La agenda internacional del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, tiene varias citas relevantes próximamente. La primera iba a tener lugar este fin de semana en Nueva Delhi (India). Allí se celebra la cumbre del G20. Pero Sánchez anunció este jueves que había dado positivo en covid-19, por lo que no podrá asistir personalmente

La cita llega en un contexto geopolítico que sigue marcado, como el pasado año, por la guerra en Ucrania. El Gobierno de España estará representado por la vicepresidenta primera y ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, así como el ministro de Exteriores en funciones José Manuel Albares. 

La disputa internacional entre EEUU y China también es otro de los puntos que marcan la cita, según reconocen desde Moncloa. Por las diferentes posiciones de los países, Rusia también es integrante del G20, hay cierta incertidumbre por que se pueda lograr una declaración conjunta que se debe adoptar de forma unánime. 

La introducción de menciones directas a la agresión de Rusia es, por tanto, uno de los principales escollos para conseguir esta unanimidad. El año pasado, recuerdan en el Gobierno de Sánchez, se logró con enormes dificultades pactar un lenguaje común. Sin embargo, este año la situación puede ser diferente. Además, el presidente de China, uno de los países más cercanos a las posiciones rusas, Xi Jinping, no acudirá a la cita. 

España se alinea en las negociaciones de una declaración con las posiciones que defienden la necesidad de incluir unos párrafos de condena a la agresión a Ucrania y referencias a los principios de la ONU, la soberanía territorial o el derecho internacional. 

Sánchez tenía previsto participar en dos sesiones temáticas. Una de ellas sobre cambio climático y transición ecológica. Otra sobre cómo abordar los grandes desafíos del futuro. Precisamente la lucha contra el cambio climático es una de las máximas prioridades del Gobierno.

El objetivo del Ejecutivo es introducir párrafos ambiciosos en la declaración conjunta en esta materia, con compromisos concretos para la reducción de emisiones. Países como Arabia Saudí o China pondrán dificultades, según reconocen en Moncloa. 

Otros puntos en los que España quiere jugar un papel importante para la declaración final, según destacan fuentes del Gobierno, son la financiación al desarrollo, los derechos laborales o la igualdad de género.

Una de las principales novedades, según las mismas fuentes, es la inclusión de párrafos sobre el uso de la inteligencia artificial (IA). El Gobierno de Sánchez ha empujado para que se incluya un párrafo sobre la importancia de que la IA esté basada en el respeto a los derechos de las personas. Defiende Moncloa que es necesaria una armonización en el uso de estas tecnologías y que si la declaración sale adelante se verá un lenguaje inspirado en estas prioridades. 

Como suele ser habitual, en el Gobierno destacan el papel activo que tiene Sánchez en este tipo de citas a diferencia de presidentes anteriores. En el recuerdo colectivo está la foto "informal" del líder socialista junto a los principales mandatarios mundiales en la cumbre del G20 del pasado año. Una imagen que, por la ausencia del líder del PSOE, no se podrá repetir este año. 

A la cita en Nueva Delhi le seguirá el próximo 18 de septiembre el viaje de Sánchez a Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU. Otro punto importante en el calendario llegará a principios de octubre. En el marco de la presidencia española del Consejo de la UE, se reunirán en Granada los jefes de Estado europeos los días 5 y 6. 

Arabia Saudí y Telefónica como telón de fondo

El presidente en funciones también iba a aprovechar la visita para mantener varios encuentros bilaterales. Los había fijado con los presidentes de Corea del Sur y Nigeria. También con el presidente del Banco Mundial. Además, iba a participar en una cumbre entre los países de la UE y África. 

Con quien no tenía previsto reunirse es con los mandatarios de Arabia Saudí, pese a ser un asunto polémico y relevante que se ha conocido esta semana. La empresa saudí STC ha comprado un alto número de acciones de Telefónica y desde el Gobierno ya han anunciado que tomarán las medidas necesarias para velar por los intereses estratégicos españoles.