barcelona
Rubén Viñuales recuperó hace poco más de un año la alcaldía tarraconense para el PSC después de cuatro años de gobierno republicano y en la oposición. Proveniente de las filas de Ciutadans –era el líder municipal hasta que en el 2020 se dio de baja del partido naranja–, Viñuales gobierna en minoría mientras explora ampliar su ejecutivo sin concretar hacia dónde se decantará. A lo largo de este primer año de gestión, ha aprobado unos presupuestos con mayor apoyo de los necesarios.
El alcalde ha defendido una vez más el proyecto del Hard Rock como una oportunidad para el Camp de Tarragona y también se ha mostrado favorable a regular los pisos turísticos a escala catalana, y no prohibirlos, como ha propuesto el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. Sobre las negociaciones de la investidura de Salvador Illa, Viñuales no es partidario de una repetición electoral y apuesta por un gobierno de izquierdas. Cree que Catalunya debería tener una financiación singular para garantizar la calidad de los servicios públicos.
En esta entrevista para Público, hablamos del espinoso contrato de la basura y la trama de espionaje en torno a éste, las desavenencias entre los municipios de la futura área metropolitana de Tarragona y la retirada del ayuntamiento como acusación particular en el caso INIPRO, una de las primeras decisiones del gobierno socialista y que levantó mucha polémica entre la oposición.
Si tuviera que resumir dos ideas lo que ha conseguido y lo que le ha faltado por conseguir en su primer año de gestión, ¿cuáles serían?
Durante este primer año hemos puesto Tarragona de moda, deportiva y patrimonialmente. Hemos dado a conocer la marca de la ciudad. También destacaría la eficiencia. Hemos realizado los cambios necesarios a nivel interno para poder tener una estructura y dar agilidad a la administración, que es una de las cosas más complicadas en esta casa históricamente. Y finalmente hemos puesto orden. Tenemos una situación económica compleja y por primera vez hemos logrado en sólo un año bajar del 75% de la deuda y salir de la tutela de la Generalitat.
Ahora tenemos tres años por delante para ejecutar los fondos Next Generation, que lo haremos en los años que quedan de mandato. En total serán 31 millones de euros que invertiremos en la ciudad más diez millones de fondos propios cada año. Esto será un cambio substancial, con medidas tan importantes como la renovación de la flota de autobuses.
¿Cuáles son los temas que generan mayor conflicto del nuevo Plan de ordenación urbanística municipal (POUM)?
Fruto del esfuerzo, tanto del equipo redactor del POUM como de su conseller, Ignacio García de la Torre, y las conversaciones con el resto de grupos del plenario, hay bastante consenso. Sobre todo en lo que se refiere al tipo de modelo de ciudad. Tiene que ser un crecimiento sostenible en todos los sentidos: económico, social y ambiental. Si no tiene estos tres ítems, no es sostenible. El nuevo POUM apuesta por que el río Francolí no sea un elemento que separa la ciudad, sino una zona de cohesión. El río pasará de ser una barrera física y psicológica a un nexo de unión de Tarragona. Por otra parte, apuesta para que el crecimiento por Llevant sea moderado y por una Tarragona que se abra y mire hacia el mar. También tiene en cuenta la preservación de la Anella Verda, que queremos darle personalidad jurídica propia para que esté protegida.
Se dicen muchas cosas del futuro del espacio de la Tabacalera y ahora parece estar encarado después de estar muchos años sobre la mesa, pero ¿cuándo empezará a ser una realidad?
De momento, una de las partes ya la tenemos adjudicada, que es la Universidad EUSES, un centro adscrito a la Universitat Rovira i Virgili, para realizar los estudios de Educación Física y posgrados. Somos la única capital catalana que carece de estos estudios. Esto irá a uno de los almacenes y prevemos que sea una realidad en el 2026.
También tenemos conversaciones muy avanzadas con el Estado y la Generalitat para ubicar la biblioteca estatal. Tenemos también la intención de trasladar el Conservatorio de Música de la Diputació, aparte de las solicitudes de algunas empresas tecnológicas que desean instalarse. Esto es probable que pueda verse en este mandato. Además, en breve presentaremos el informe del distrito tecnológico que ha realizado Miquel Barceló, uno de los padres del 22@, para ver cuáles son nuestras posibilidades y potencialidades. Es decir, por curioso que parezca, durante este año una de las cosas que hemos podido hacer es poner orden, encontrar y movernos muchísimo para que pueda haber un relato en la Tabacalera: educación, formación e investigación.
