el ascenso de Villarejo con la etapa de gobierno socialista.

En una conversación entre Martínez y exDAO, Eugenio Pino, el 15 de enero de 2020 comentan que el cargo de comisario de Villarejo viene de "etapas anteriores".

Unos días más tarde, el 29 de enero, ambos interlocutores vuelven a escribirse y Martínez aconseja a Pino que declare para que quede claro que el ascenso se produjo bajo el paraguas del PSOE.

Sin embargo, las agendas de Villarejo dejan claro que el comisario maniobró para conseguir su ascenso haciendo todo lo posible para que no fuera conocida su candidatura en las altas instancias políticas y policiales. De hecho, como se ha comentado, dejó al margen de todo a su amigo, el comisario García Castaño, e incluso dejó muy claro al comisario Emilio Prieto Andrés, responsable de la División de Formación, que quería discreción con su ascenso.