La dirección nacional del Partido Popular, encabezada por Pablo Casado, da por agotada la actual legislatura y trabaja ya en la hipótesis de un adelanto electoral en 2021 que les de las llaves de la Moncloa, como ya informó este diario. Los conservadores creen firmemente que llegará un punto en el que a Pedro Sánchez no le quede más remedio que adelantar las elecciones, ya sea por una ruptura entre el PSOE y Unidas Podemos por las duras exigencias post-covid de Bruselas, o por la incapacidad de sacar unos presupuestos generales adelante con los socios de investidura.

Sin embargo, esta tesis no es ampliamente compartida en el PP. Público ha contactado con dirigentes y diputados populares que consideran que el presidente del Gobierno está "muy cómodo" con la "geometría variable": "Sánchez aguantará", señalan contundentes. Si bien explican que al principio de la pandemia veían al presidente del Gobierno "totalmente sobrepasado" ahora consideran que "está muy cómodo en su papel", a pesar de las polémicas que envuelven a miembros de su Ejecutivo como Fernando Grande-Marlaska.

Otras fuentes señalan que Sánchez ha logrado "muy inteligentemente" sumar a Ciudadanos a través de pactos puntuales, lo que le sitúa en una "mejor posición" que la que tenía hace apenas cinco meses, cuando fue investido. "Tiene a un nuevo PNV que le puede apoyar puntualmente, eso le beneficia a él y también a Cs, que ha pasado de ser completamente irrelevante a tener protagonismo", reflexiona una fuente del grupo popular en el Congreso. "Cs tiene ahora el valor de cualquier partido minoritario pero en este momento, con una mayoría tan exigua, es mucho", apunta otra.

Un diputado con larga trayectoria en las filas populares hace también un llamamiento a la calma y considera que lo adecuado es mostrar "altura de estado" y dejar la "crispación constante" a Vox. Por ello, apunta a que Casado debe planificar una "oposición a largo plazo" para distanciarse de los ultraderechistas y presentarse como la única alternativa posible al Gobierno. "No hay que precipitarse ni tampoco tenemos que forzarlo, porque este Gobierno acabará muy quemado… y ahí es donde entramos nosotros", alega.

Casado ve la crisis como una "oportunidad" para  gobernar

Uno de los argumentos más repetidos por Casado es que el PP siempre llega al Gobierno para solucionar "las crisis provocadas" por los gobiernos socialistas. Este lunes lanzaba una reflexión similar ante sus barones en la Junta Directiva Nacional: "Esta crisis, además de sufrimiento y dolor, está generando también un capital nacional en forma de responsabilidad, moderación y cuidado mutuo que no tenemos derecho a desaprovechar", decía el líder del PP en un discurso en abierto a los medios.

A juicio del líder popular, su misión consiste en transformar "todo el dolor" que ha provocado la emergencia sanitaria del covid-19 En un sacrificio lleno de futuro". "Debemos hacer que este sufrimiento sea la tierra fértil de un nuevo tiempo de progreso y unidad", reflexionaba. "Ningún dolor, ninguna pérdida pueden ser inútiles. Tenemos que hacer de esta tragedia el inicio de la mejor España posible, y no una nueva oportunidad para quienes pretenden destruirla".

Es más, en su discurso presentó una estrategia clara, atraer a los "votantes de centro izquierda" a los que el socialismo "ha abandonado" liderando un PP "moderado". Su idea es "cobijar a esos españoles socialdemócratas que quizá no comparten" todas sus propuestas, "pero sí la más importante": la igualdad entre españoles y la prosperidad para los suyos. "Para representarles debemos centrarnos en lo común, en lo de todos, en lo de la inmensa mayoría", señaló.

Sánchez e Iglesias vaticinan una legislatura de 4 años

"Cada votación es un suplicio para usted, y lo que le reste de legislatura será un calvario", fueron las palabras que le dirigió Casado a Sánchez en uno de los últimos plenos en el Congreso. "La legislatura pende de un hilo", le dijo también. El presidente del Gobierno difiere. Sánchez sigue insistiendo en que la legislatura será de cuatro años. Así se lo traslado al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, asegurando que iba a mantener los "compromisos de investidura".

En la misma línea se expresó el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias. El líder de Unidas Podemos le espetó el pasado miércoles al PP que su estrategia de "crispación", su recurso a la "pataleta", el "berrinche" y "la provocación", obedece a que saben que no van a gobernar, a que "sus ideas han sido derrotadas políticamente". A su juicio, el actual grado de crispación "es muy indicativo de la enorme debilidad de la derecha en nuestro país", de ahí que "el gobierno no pueda perder ni medio segundo en discutir con los de las rabietas".

"Nunca va a lograr que sumen escaños Vox, PP y Ciudadanos"; "Es consciente de que no va a ser presidente del Gobierno", incidía, en referencia a Casado, entre aspavientos de la bancada conservadora. Entrevistado este lunes en los Desayunos de TVE, Iglesias insistía: "Cada vez más gente tiene claro que las derechas nunca van a gobernar; desde luego los jefes que están ahora nunca van a formar parte de un gobierno, y por eso están instalados en la pataleta".

Lo cierto es que el vicepresidente segundo del Ejecutivo está en el centro de la diana de los populares. Desde hace unas semanas le acusan falsamente de ser el "máximo responsable" de lo ocurrido en las residencias de ancianos. Fuentes de la dirección popular explican a este diario que el objetivo del PP con estos ataques es situar a Iglesias "como cabeza visible" del Ejecutivo para impulsar la idea de que las ideas de Podemos "se imponen" sobre las del PSOE, lo que, a su juicio, trasmite la sensación de un gobierno "radicalizado".