El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viaja este lunes a Río de Janeiro (Brasil) para participar en la cumbre del G20 que se celebra los días 18 y 19. La habitual reunión de líderes mundiales continúa marcada por el contexto geopolítico y los conflictos en Oriente Medio y Ucrania. Pero, por primera vez en los últimos años, el objetivo es que se retomen algunas cuestiones "sociales" en cierto modo aparcadas. 

Así lo apuntan fuentes de Moncloa, que destacan el papel del Gobierno brasileño que encabeza Lula da Silva. En este sentido, se negocia incluir en la declaración conjunta una referencia a la iniciativa que impulsa Lula para aprobar un impuesto global a multimillonarios. El Ejecutivo de Sánchez apoya este tributo y presionará en la cumbre para que sea lo más ambicioso posible. 

Fuentes gubernamentales señalan que por coherencia y convicción están a favor de este tributo y que se han aprobado cosas parecidas en España. Cómo quede en la declaración final es algo que todavía se está negociando de manera intensa. Las mismas fuentes recuerdan que, obviamente, no todos los países de la cumbre tienen la misma opinión sobre estos asuntos. 

Ejemplos claros son EEUU y Argentina, miembros permanentes del G20 (España es invitado). Las posiciones de Donald Trump y Javier Milei, respectivamente, podrían frenar la inclusión de este tributo. Ambos líderes asistirán a Río de Janeiro, al igual que todos los principales, a excepción de Vladimir Putin. También lo hará el presidente de China, Xi Jinping, que faltó el pasado año. 

En Moncloa se muestran por tanto cautos sobre el alcance de las referencias al hipotético impuesto global. Y también sobre cómo se aplicará y el grado de compromiso del mismo. Lo que está fuera de toda duda, según fuentes gubernamentales, es el apoyo de España y el hecho de que la presidencia brasileña se está empleando a fondo para que quede de manera adecuada.

Además de este asunto, la cumbre del G20 abordará, también por impulso de Brasil, iniciativas para abordar la reducción de la pobreza. Al menos la intención es volver a poner el foco asuntos de este tipo tras años con más énfasis dedicados a las cuestiones geopolíticas. Habrá una sesión de trabajo específica para ello y contará con la participación de Sánchez.

El programa general se completa con una sesión sobre la reforma de las instituciones de gobernanza global, también con la presencia del presidente del Gobierno, y otra sobre transición ecológica y desarrollo sostenible. 

España, según fuentes de Moncloa, hará sus aportaciones sobre el tema de la desigualdad y la reducción de la pobreza. En este marco se presentará la Alianza contra el Hambre y la Pobreza, una idea de Lula. En el Gobierno recuerdan que España fue el primer país en sumarse a la propuesta y que harán todo lo posible para que sea un éxito. 

Lula y Sánchez tienen gran afinidad política y personal y las agendas políticas están alineadas, según destacan fuentes gubernamentales. Ambos dirigentes se han reunido en varias ocasiones, tanto en España como en Brasil. Además formaron tándem en la ONU hace muy poco tiempo para alertar sobre el impulso de la ultraderecha. 

Encuentros bilaterales

La agenda de Sánchez incluye varios encuentros bilaterales, como suele ser habitual. Moncloa ya ha confirmado algunas de las reuniones. Se verá con el primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chinh, con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y con los primeros ministros de Canadá, Justin Trudeau, y Australia, Anthony Albanese. Todavía quedan algunos encuentros por cerrar. 

A Sánchez la acompaña en este viaje, algo habitual en este tipo de cumbres, su esposa Begoña Gómez. Lo hace en un momento en el que la investigación del juez Juan Carlos Peinado continúa. De hecho, este lunes estaba prevista una nueva declaración que ha sido pospuesta al 18 de diciembre. Las acusaciones pedían incluso la retirada del pasaporte. Su agenda en Río está a la espera de confirmarse por la organización de la cumbre del G20, encargada de la misma.