Pasados dos días desde que Pedro Sánchez prometiera su cargo ante el rey, el recién elegido presidente ultima los detalles finales del que será el segundo Gobierno de coalición progresista de la historia de la democracia reciente. Durante todo el fin de semana, el secretario general del PSOE y su entorno de confianza han trabajado en el diseño del próximo equipo ministerial. Una tarea que ha seguido muy de cerca Yolanda Díaz, con quien han mantenido una reunión y varias llamadas telefónicas, según ha podido saber Público.

Todo apunta a que Sánchez anunciará la composición del nuevo Ejecutivo este lunes y, previsiblemente, contará con menos sillones que el actual, cuya cifra se eleva a 22. La idea es que ya estén presentes en el primer consejo de ministros del nuevo Gobierno este martes.

Se da por hecho que seguirán Félix Bolaños, María Jesús Montero o Teresa Ribera, y también se augura la continuidad de Luis Planas o José Manuel Albares. La incógnita, sin embargo, sobrevuela sobre el nombre de Nadia Calviño. La vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos en funciones anunció en agosto su candidatura para presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Tal y como ya adelantó, de ser elegida, dejaría la política nacional.

De momento, Sánchez ha llamado a varios ministros para confirmar si se quedan o salen de sus respectivos gabinetes, si bien estas comunicaciones se están llevando a cabo con total discreción, según informan fuentes próximas al Gobierno a Público.

Sumar, en principio, ha negociado cinco carteras. Díaz ocuparía una vicepresidencia y Trabajo. Además, se incorporaría Mónica García (Más Madrid) a Sanidad, Ernest Urtasun (Sumar) a Cultura, Sira Rego (IU) a Infancia y Juventud y Pablo Bustinduy (Sumar) a Derechos Sociales.

De ser este el reparto definitivo, se confirmaría la salida de Podemos, cuya dirección rechazó esta misma semana que Nacho Álvarez fuera ministro de Derechos Sociales. Una decisión tras la cual el economista comunicó su marcha de la formación morada. La apuesta del partido de Ione Belarra pasaba por que Irene Montero se mantuviera en Igualdad, y se negó a aceptar a Álvarez al no tener la posibilidad de elegir.

Esta situación ha enfriado todavía más la ya tensionada relación entre Podemos y Sumar. Una tesitura que podría comprometer la estabilidad del nuevo Gobierno, ya que, con una mayoría tan ajustada como la obtenida, con 179 votos, los de Belarra serán una de las varias llaves para el avance legislativo en el Congreso.

Aunque los acuerdos con el resto de grupos (ERC, Junts, EH Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria) deberían ofrecer cierta estabilidad, algunos de sus socios, especialmente el independentismo catalán, ya han avisado que ese respaldo solo se dará si el PSOE cumple todo lo pactado. La primera ley importante sobre la que tendrán que dirimir serán los presupuestos.

Un Gobierno para la "mayoría social"

Sánchez aspira a conformar un Gobierno sólido con talante de izquierdas que mire por el bienestar de la “mayoría social”, como ya adelantó en su discurso de investidura el pasado miércoles, ante una legislatura que se prevé dura y muy polarizada. En este sentido, frente al perfil del tecnócrata, el líder socialista apostará por ministros con un perfil más político. Además, de los ya mencionados, están sobre la mesa los nombres de algunos expresidentes autonómicos como Ximo Puig, Guillermo Fernández Vara o Ángel Víctor Torres.

En este contexto, continúa el acoso por parte de manifestantes ultras a las sedes del PSOE. Alrededor de 1.500 personas volvieron a protestar contra el nuevo presidente electo en la calle Ferraz este sábado. Ya van 16 noches de gritos y proclamas frente a la sede del partido en Madrid, durante las que la Policía ha tenido que intervenir y detener a varias personas. A un militar, alférez del Ejército de Tierra, le fue incautada una pistola.

Por su parte, Partido Popular y Vox también coincidieron este sábado en una manifestación en la madrileña plaza de Cibeles convocada por un centenar de asociaciones próximas ideológicamente. Si bien desde el PP han reconocido que, tras el éxito de la investidura de Sánchez, “es casi imposible” mantener la ofensiva en las calles, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal avanzan que coordinarán una “respuesta institucional” contra el nuevo Gobierno.