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Sánchez y Feijóo, dos visiones de España: avances sociales y económicos frente a la "crisis" permanente que ve el PP

El presidente del Gobierno y el líder de la oposición realizan sus habituales balances de año con visiones radicalmente diferentes. Sánchez dibuja un escenario de "esperanza" frente a "los profetas del caos". El líder de los populares habla de "amenazas", a nivel económico, institucional y ético. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (d), posan durante una reunión, en el Congreso de los Diputados, a 22 de diciembre de 2023
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (d), posan durante una reunión, en el Congreso de los Diputados, a 22 de diciembre de 2023. Alberto Ortega / Europa Press

Con el cierre del año los dirigentes políticos aprovechan para hacer sus discursos de balance. En días sucesivos se han producido los del jefe del Estado, Felipe VI, los de diferentes presidentes autonómicos como Isabel Díaz Ayuso o Pere Aragonès y, por supuesto, los del presidente del Gobierno y el líder de la oposición. 

Pedro Sánchez y el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo han dibujado dos escenarios radicalmente contrapuestos. Desde Moncloa, el líder del Ejecutivo presentó este miércoles el nuevo paquete de medidas anticrisis y en línea generales los avances sociales y económicos de estos cuatro años. También, una mirada hacia el futuro. Desde un hotel en Madrid, Feijóo dedicó su balance a volver a situar a nuestro país en una suerte de crisis permanente a todos los niveles. 

El presidente del Gobierno comenzó recordando su lectura de las elecciones generales del 23 de julio. Unos resultados que, insisten en el PSOE, todavía no asumen en Génova. "España dijo no a la derogación de esos avances, no a la pérdida de derechos y de libertades, no a las políticas de retroceso, de desigualdad, de confrontación territorial que caracterizaron los años de Gobierno de la anterior administración", apuntó Sánchez. 

Sánchez decidió echar la vista atrás para recordar dónde estábamos hace un año. La guerra en Ucrania continuaba y, señaló el presidente, "algunas voces hablaban de la inminencia de una recesión económica técnica". A continuación trató de desmentir "a todos los profetas del caos" ya que la economía española sigue "mostrando solidez y fortaleza a pesar de la incertidumbre". 

A partir de ahí, Sánchez expuso una batería de datos frente a esas previsiones agoreras procedentes de la derecha. "España va a crecer el doble, es decir, cerca del 2,5%, cuatro veces más que la media de la eurozona", dijo sobre el Producto Interior Bruto (PIB). "Vamos a crecer más del doble, alrededor del 2%", dijo sobre las previsiones de empleo que tenía la Comisión Europea.

"Tal día como hoy, la inflación en nuestro país era del 6,8%. Yo me presenté ante ustedes, los medios de comunicación y ante la ciudadanía con un país que sufría una inflación del 6,8%. Hoy, afortunadamente, nuestra inflación se sitúa en el 3,2%", remató. 

Lo mismo hizo con otros indicadores. Más de 20.800.000 afiliados y afiliadas a la Seguridad Social, 700.000 personas más con un contrato indefinido, 300.000 mujeres y 100.000 jóvenes más trabajando que hace un año o 150.000 desempleados menos que hace un año. "No son datos para la complacencia, porque vivimos en un contexto extraordinariamente complejo, pero sí son datos para la esperanza", señaló. "En cinco años de Gobierno progresista, frente a cada profecía catastrofista se ha impuesto un dato positivo", añadió. 

Avances en Sanidad, en Educación, en derechos sociales...Sánchez se dedicó a hacer un balance global de su etapa en el Gobierno más que un resumen solo de este año más allá de los logros de la Presidencia Española del Consejo de la UE. Al mismo tiempo remarcó varias veces el concepto "esperanza", en una mirada hacia el futuro inmediato tras todo lo trabajado estos años. 

El líder del Ejecutivo se dejó fuera los asuntos más polémicos de forma explícita, los referidos a sus pactos, pero sí defendió la necesidad de llegar a acuerdos y el diálogo como método. Y remachó con un mensaje en clave ideológica: "No hay dicotomía alguna entre la justicia social y el crecimiento económico, porque se puede crecer con justicia social". 

Feijóo se aferra al "apoyo en las urnas y las calles" al PP 

De forma muy diferente ve Feijóo la situación de nuestro país. El líder del PP comenzó su discurso, este jueves, sacando pecho de su propio partido por los resultados electorales. Especialmente los del 28 de mayo. Un hecho que no pasó inadvertido en las filas del PSOE. Pilar Alegría, portavoz del Gobierno, señaló que "ha empezado hablando como tema prioritario del PP y luego de los problemas de los españoles". Para el PSOE, Feijóo solo sigue preocupado por él mismo y "su propia supervivencia", en relación a la sombra permanente de Ayuso. 

"Le debo a España el Gobierno que muchos esperaban y que una gran mayoría de votantes consideran necesario", señaló Feijóo sobre sí mismo. El líder del PP habló de tres "amenazas" que, a su juicio, asolan el país. La primera de ellas, la económica. Definió a España como "una de las peores economías" europeas. Presentó una serie de datos negativos sobre inflación, desempleo o de pobreza infantil. Pero obvió la evolución de los mismos en los últimos años. 

También se refirió al decreto anticrisis. Se quejó de nuevo de no haber querido negociar las medidas antes de aprobarlas en el Consejo de Ministros. Sus exigencias para apoyarlas son una receta conocida y habitual: más bajadas de impuestos

La segunda "amenaza" para Feijóo es la "crisis institucional y democrática". Critican desde el PP que Sánchez vea las instituciones neutrales "como un botín o agencia de colocación". El líder popular señaló que van a "intentar evitar" que esto ocurra en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), bloqueado desde hace más de cinco años por la negativa de su partido. "Vamos a vigilar de cerca la renovación y el método de elección del CGPJ. Tiene que ser elegido con garantías de independencia", avisó Feijóo a Sánchez. 

Por último, habló Feijóo de la "crisis" y "amenaza" más grave, su juicio. La ética. "Han cruzado todas las líneas", insistió. ¿El motivo? La moción de censura pactada con EH Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona. Un movimiento, según Feijóo, por el cual "España pierde un partido de Estado", en referencia al PSOE. Para el líder del PP, esta herramienta democrática y el pacto con el partido vasco, sitúa a Sánchez "fuera de la Constitución" y de la "dignidad". 

En definitiva, dos visiones radicalmente diferentes de la situación política, económica y social de nuestro país. Sánchez y Feijóo acaban el año completamente distanciados pese a la reunión que tuvo lugar la semana pasada. Más allá de la reforma del artículo 49 de la Constitución, que se debería tramitar de forma inminente, no hay a la vista más acuerdos. Se hará un intento con el CGPJ, Bruselas mediante, pero las posiciones parecen enquistadas. 

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