MADRID
Actualizado:Para el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, su partido ha hecho lo correcto respecto a Vox tanto en Extremadura como en el País Valencià. El dirigente gallego surfeó así, equidistante, la situación que tiene en estos momentos. Sus líderes territoriales implicados, María Guardiola y Carlos Mazón, representan las dos caras de la moneda. Reflejan o anticipan, además, unas coaliciones que pueden ser inestables.
En Extremadura el PSOE de Guillermo Fernández Vara trata de pescar en aguas revueltas. Quiere presentarse a la investidura. Que le dejen gobernar por ser la lista más votada ante los desencuentros de PP y Vox. En el País Valencià pasó poco tiempo, al igual que en muchos ayuntamientos, para que los populares firmaran la coalición con la extrema derecha. Feijóo justificó esto último por el porcentaje del 12% que tuvo el partido de ultraderecha, mientras que en Extremadura Vox obtuvo un nivel de apoyo menor.
El tiempo dirá cómo resultan estos experimentos de alianza entre PP y Vox. Hasta el momento, cuentan con un solo precedente, el de Castilla y León. Alfonso Fernández Mañueco y Juan García Gallardo gobiernan juntos pese a que han tenido algún que otro desencuentro, incluso con la dirección de Feijóo en medio.
El ejemplo más claro fueron las contradicciones e incoherencias mostradas respecto a un protocolo antiaborto anunciado por Vox. La formación de extrema derecha amenazó incluso públicamente con salirse del Gobierno si no seguía para adelante la propuesta. Todo bajo la mirada incómoda de Génova.
Vox quiso marcar ideológicamente la agenda política en la región. En un asunto que además se trasladó a escala nacional. La situación hoy en día es muy parecida. El PP ha asumido los postulados ideológicos en materia de violencia de género que tiene Vox. Está por escrito, en el pacto del País Valencià, el término "violencia intrafamiliar".
Los populares han tratado de defenderse con declaraciones de Borja Sémper o el propio Feijóo asegurando que no se iban a dar pasos atrás en la lucha contra la violencia de género. Conviene recordar que Vox fue el único partido que no suscribió el último Pacto contra la Violencia de Género.
La líder del PP en Extremadura fue tajante al respecto al negarse a gobernar con un partido que niega la violencia machista. Ese partido con el que sí gobiernan en Castilla y León, ayuntamientos donde han eliminado concejalías de Igualdad y próximamente en la Generalitat Valenciana.
Rupturas sonadas con Ciudadanos
La experiencia demuestra que el PP no ha gestionado del todo bien sus Gobiernos de coalición recientes. Antes de Vox los ha tenido con Ciudadanos (Cs). El primero de ellos llegó en Andalucía en 2018. Fue el que más duró. La buena sintonía entre Juanma Moreno Bonilla y Juan Marín generó cierta estabilidad. Pero necesitaban a Vox para aprobar, entre otros asuntos, los Presupuestos.
La extrema derecha rompió en 2021 su apoyo, Andalucía se quedó sin cuentas públicas y provocó que Moreno Bonilla adelantara las elecciones unos meses. Se celebraron en junio de 2022 y el PP obtuvo mayoría absoluta ante la desaparición parlamentaria de sus antiguos socios de Cs.
Mucho más accidentados fueron los casos de la Región de Murcia y la Comunidad de Madrid. Ambas coaliciones se conformaron tras las elecciones del mes de mayo de 2019. Ambas se rompieron abruptamente en menos de dos años. Concretamente en marzo de 2021.
Cs presentó junto al PSOE en Murcia una doble moción de censura para sacar de los Gobiernos a autonómicos y municipal al PP. La jugada salió bien a medias, solo en el Ayuntamiento de la capital. Las maniobras tránsfugas, dirigidas por Génova, de varios diputados de Cs salvaron a Fernando López Miras.
Isabel Díaz Ayuso integró en su Gobierno a Cs en 2019. Ignacio Aguado era su vicepresidente. Necesitaban también los apoyos de Vox para sacar las cuentas públicas, que no consiguieron sacar adelante ni ese año ni al siguiente.
Las desavenencias entre PP y Cs fueron especialmente relevantes durante la pandemia, con cese incluido del consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, que ha denunciado la gestión autonómica con las residencias. Tras el anunció de la moción en Murcia, Ayuso echó a Cs del Gobierno y convocó elecciones anticipadas para el 4 de mayo de 2021.
Lo más reciente es el mencionado caso de Castilla y León. Antes de gobernar con Vox, Mañueco lo hacía con Cs, liderado por Francisco Igea. En diciembre de 2021 el PP decidió romper con sus socios ante la estupefacción del partido naranja. Adelantó elecciones para febrero de 2022 y el resultado fue un cambio en la coalición. De Cs a Vox.
A nivel municipal, PP y Cs también rompieron de forma abrupta en una ciudad como Granada. Tras gobernar en coalición durante casi dos años la alianza se rompió en junio de 2021, dando paso a un alcalde del PSOE. En el Ayuntamiento de Madrid la alianza ha sido más o menos estable entre José Luis Martínez Almeida y Begoña Villacís aunque Vox ha impedido aprobar los últimos presupuestos.
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