La Consejería de Educación y Juventud de Madrid ha propuesto instrucciones para el próximo curso académico 2020-2021, probablemente uno de los más peculiares de la historia. Sin embargo, en UGT denuncian que el inicio de curso se plantea con total normalidad: "Como si no hubiéramos sufrido una pandemia".

Ricardo Marchand, responsable de Enseñanza Pública de UGT Madrid, asegura que muchas de sus quejas las vienen planteando de cursos atrás, ya que las medidas no se han negociado con la Mesa Sectorial, y se han hecho caso omiso a las peticiones que han enviado en los últimos meses. 

Reclaman la reducción del horario lectivo, cuestión que no solo han denunciado desde UGT, sino que directamente incumple la Ley 4/2019 y sus recomendaciones, las cuales ya se han implementado en otras comunidades como es el caso de la Comunitat Valenciana. "Llevamos más de 20.000 firmas a la Consejería pidiendo la reducción de horas lectivas y siguen sin cambiarlo", demanda Marchand. 

No se hace referencia tampoco el incremento de los recursos humanos y materiales necesarios para la vuelta al cole más anormal de las vidas académicas de los madrileños. Desde UGT comentan que además de los cerca de 290 millones de euros que recibirá la Consejería por parte del Gobierno, la Comunidad de Madrid debería aportar una partida propia para ayudar a sobrellevar la inversión en recursos humanos. Sin embargo, Marchand comenta que "en la última reunión el consejero hablaba más de gasto que de inversión", y que "solo se gastaría si era necesario". 

A esta cuestión se suma la adaptación de los currículos docentes de cara a los planes de refuerzo necesarios de cara al próximo curso, lo que también omiten en dichas instrucciones. 

Contradicciones: Religión y grupos flexibles

La Consejería ha recomendado la creación de grupos flexibles en Secundaria y, a pesar de que la recomendación de los Ministerios de Educación y Sanidad de crear "grupos estables" se recomendaba específicamente para Primaria, en las instrucciones de la Consejería no proponen medidas de higiene o prevención que asegure la no transmisión del virus más allá de las básicas en cualquier establecimiento cerrado. 

Esto se junta con las reformas de la normativa para la asignatura de Religión. En el informe de la Consejería se marca una ratio de 10 alumnos y alumnas, mientras que para cualquier otra asignatura, como podría ser Literatura Universal o Historia del Arte, se exige un mínimo de 15. Además permiten que se impartan dos sesiones en el mismo día, lo cual no ocurriría con otras asignaturas y dejaría a Religión en "una posición privilegiada".

Otro aspecto que reclaman desde UGT es en defensa precisamente de los docentes de religión, puesto que permiten que sean tutores. Según Marchand "el tutor o tutora debería ser quien más horas imparta a la semana", mientras que en el caso del profesorado de religión son "los que menos horas lectivas imparten al grupo" y muchos realizan jornadas parciales en otros centros educativos. Esto, además de ir en detrimento de los derechos laborales de estos docentes, también sería contradictorio, dice Marchand con las medidas de "grupos burbuja" que recomienda el Ministerio. 

La organización sindical ha anunciado que recoge sus peticiones a la Consejería en un informe "más exhaustivo" que ya les han remitido, para que "ciertos contenidos de las Instrucciones sean reconsiderados".