Lo que puedo asegurarle es que todo esto se pondrá en marcha este mandato. La administración es como una rueda gigante, al principio es lenta y cuesta mucho que gire, pero cuando empieza a rodar no hay quien le detenga.
Uno de los temas espinosos de este primer año de mandato ha sido la adjudicación del contrato de basura, que llevaba un año caducado. Finalmente se ha adjudicado a Urbaser, pero no se puede firmar porque el concurso ha sido recurrido. ¿Cree que el ayuntamiento se ha precipitado y debería haberse esperado para adjudicarlo?
No. El contrato de la basura, gane quien lo gane, las empresas siempre lo recurren. No conozco a ninguna ciudad que haya hecho público el contrato y alguien no lo haya recurrido. En este caso existe una resolución del Tribunal Catalán de Contratación que nos decía cómo debíamos actuar y aplicar la resolución. Lo único que hemos hecho es cumplir, como hemos hecho mil veces, con la opinión unánime de los funcionarios de esa casa. Adjudicaremos el contrato a la empresa que quedó segunda en el concurso, por exclusión de la primera, tal y como dice el Tribunal, pero hemos presentado un recurso porque creemos que ya estaba bien adjudicado. Pero por el momento hemos acatado la decisión del tribunal. Esto es como cuando le ponen una multa, que primero debes pagar la sanción. No nos hemos precipitado, todo lo contrario, no cumplir una resolución del Tribunal que las propias normativas comunitarias te dicen que tienen un plus de fiabilidad, sería prevaricar.
El contrato de la basura ha traído mucha cola, hasta el punto de que técnicos funcionarios encargados de tramitar la adjudicación denunciaron que habían sido espiados. De hecho, se creyó que su móvil también tenía un software espía instalado. ¿En qué punto se encuentra esta investigación?
Entregué el teléfono a los Mossos d'Esquadra para que hicieran las periciales pertinentes y no encontraron nada. Lo innegable es que llegó un sobre anónimo a un medio de comunicación donde había un seguimiento y escuchas a la funcionaria jefe de la limpieza. Es como una película de malas espías.
¿Por qué esa trama de espionaje?
No es mi trabajo hacer suposiciones, eso lo hará ya la Justicia, pero a mí me parece que es muy grave. Nosotros defendemos la institución y nuestras funcionarias y que la gente al final sólo hace su trabajo.
¿Fue una de las empresas?
Ni idea.
¿Tarragona tiene margen para crecer turísticamente?
Sí, nosotros creemos que sí, pero un turismo de calidad. Un turismo familiar, patrimonial, cultural y gastronómico.
¿Eso es compatible con la llegada de más cruceros?
Hemos encargado un estudio para ver cuál es nuestra capacidad de asimilación de cruceristas. Ya hemos dado algún paso para evitar la acumulación, como es distribuirlos por varios puntos de la ciudad. El problema no es tanto el número como la acumulación. Tenemos una espectacular oferta patrimonial para hacerlo. Estamos intentando conseguir fondos europeos para contar digitalmente los flujos y poder dar una mejor oferta al visitante.
¿Tiene sentido apostar por crecer turísticamente cuando algunas ciudades del Estado muy tensadas por el turismo y el propio sector turístico ya habla de decrecimiento?
Esto es como si en casa tienes ocho hijos y hay un hijo que ha comido mucho y ha crecido mucho y otro no ha comido tanto y no ha crecido tanto, y como el mayor ya ha crecido pues ya es suficiente. Es evidente que en Tarragona no tenemos los problemas de Barcelona. Y eso es de esas cosas que siempre repito como alcalde de Tarragona: todo se ve con la visión de Barcelona, y Catalunya es mucho mayor y plural. La realidad de Barcelona es una, y la de Tarragona, Leida y Girona es otra. Cansa que los debates de Barcelona nos los traigan aquí. Que nos pregunten qué problemas tenemos, que son más importantes.
¿Este crecimiento también es compatible con el modelo del Hard Rock que defiende el PSC?
