MADRID.- Al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no siente mucho aprecio por el Senado, a juzgar por sus dilatadas ausencias en la Cámara Alta para someterse a una sesión de control parlamentario ante los senadores. Y no será por no disponer de una mayoría más que absoluta: el PP dispone del 60% de los escaños del hemiciclo situado en la madrileña plaza de la Marina Española.

En septiembre del año 2004, poco después de empezar la VIII Legislatura, el recién llegado presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió a comparecer una vez al mes ante el pleno del Senado para someterse a la habitual sesión de control al Gobierno. Hasta ese momento a la Cámara Alta solo acudían los ministros para ser interpelados por los senadores; nunca antes lo había hecho un jefe del Ejecutivo.

Zapatero se aplicó su compromiso a rajatabla durante su primera legislatura en Moncloa, que completó el ciclo constitucional de cuatro años. En la siguiente su presencia en la Cámara Alta tuvo alguna laguna puntual pero sus presencias se redujeron porque la legislatura se acortó casi cuatro meses y bastante más en el calendario de la actividad parlamentaria.

El anterior presidente del Gobierno acudió a la Cámara Alta un total de 26 ocasiones en las que fue preguntado por el entonces portavoz del grupo parlamentario popular, Pío García Escudero –actualmente presidente de la cámara – y otros portavoces de grupos minoritarios. Eso fue durante tres años y cuatro meses entre 2008 y 2011.

En ese periodo de tiempo, el mismo que lleva Mariano Rajoy en Moncloa, el preside te del Gobierno ha hecho acto de presencia en el senado en 22 ocasiones, cuatro menos que su predecesor. Es decir, lleva “un retraso” de cuatro meses. Como mucho, en el caso de que la actual legislatura complete su ciclo, Rajoy igualará “la marca de Zapatero, pero con medio año más en el poder.

La presencia de Rajoy este martes por la tarde en el Senado se produce después de un prolongado periodo de ausencias. Desde el pasado 25 de noviembre, hace cinco meses, apenas ha pisado el hemiciclo de la Cámara Alta una sola vez; fue el pasado 10 de febrero, la última vez que se sometió a una sesión de control por parte de los portavoces de los grupos de la oposición.

Prolongadas ausencias

Las razones para esas prolongadas ausencias son diversas: en diciembre, un mes condicionado por la aprobación final de los presupuestos generales del Estado, no hubo sesión de control; enero es inhábil en el calendario parlamentario, mientras que en marzo fue el propio Rajoy quien excusó su presencia alegando razones de agenda.

Contando la de este martes a Rajoy solo le quedan ya entre tres y cuatro presencias en la Cámara Alta como mucho antes de que la legislatura quede disuelta al filo del otoño. Es decir, del compromiso inicial de una vez por mes habrá pasado a una relajante presencia de una vez cada dos meses, como media. La mitad del compromiso que marcó Zapatero para el jefe del Ejecutivo ante el Senado allá por el año 2004.

García-Escudero, en el último debate que sostuvo como líder de la oposición con el entonces presidente del Gobierno, el 13 de septiembre de 2011, calificó como “un acierto que Zapatero haya comparecido una vez al mes en las sesiones de control de la Cámara Alta, una práctica que ha sido muy beneficiosa para el Senado, que se convirtió en protagonista de la actualidad política", según reflejaba la nota de prensa emitida por el grupo parlamentario popular aquel mismo día. Habrá que ver que dice ahora la oposición sobre Rajoy cuando llegue ese día en esta legislatura.