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Societat Civil Catalana: rostro amable, alma ultra

Detrás la marcha convocada este domingo se esconde una plataforma que, a pesar de abanderar el principio del pluralismo, ha sido instrumentalizada por la extrema derecha como uno de sus arietes más importantes en Catalunya.

27/10/2019 - Manifestació de Societat Civil Catalana a Barcelona de l'octubre del 2019.
Manifestación de Societat Civil Catalana en Barcelona en octubre de 2019. ACN

En 2024 hará diez años desde que Societat Civil Catalana (SCC) irrumpió en escena para contrarrestar la influencia creciente que entonces estaba teniendo la Assemblea Nacional Catalana (ANC), la principal entidad del soberanismo catalán junto con Òmnium Cultural.

Con el ánimo de aglutinar a los partidos constitucionalistas y a los grupos que habían surgido en respuesta al auge del procés, como Moviment Cívic d'Espanya y Catalans, Movimiento Cívico 12-O y Somatemps, la asociación se presentó oficialmente el 23 de abril del 2014 en el Teatro Victòria de Barcelona, en un acto en el cual sus promotores utilizaron un lenguaje revestido de progresismo y apelaciones moderadas a la igualdad y a la diversidad.

Tanto es así que lo iniciaron con una lectura de poemas de Mario Benedetti y Maria-Mercè Marçal, referentes de los movimientos sociales y el independentismo de izquierdas, y la posterior emisión de un vídeo en el que un grupo de ciudadanos anónimos defienden la compatibilidad de las identidades catalana y española.

También los oradores del acto quisieron reivindicar la pluralidad de la nueva plataforma, por lo cual leyeron el manifiesto en catalán, castellano y aranés, hecho que fue aplaudido por las 1.300 personas que, como mínimo, llenaron el auditorio.

Ya en su estreno, SCC dejó ver el abanico de complicidades que la han arrastrado hacia posiciones radicales

Pese a esta imagen amable y de moderación, el estreno de Societat Civil Catalana dejó entrever el abanico de complicidades que la han arrastrado con el tiempo hacia posiciones radicales. Además de representantes de Moviment Cívic d'Espanya i Catalans, Movimiento Cívico 12-O, Somatemps o Impulso Ciudadano, en el Teatro Victòria se dejaron ver dirigentes del PP catalán, como Andrea Levy, José Antonio Coto y Àngels Esteller; de Ciudadanos, Matías Alonso, Carina Mejías y Carmen de Rivera; o Ramon de Veciana, de UPyD; mientras que el PSC envió dos segundas espadas, como son Albert Soler y Joan Rangel, consciente del riesgo de aparecer con según qué compañeros de viaje.

Hay que recordar que al acto también asistieron Santiago Abascal, de Vox; Robert Hernando, secretario general de la ahora extinta Plataforma per Catalunya (PxCat), además de miembros de la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) e incluso Jordi de la Fuente, portavoz del extinguido Movimiento Social Republicano (MSR), de tendencia neonazi. De la Fuente, hoy regidor de Vox en Sant Adrià de Besòs (Barcelona), llegó a afirmar que "las ideas que propone Societat Civil Catalana sobre como enfocar la catalanidad, podemos estar de acuerdo, porque las hemos propuesto".

Pilotando las esencias

La amalgama de partidos y entidades que siempre han rodeado SCC hace que no se la pueda considerar de extrema derecha. Ni su ideario se encuadra en esta ideología, ni tampoco nunca ha exhibido un discurso que culpabiliza a la inmigración, al comunismo o a las élites políticas de los problemas que predominan en la sociedad, como sí que hacen Vox y otras formaciones ultras y xenófobas. "Su eje vertebrador es el españolismo". Así lo ha analizado el fotoperiodista e ilustrador Jordi Borràs, autor de Desmuntant Societat Civil Catalana (Saldonar, 2015).

Jordi Borràs: "El impulso y la creación de SCC han corrido a cargo de la extrema derecha"

Sin embargo, Borràs explica que a pesar de presentarse como el antídoto del ANC, la gran diferencia con la entidad soberanista es su falsa transversalidad, dado que "el impulso y la creación de SCC han ido a cargo de la extrema derecha", en referencia a la participación de Vox y de organizaciones ultra en sus actos y movilizaciones.

Otra prueba de los vínculos de SCC con la ultraderecha -señala Borràs- es la presencia de su primer presidente, el empresario Josep Ramon Bosch (2014-2019), en una conferencia de la Fundación Francisco Franco y la difusión de textos y videos de apología al nazismo.

Bosch venía de dirigir Somatemps, una de las entidades fundadoras de Societat Civil Catalana, en la cual también estaban los ultras Javier Barraycoa, Xavier Codorniu o el mismo Jorge Buxadé, exmiembro de la Falange Española de las JONS y, desde hace un par de años, mano izquierda de Abascal en la dirección de Vox.

Anclada en los sectores más reaccionarios

"Los vínculos fundacionales de SCC, sea con una entidad de extrema derecha como Somatemps como con individuos de destacada militancia ultraderechista, quedan bastante acreditados con incontables reportajes y todo tipo de pruebas", afirma Borràs.

Sólo durante los años más álgidos del procés, la plataforma sí que consiguió reunir a todo el espectro del constitucionalismo y del españolismo militante. Se comprobó en las sucesivas marchas del 12 de octubre; en las protestas que organizó el 8 y el 29 de octubre de 2017 en respuesta al referéndum del 1 de octubre; o la manifestación que, bajo el lema "Por la concordia, por Cataluña: basta!", convocó el 27 de octubre de 2019, en la cual participaron los entonces presidentes del PP, Pablo Casado; y de Ciudadanos, Albert Rivera, y quien entonces era primer secretario del PSC, Miquel Iceta, además del exsecretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, y el exministro de Exteriores, Josep Borrell.

Sólo en los años más álgidos del 'procés', SCC reunió a todo el espectro del españolismo militante

Pasado este periodo, SCC ha acabado anclada en los sectores más reaccionarios. Así se verá en la marcha que tendrá lugar este domingo en Barcelona, donde está previsto que asista la cúpula de Vox, con Abascal al frente; la de Ciudadanos; y los máximos dirigentes del PP, entre ellos Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso.

Pero no los socialistas, que en medio de las negociaciones por la investidura, han declinado la presencia arguyendo que "Catalunya votó convivencia", en alusión al apoyo que recibieron las políticas progresistas de Pedro Sánchez en las pasadas elecciones en el Congreso y en el Senado.

Si la plataforma españolista ya se alejó de los socialistas el año pasado, cuando se adhirió a la iniciativa Escuela de Todos, aparecida para reclamar el 25% de la escolarización en castellano y el fin del modelo de inmersión lingüística en catalán, el nuevo escenario que se abre en el Estado, con la amnistía como telón de fondo, ha hecho más evidente que nunca el giro reaccionario de la entidad dirigida por Elda Mata y Álex Santos, hoy escorada en las posiciones de la derecha y la extrema derecha española.

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