Lo cierto es que ha sufrido muchísimas variaciones del proyecto inicial. De cuatro casinos ha pasado a uno y el resto son hoteles, tiendas... De hecho, es más parecido al complejo comercal de la Roca Village que otra cosa. La gente quiere prosperidad y nosotros creemos que puede ser bueno para generar riqueza y prosperidad en el territorio. Cabe recordar que no se haría en cualquier sitio, sería entre Salou y Vila-seca, junto al PortAventura y cerca del polígono químico más grande del sur de Europa.
¿Los pisos turísticos deben regularse?
Sí. De hecho, en Tarragona, antes de que saliera el debate del decreto de la Generalitat, ya dijimos que haríamos una moratoria. No queremos que Tarragona sea un parque temático y nosotros el decorado. Un estudio de la URV nos decía que un 14% de las viviendas de la Part Alta eran pisos turísticos, y dijimos lo basta. Veo lo que ocurre en otras ciudades del Estado y no voy a permitir que ocurra en Tarragona.
Barcelona ya ha dicho que quiere eliminarlos todos en cuatro años. ¿Se lo ha planteado también?
No lo sé. El caso es que la realidad de Tarragona es distinta a la de Barcelona. La realidad es que Tarragona tiene sólo 2.200 camas de capacidad hotelera y es innegable que esto no es suficiente. Por eso creo que en nuestro caso, una cosa es regular o limitar y la otra es prohibir los apartamentos turísticos. Nuestra realidad es que por ahora debe haber una cierta oferta de pisos turísticos.
El primer decreto de alcaldía que se aprobó fue la retirada del consistorio tarraconense como parte personada en el caso Inipro. ¿Cómo se explica ese movimiento?
Es muy sencillo. El anterior gobierno de ERC se personó como acusación particular de forma totalmente extemporánea, cuando ya había terminado la fase de instrucción. No hacía falta alguna. Pero obviamente esto respondía a un interés clarísimo. Creímos que no era necesario, ya que el procedimiento sigue igual y no tenemos ninguna obligación de estar como acusación.
¿Hacia dónde debe ir y cómo debe ser la futura el área metropolitana de Tarragona?
Hacia una comuna de servicios, hacia la eficiencia en la gestión. Por economías de escala, por potencialidad de nuestra área de influencia, que es gigantesca. Solo Tarragona y Reus sumamos en PIB y población una de las áreas más importantes. Si además sumamos Cambrils, Vila-seca, Salou, Canonja o Valls somos un potencial económico increíble. Si vamos juntos, podemos conseguir muchas cosas.
¿Quién debe liderar la futura el área metropolitana de Tarragona? ¿Es complicado llegar acuerdos entre los municipios que quieren formar parte?
Todos los municipios. ¿El área metropolitana de Barcelona tiene capital? No. Tiene un presidente, un vicepresidente, un consejo... Por ejemplo, Cirusa es una comunidad creada para la gestión e incineración de los residuos, y que además genera energía a partir de la quema de residuos. ¿Tiene capital Cirusa? No, porque estamos todos: Tarragona, Valls, Constantí, Vila-seca... Los servicios no tienen capital. Quienes hablan de área metropolitana en capital, quieren hacer pequeña Tarragona. Tarragona no será la capital de ninguna área metropolitana porque es la capital de la provincia. Es un debate estéril. Nosotros lo que queremos es mejorar la vida de la gente, que pague menos por los servicios y hacer el transporte público mucho más eficiente.
Parece que el TramCamp –el tranvía– está creando discrepancias entre los municipios que quieren sacar adelante el área metropolitana de Tarragona. ¿Por qué?
El caso es que existe un consenso muy amplio. El único ayuntamiento que está mostrando alguna reticencia, pero que es totalmente subsanable, es Salou. Confío plenamente en el alcalde Pere Granados y su visión metropolitana. La columna vertebral del área metropolitana de Tarragona es el tranvía, una infraestructura muy democrática que llegará desde el barrio de Tarragona de Sant Pere y Sant Pau hasta el aeropuerto de Reus o Cambrils, Canonja, Vila-seca…
Ahora que hablamos de transporte público, en los últimos meses ha crecido el malestar de los usuarios que cogen un tren para ir a trabajar a Barcelona o su área metropolitana por los retrasos o problemas en las líneas de tren. ¿Cree que es por una falta de inversiones?
Yo lo que creo es que los usuarios tienen razón. Todos queremos un buen servicio. Se ha creado la tormenta perfecta. La gratuidad del servicio hizo que hubiera un uso masivo, esto es bueno, pero también es cierto que tenemos líneas muy saturadas. El corredor del Mediterráneo debe permitirnos que se marchen mercancías, que liberaría la línea de costa a favor de convoyes con pasajeros. Me consta que Renfe ya ha encargado vagones de alta capacidad, pero el problema es que ahora vienen tiempos complicados porque en breve se cortará el túnel de Roda de Barà por obras y eso nos dejará meses sin sistema ferroviario. Se invierte muchísimo, pero no es suficiente. Existe un uso masivo, una gran concentración de población y un flujo elevado de pasajeros por motivos laborales. Es innegable que es necesario un replanteamiento de todo nuestro sistema ferroviario.
De momento gobierna en minoría, pero ha logrado un amplio apoyo para el presupuesto de Tarragona. ¿La voluntad es continuar así hasta el final del mandato?
Me gustaría ampliar gobierno. La política municipal nos obliga a hablar con el resto de grupos. Me cuesta entender la política supramunicipal por qué no dicen en público lo que dicen en privado y esto no es útil para la ciudadanía. Todo el mundo quiere mejorar y trabajar para la ciudad, desde ERC, Junts, los comuns o el PP a los no adscritos... Estamos obligados a entendernos, menos con Vox, que queda fuera de la ecuación.
Ha contado con el apoyo de Junts, els comuns y Esquerra para sacar adelante su acción de gobierno. De hecho, los presupuestos se aprobaron con 20 votos de los 27 del plenario. ¿Con qué grupo municipal se ha sentido más cómodo pactando?
Todos han demostrado altura de miras, responsabilidad y aprecio por la ciudad. Me siento cómodo con todos. El Partido Popular, en Tarragona, son la nueva CUP: votan a todo que no por sistema.
¿Las actuales negociaciones para formar gobierno de la Generalitat condicionan las de Tarragona para formar gobierno?
No. El PSC tiene claro que el municipalismo es soberano. Mi trabajo es sacar adelante esta ciudad. Yo quiero que Salvador Illa sea presidente, será bueno para Tarragona y Catalunya. Pero a mí no me va a condicionar.
Estamos a pocas semanas del pleno para formar el nuevo gobierno de la Generalitat y todavía no hay nada claro. Este jueves ha salido un CEO que pronostica el mismo escenario en caso de repetición electoral. ¿Cree que habrá una repetición electoral?
No lo sé. Yo quiero que haya un pacto de izquierdas, de progreso. No olvidemos la situación que estamos viviendo en España y a escala europea con la extrema derecha. Catalunya no merece una repetición electoral. Nuestra obligación es llegar a pactos. No podemos extrapolar a la ciudadanía nuestra falta de capacidad de llegar a pactos.
ERC condiciona la investidura de Illa a un cambio en la financiación. ¿Catalunya debería tener una financiación singular?
Sí. Tendría sentido. Y esto no significa ser insolidario. Todo lo contrario. Sería lógico que hubiera una revisión del sistema de financiación. Y esto no implica que no se pueda hacer en otras comunidades autónomas. Es necesario buscar una fórmula más justa y equitativa. De hecho, es un tema que genera consenso en Catalunya. No es algo exclusivo del PSC o los partidos independentistas. He oído a gente del Partido Popular (PP) decir que es totalmente razonable. Simplemente es empezar a hablar y negociar. No porque sea ahora una exigencia, sino porque es de lógica.
¿Qué opina de los últimos movimientos judiciales para torpedear la aplicación de la ley de amnistía a los líderes independentistas?
Como abogado, lo ocurrido con el caso Tsunami es grave. La tipificación de los delitos es muy importante. Es grave hablar de terrorismo cuando cualquier jurista sabía que no encajaba, y más en un país como el nuestro que ha sufrido terrorismo. El fallo procesal de no prorrogar la instrucción ha ayudado a que se haga, como mínimo, justicia procesal. Los jueces y juezas deben juzgar y ejecutar el juzgado, no legislar.
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